La comida estaba riquísima. Era como una lotería, unos días es una delicia y otros, casi mejor tomar solo el postre. ¿Qué mejor que unos trozos de melón o unas nectarinas? Helado de chocolate, evidentemente, aunque eso era un lujo. Ahora tocaba un descanso para hacer la digestión tranquilamente, sin prisas. Tenía tiempo de sobra para meditar acerca de las posibles consecuencias de nuestra "pequeña" bromita, ¿se cumpliría mi sueño y me echarían del campamento? Dios, no puedo ni pensarlo. Además, sería una faena si mis padres tuvieran que venir a por mí, la bronca que me caería sería considerable... y en parte merecida. Nadie me mandó hacer caso a Laura, simplemente hice lo que creí conveniente. Mientras le iba dando vueltas al asunto, me subí a mi habitación por el ascensor; ya que tenía excusa, había que aprovechar. Laura estaba ya allí, me estaba esperando en el comedor a que terminara, pero soy una lenta de mucho cuidado, así que le dije que se subiera, que no pasaba nada. Como no quería, insistí y terminó por aceptar, pero me dijo que no tardara mucho. Durante la comida, noté que todos me miraban, qué sensación más desagradable, la vergüenza y la ira se iban acumulando en mí.
Ya he entrado en mi habitación, y como está un poco desordenada, me pongo a recoger un mi ropa, que estaba esparcida por un escritorio que había, soy un completo desastre. De repente llaman a la puerta. Abro, es Quique. ¡Ay va! ¡Es verdad! No me acordaba de que me había dicho que después de comer me llevaba a urgencias por lo de mi tobillo, ya ni me acordaba, qué pereza tener que ir ahora al hospital, además, ya no me duele tanto... Mejor dejarlo inmovilizado y ya, así menos jaleo. Se lo digo y me contesta:
—Prefiero llevarte a que te vea un médico, hay veces que un esguince te puede jugar una mala pasada, y si no se cura bien, puede causarte una lesión permanente o una rotura completa de algún ligamento.Se me hiela la sangre al oír eso, parece que sabe de lo que habla. Así que no me queda más remedio que ir sin rechistar.
Durante el viaje y la espera a que me atiendan, no hago más que pensar si debería quitar o no la crema depilatoria. Lo correcto, sería la primera opción, aceptar que es un idiota total y así me quito de problemas. Pero por otra parte, la idea de verle calvo puede conmigo, es tan divertido imaginármelo sin pelo... La cara que pondría cuando viera que se arranca mechones de pelo, sin el menor tirón, tiene que ser súper graciosa. Seguro que se pondría a gritar como un histérico.
Quique no hacía más que mirarme, estaba muy seria pensando en lo mío, aunque de vez en cuando se me escapaba una sonrisa pícara al imaginarme a Manu. Entonces oí mi nombre de un médico que acababa de salir de la puerta de enfrente, avisándome así de que era mi turno.
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Ya se han cumplido dos años desde que publiqué el primer capítulo, y aunque no estoy para nada orgullosa de mi constancia al publicar nuevos capítulos, sí lo estoy de las más de 2600 visitas que ha recibido. Por eso, quiero daros las gracias a vosotros, los lectores. Muchas gracias por vuestra fidelidad a mi historia, os estoy muy agradecida.
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El Inconveniente
Teen Fiction♠Querid@s lector@s, espero que os guste mi historia, soy nueva en esto, así que os agradecería los comentarios, votos y sugerencias.♠ ♣ Está basada en un relato corto que escribí hace un par de años, espero que os guste, y sin más preámbulos, os dej...