Capítulo 8

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Luego de que Bill volviera ya con su pijama puesto (que consistía en sólo un pantalón dorado), Dipper entró al baño, que, al igual que todas las habitaciones que había visto en la mansión, era enorme y lujoso.
Recorrió todo el lugar con la mirada, observando cada detalle. Hasta que vio un mueble con varias toallas encima. Caminó hacia éste para sacar una toalla, que, tal y como había imaginado, era increíblemente suave para el tacto.
Dejó la toalla cerca de la ducha, y prendió el agua, tocándola con sus manos hasta que la encontró de una temperatura agradable.

Por primera vez en mucho tiempo, Dipper iba a darse el gusto de tomar una ducha larga, de poder relajarse un rato mientras el agua lo limpiaba.
Sin pensarlo dos veces, Dipper se quitó toda su ropa y entró en contacto con el agua, no pudo evitar sentir un escalofrío al sentir el agua caliente.
Se quedó un rato viendo el agua descender, viendo cómo lo transparente de ésta cambiaba a café cuando entraba en contacto con su cuerpo.
Se lavó también el cabello, impresionado por todos los productos que había para éste. Aunque él solamente ocupó un shampoo. Sin duda su cabello era lo que más sucio estaba, lo cual era entendible, pues el menor no siempre tenía la oportunidad de lavarse el cabello, ya que, como tenían una cantidad limitada de agua, prefería dejar que su hermana se bañara más seguido, por lo que aveces podía pasar días sin bañarse.
El agua café no paraba de caer, llevándose consigo toda la tierra y suciedad del pelo castaño de Dipper.

Al final, cuando el agua comenzó a caer incolora de nuevo, el castaño cerró los ojos, sintiendo el agua descender por su cuerpo. Se quedó así unos cuantos minutos, hasta que decidió que ya era tiempo de salir.
Lentamente, apagó el agua, tomó la toalla y comenzó a secarse. Luego, con la misma toalla, limpió el espejo, que se había empañado a causa del vapor.
Se quedó unos segundos mirando su reflejo. Involuntariamente se llevó una mano al rostro... Se veía tan... Él.
Se veía como antes de que todo pasara, aunque con el cabello un poco más largo.
Era el mismo y una persona completamente diferente al mismo tiempo.
Sacudió la cabeza como alejando esos pensamientos, pues no estaba de ánimo como para cuestionar su identidad.
Tomó una bata que encontró colgada en la puerta y salió para ir a buscar un pijama.
Al salir, se encontró con un rubio escribiendo algo en el escritorio, aunque apenas vio que el castaño había salido, dejó rápidamente lo que estaba haciendo, cambiando su mirada seria, por una gran rostro sonriente.
-se siente bien estar limpio, ¿verdad, Pino?
-si, cómo sea- respondió el contrario- ¿hay algún pijama que pueda ponerme o...?
-¡por supuesto que sí, Pino!- contestó como si fuera lo más obvio del mundo- aquí tienes toda la ropa que necesitas y más.
-emmm... ¿Y dónde está?
-déjame buscarla- dijo el rubio mientras se levantaba de su asiento y caminaba hacia la cómoda, abría uno de los cajones y sacaba algo negro- toma- dijo lanzándole la prenda al castaño- Ponte esto por mientras que busco lo demás.

Dipper entró nuevamente al baño, viendo la prenda que Bill le había lanzado: unos calzoncillos negros.
Rápidamente se sacó la bata y se puso la ropa interior, eran como a él le gustaban, le llegaban hasta la mitad del muslo.
En verdad agradecía tener ropa interior puesta, pues le incomodaba estar usando sólo una bata frente al rubio.
Nuevamente se puso la bata y salió del baño, allí estaba el rubio sentado en la cama, con un pijama azul entre las manos.
-lo encontré- dijo extendiéndole el pijama al castaño, a pesar de él siempre había sabido donde estaba.
-gracias- dijo Dipper recibiendo la ropa de dormir mientras caminaba nuevamente al baño, pero una mano lo detuvo.
-¿dónde vas?- preguntó el rubio arqueando una ceja.
-emmm... Al baño, a cambiarme- respondió el otro levantando el pijama.
-¿por qué no te cambias aquí?- dijo Bill sonriendo- digo, ya tienes puesta la ropa interior, ¿no?
-si... Pero...
-¡es lo mismo que estar usando traje de baño, Pino!

Dipper se quedó mirando al rubio unos segundos, sabía que no importaba lo que dijera, Bill iba a insistir... Aparte, el rubio tenía razón, era lo mismo que ocupar traje de baño, ¿no?
Lentamente dejó el pijama sobre la cama, para luego sacarse la bata.
Bill había quedado embobado mirando al castaño, era delgado, pero no tanto, tenía el abdomen un poco marcado, y su piel estaba bronceada... Todo en él era tan... Perfecto. Y sin duda el negro le quedaba bien. Vio como su Pino, sonrojado hasta las orejas, tomaba rápidamente la parte inferior del pijama. Sin pensarlo se acercó al chico antes de que pudiera ponerse la prenda.
-Pino- susurró en su oído- ¿por qué mejor no duermes así?
-¿q-qué?- dijo el castaño nervioso- no, por supuesto que no.
-¿por qué no, Pino?- dijo girando al menor, provocando que quedaran frente a frente.
-p-porque me daría v-vergüenza- contestó tragando saliva.
-¿vergüenza?- repitió el rubio, mientras tomaba al castaño por la cintura, pegándolo a él- pero si eres tan perfecto...
-y-yo....- Dipper iba a alejarse, pero sin quererlo, se quedó perdido en los ojos ámbar de Bill.
-¿si?- dijo el rubio sonriendo, mientras acercaba al castaño aún más... Había tan poco espacio entre sus labios.
-emmm- sin poder evitarlo, su mirada se desvió hacia los labios del contrario.
-me vuelves loco, Pino- susurró el mayor contra los labios del castaño- todavía me amas, ¿no es así?
-yo... Creo que...

De pronto la puerta se abrió, dejando ver un guardia de no más de treinta años.
-emmm... Señor- dijo el hombre mirando a Bill, se notaba que estaba arrepentido de haber abierto la puerta.
-¿qué?- respondió el rubio, mirándolo con odio.
-n-necesitan su presencia en, en la habitación número, número trece, señor.

El rubio suspiró pesadamente, para luego dirigir su mirada al rostro del castaño, sin embargo, de repente frunció el ceño y su mirada bajó hacia su cuerpo, sus ojos se abrieron más, y rápidamente dirigió su mirada hacia el guardia nuevamente. Inmediatamente soltó al menor y caminó hacia la puerta, empujando al guardia hacia afuera y cerrando bruscamente la puerta tras él.
Dipper no entendía lo que estaba pasando, así que lentamente bajó su mirada, buscando lo que había afectado así a Bill, se pronto lo entendió todo.
Mierda. Aún estaba en calzoncillos.
Rápidamente se puso en pijama y fue corriendo hacia la puerta, intentando escuchar, lo cual no era muy difícil, puesto que el rubio estaba gritando.
-¿¡Y POR QUÉ MIERDA NO TOCASTE LA PUERTA?!- gritaba Bill.
-en, en verdad lo siento, s-señor... Es que m-me dijeron que era importante.. Y...
-¿¡QUÉ HUBIESE PASADO SI HUBIERA ESTADO DESNUDO, EH!?- la voz de Bill daba miedo- ¡PUDISTE HABER VISTO A PINO DESNUDO!
-p-pero s-señor... Me dijeron que era muy import...
-ME IMPORTA UN CARAJO QUE TAN IMPORTANTE SEA, SI LA PUERTA DE LA HABITACIÓN DE REY ESTÁ CERRADA. SIGNIFICA. QUE. NO. PUEDES. ENTRAR.
-y-yo...
-¿¡SABES QUÉ!?, NO ME IMPORTA SI TODO UN PUTO CONTINENTE SE ESTÁ QUEMANDO, NO PIENSO IR A NINGUNA PARTE ¡¿ENTENDISTE?!
-s-si señor.
-HEY, TÚ- seguramente había visto otro guardia
-n-no señor... Por favor, juro que no va a volver a pasar.
-oooh, estoy seguro de que no va a volver a pasar- un escalofrío recorrió la espalda de Dipper.
-s-señor, por favor, se lo ruego- la voz del hombre iba haciéndose cada vez más lejana...
Dipper tragó saliva, tenía claro lo que acababa de pasar... Lo mismo que en el avión... Caminó hacia la cama y se sentó en ella, mirando el piso. No podía evitar sentirse culpable.
De pronto, la puerta se abrió, dejando pasar al rubio, quien cerró la puerta tras él.
-no fue su culpa- dijo Dipper mirando el suelo.
-si, lo fue, y lo sabes.
El menor levantó la cabeza, mirando al rubio.
-sólo abrió la puerta... No fue la gran cosa...
-¿no fue la gran cosa?- repitió el rubio entrecerrando los ojos- ¡te vio en ropa interior, Pino!, sólo yo puedo hacer eso, ¿entiendes?
El castaño prefirió quedarse callado.
-no estás enojado, ¿verdad?
-no- contestó- no podría.
Lentamente se puso de pie y luego fue a acostarse en uno de los extremos de la cama, tapándose con las suaves sábanas.
El rubio suspiró. Dios, si las cosas seguían así iba a tener que asesinar a todo su maldito ejército.
Dipper, en cambio, no podía dejar de culparse por la muerte del hombre.

Se pronto sintió, cómo Bill se costaba al lado de él, abrazándolo por detrás.
Dipper no dijo nada, no se quejó, no se alejó... Sólo soltó un suspiro antes de caer dormido...

Terminando por fin así el día en que su vida había cambiado tan drásticamente...











Hooola!!! Cómo están?, les gustó el capítulo??? Espero que si jejej.
Como siempre agradezco a todas las maravillosas personas que están leyendo esto.
Y quiero contarles que el capítulo siguiente va a ser un poco diferente (ya van a ver el por qué) y lo voy a subir muuuy pronto (como cuando te llega la inspiración jsjsj).

Como siempre agradezco sus votos y en especial sus comentarios, ¡quiero saber lo que opinan del capítulo!, ¡denme su opinión!



Y bueno... Creo que de mi parte eso es todo...




Nos leemos luego!

You're mine.  [Billdip].      #Premiosgravity2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora