Blue

Nuestra última batalla

Contiene spoilers del final de FE Awakening

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 Había pasado tanto tiempo desde que el Venerable de Ylisse se había separado de él que veía todo lo sucedido como un sueño borroso difuminándose cada vez más con el pasar del tiempo. Aun podía recordar la manera en que estrechaba su mano con aquel gesto de firmeza y amor, su sonrisa sobre los labios iluminando su rostro enmarcado por aquellos cabellos blancos que le otorgaban cierto aire de inocencia sin llegar a perder el liderazgo y sabiduría que lo caracterizaban.

De haber sabido que enfrentarse a Grima le traería semejante dolor le habría prohibido acercarse al campo de batalla, pero no lo podía culpar por todo aquello que había sucedido, al final, cada noche que pasó derramando lagrimas sobre su ausencia se repetía que había sido lo mejor, Lucina se lo decía, Lissa se lo decía, todos en el reino estaban convencidos de eso.

A pesar de que el tiempo siguiera avanzando, tratado de eliminar los recuerdos estos se rehusaban a perderse en medio del mar de emociones del Venerable. Podía rememorar ciertos momentos con total claridad y lucidez, a pesar de que hubiera pasado de una forma onírica, fragmentos se encontraban por completo claros en su mente obligándolo a volver a vivir una y otra vez cada uno de esos momentos de tortura, similar a lo que pasó cuando Emmeryn había saltado al vació desde aquel acantilado.

Aquel día todos los custodios habían despertado con el presentimiento de que se acercaba el final, el desayuno en el campamento se sentía como una incómoda reunión, como si el salón principal se hubiera llenado de desconocidos portando las máscaras de sus amigos, dando ese regusto amargo de familiaridad cada vez que se dirigían la palabra, aunque en su mayoría, guardaban silencio esperando el momento de salir al campo de batalla.

Chrom había tratado por todos los medios de levantar un poco la moral del equipo, los discursos de paz y un futuro expandiéndose ante sus ojos sacaban más de una sonrisa a sus compañeros, pero no lograban del todo quitar esa expresión de desconcierto que no solo les afectaba a ellos, parecía como si todo Ylisstol hubiera sido inundado por una extraña neblina del temor de la gente.

—Trata de relájate un poco, te ves bastante tenso. — Había dicho Robin al entrar en la habitación del Venerable, usaba su tono calmado, aunque él mismo no estuviera del todo convencido de sus palabras. Simplemente hacía un esfuerzo por animarlo, necesitaba que su rey se sintiera mejor por todo lo que se avecinaba. — Ni siquiera almorzaste bien, Stahl me dijo que se había comido la mitad de tu porción para evitar que se desperdiciara. — Sonrió de forma melancólica caminando despacio hasta el chico de cabello azul para así sentarse en la cama a su lado.

—No sé cómo haces para estar siempre tan tranquilo. — Dijo Chrom girando la cabeza en su dirección para verlo de frente, para tomar sus manos con calma entrelazando los dedos con los del estratega en un agarre que más que amor o cariño, buscaba transmitirle agradecimiento por preocuparse por él. En silenció cerró los ojos y agradeció el que ninguno de los dos llevase guantes en ese momento, ponérselos sería estar un paso más cerca de la batalla inevitable contra Grima de la que tanto se preocupaban.

De repente sentía que no había nadie más que ellos dos en todo el mundo, juntando sus frentes completamente convencido en ese instante de que todas las cosas podrían salir bien, que ambos, a pesar de sus pasados y de todo lo que habían terminado por vivir, podían seguir juntos sin importar lo que pasara, surcando mil problemas más y saliendo victoriosos de ahí.

—Solo quiero que estés bien, además de preparado para lo que pueda venir. — Dijo el albino con un susurro, no era necesario hablar más fuerte debido a la corta distancia a la que se encontraban, incluso Chrom podía sentir su aliento dulce y suave sobre el rostro, invitándolo a avanzar una pulgada más hacía el frente y robarle un beso, nada más allá de un roce de labios que necesitaba como motivación para seguir adelante.