Mantequilla con fresas y azucar

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Justo cuando Lynx iba a ejecutar su técnica de correr chillando muy lejos empezó a llover a cántaros y vieron como todos los niños se metían en el comedor para resguardarse de la lluvia.
–Bueno así podremos ponernos al día tranquilamente–dijo pacientemente Scorpius.
–Está bien bicho raro–dijo abriendo la nevera–¿Tienes mantequilla y fresas?
–Emm...Si, coge lo que quieras.
–Lo iba hacer de todas formas–dijo metiéndose una cucharada en la boca.
–¿Qué es eso enano?–dijo aguantando la risa al verle enrojecer.
–Es...son...mantequilla con fresas suena raro y a nadie le gusta,porq-
–Me encanta la mantequilla con fresas–dijo Sacorpius comiendo con él–la gente piensa que están malas.
–Si ¿Verdad?
–Y en realidad son deliciosas.
–Son magníficas.

Unos minutos después Scorpius y Lynx se habían acabado todas las fresas, toda la mantequilla y toda su vergüenza.
–Mamá...es decir tu...medre–dijo Lynx–¿Cómo es?
–Guapa, muy guapa y muy divertida ¿Y papá?
–Aburrido y estricto.
–Seguro que lo que pasa es que tú eres un gruñon.
–Quisiese conocer a...a mi madre.
–Eh, Eh, eh, alto ahí. Tú quieres ver a mi madre, yo quiero ver a tu padre, ambos queremos que vuelvan a estar juntos así que...
–Así que...
–¿Y si Nos cambiamos?
–¿Cómo de ropa y tal?
–No, tu vas a mi casa fingiendo que eres yo y yo voy a tu casa fingiendo que soy tu.
–Gran plan, pero, yo soy más...bajito que tú.
–Plantillas enano, plantillas.

–Muy bien–gritó Lynx con una batuta en la mano–este es Hichee, el elfo doméstico, lo llamarás Hache y le chocarás de lado cuando le veas. Este es papá, lo llamarás papá o mister aburrimiento y estos son mis amigos con los que juego a Quidich Max y Koke, así los llamarás y por favor no te pongas gomina.
—Entendido. Me toca, esta es mamá, la llamarás mami y...pues ya está.
–¿Ya está? ¿Y tus amigos?
–No tengo amigos.
–Bueno me tienes a mi, bicho raro, soy prácticamente como una copia tuyo solo que más guapo.
Scorpius río mientras lo empujaba.

Dos días después un Lynx totalmente engominado y con cuatro plantillas salía de la habitación para dirigirse a una chimenea y gritar claramente "London Granger studio" donde una mujer de pelo marrón, rizado, ojos encantadores y una sonrisa magnífica lo recibió con un abrazo, Lynx pasó horrarse para decirle: Ay mami, me agobias.
–Oh, Scorpius, cuanto te he hachado de menos.
–Y yo a ti mami, más de lo que te puedas imaginar.

Unos minutos después un Scorpius de pelo revuelto se metía en una limusina que lo llevó a un aeropuerto, que lo llevó hasta Hichee y con el corazón en un puño de que lo reconociesen le gritó "Eh Hache". Tres horas después se reunió con su padre el cual le pareció genial y le abrazó con fuerza.
–Veo que me has hachado de meno y que...has crecido rata de biblioteca.
–Si, Eh...tres centímetros creo.

Tú con Granger y yo con MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora