Otro día más aburrido que el anterior, aquella mansión relucía inmensa y extramente amarga, soledad era todo lo que las paredes decían . Sin importar las horas el lugar tenía la misma atmósfera absolutamente nada de calidez, sin importar los años todo era un vivo espejo del antiguo hogar Katsuki, fotos por cada pasillo y entre ellas llevaban el más triste recuerdo de Yuri.
Por que la vida le traía desgracia tras desgracia, primero la muerte de sus padres y hermana, luego la caída de los bienes Katsuki y al final la que más odiaba la dicha - desgracia de ser omega. Como fue posible el tenía todo a su favor para ser un simple beta pero no el destino venía inmenso y condenandole a un dolor mas profundo.
si no fuera por Minako y Yuko el se hubiera casado sólo por mantener vivo algo de lo que dejaron sus padres, sin embargo se preguntaba hasta cuando sera capaz de ocultar su naturaleza que poco a poco desea a un alfa.-Maldición odio estos malditos días ah!. Frunció el ceño levemente tratando de normalizar su respiración y mantenerse de pie mientras trataba de llegar a su habitación.
En esos días toda la mansión era basiada, ningún sirviente absolutamente nadien que pudiera hacerlo cabar su tumba ante la sociedad.
-Ah! Ugh. No puede ser los supresores no hacen efecto como antes, ah mm! Según Yurio esto es normal porque no he tenido sexo hasta ahora, mi omega pide a gritos un alfa. Pero yo no quiero esto, no lo necesito.
-yo no necesitó ni necesitaré a un manipulador alfa. No yuri Katsuki morirá virgen no les permitiré a esos alfas insensibles destruir estos bienes, no dejaré que alguien destruya los recuerdos que me quedan .
La habitación a la que había llegado era completamente llenada de eróticos gemidos y susurros indecentes. Ahí en esa habitación oscura quedaba el ultimo miembro de una familia prestigiosa nadien hubiese querido que el pequeño consentido se transformará en aquella persona reservada y un poco mandona que era.
-Uummm más, más necesito algo más grande en mí interior. Yo quiero un alfa.- Amargas palabras que salían de sus labios debido a su parte sumisa que anhelaba ser follada por un miembro lo suficientemente grande para llevarlo al cielo y embarazarle.
Poco a poco los días del celo se aplacaban y era ahí cuando el volvía en sí y destruía toda gota de olor a omega, nadie tenía por que saberlo y el no quería llevar una marca de pertenencia en su cuello.
Las empresas Katsuki tenían como jefe a un honorable beta, y nadien sabría el terrible secreto. Ningún alfa se fijaría en el, solo tendría que lidiar con los compromisos que le ofrecían en matrimonio hijas betas o omegas para hacer crecer ambos negocios compromisos que no podía cumplir pues el sabía que era un omega y sólo se sentiría bien junto a un alfa y solamente de él tendría desendencia una amarga y cruel realidad.
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Sukoshi no kibō [ Viktuuri ] [ Otayuri ]
Sonstigesa veces sólo una pequeña esperanza queda... (Omegaverse ) En la fría Rusia unos hermosos ojos de atardecer con sombras de chocolate, son surcados por el mar de lágrimas que embarga al joven japonés de 18 años. A tan corta edad y ya a perdido algo m...