Capitulo 3: "¿Buenas o malas noticias?"

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Cuando escuché esas hermosas palabras, mi mente se vacío, no sabía que decir, no sabia que era esto que sentía, ¿era amor?

Me quede mirandola unos minutos, sus lindos ojos brillaban, sus mejillas estaban de un color rosado, su lindo pelo castaño, me encantaba...

- Ehh... Bueno sigamos cenando.- Dijo ella, un poco nerviosa.

No dije nada, solo la seguí.
Luego de cenar nos fuimos a dormir, ambos estabamos muy cansados.

Al dia siguiente desperté un poco tarde, aproximadamente como las 10:00 hrs del día, me dirigí directo a la sala de estar, ella no estaba ahi, solo habia una nota y un pequeño rollo de billetes...

"Buenos días Gabriel, espero hayas amanecido bien, olvide decirte, que hoy debía ir a trabajar, por lo tanto llegaré cerca del medio día, aquí te dejo un poco de dinero por si lo necesitas, cuidate, la casa es tuya.
Atte; Mariela."

Me pregunte en que trabajaría ella.

Luego de unos minutos pensando, recordé que la ayudaría con los gastos de la casa, así que hoy iría en busca de trabajo.

Salí de la casa y me fui directo a la plaza central de la ciudad, compré un diario, busque la sección de anuncios, pero solo encontraba, ventas de garaje, arriendos y ventas de casa, etc...
Por suerte al final de la sección de anuncios, encontré uno que decía:

"Se Necesita Personal De Limpieza, Con O Sin Experiencia, Interesados Llamar o Ir A la Dirección Indicada.

Fono: 32-253-2768
Dirección: Calle O'Higgins #254"

Como no podía llamarlo porque no tenía ningún celular, decidí ir directo al lugar.

Ya estando fuera del edificio...

Estaba parado fuera del edifico, estaba nervioso, veía mucha gente entrar, gente que estaba muy bien vestida, por un minuto pensé en irme de ese lugar, pero pensé en Mariela, no merecía que yo solo estuviera en la casa para comer, y descansar, debia aportar con algo, asi que entré. Me dirigí hacia una secretaría que estaba al inicio del enorme edificio.

- Buenos días.- Se dirigió hacia mi la amable secretaria.

- Buenos días.- Dije sonriendo

- ¿Qué busca por aquí?.- Dijo mirando su computadora.

- Venía por el anuncio sobre un puesto para el personal de limpieza.- Dije, tímido.

- Oh! Pase por aqui.- Dijo, animada.

Me llevo por unos pasillos hasta que...

- Llegamos, esta es la oficina de nuestro jefe, adelante.- Abrió la puerta -. Hola señor, el viene por el puesto de personal de limpieza.

- Gracias por traerlo Sandy.- La secretaria se marchó.

Estuve aproximadamente una hora hablando con el, era muy agradable, se llamaba Rodrigo, me pregunto sobre mi, porque me intereso el puesto y muchas otras preguntas aburridas.

- Okey! Hemos terminado, por lo visto, tiene muchas habilidades desarolladas, obviamente lo quiere en este edifico!.- Dijo sonriendo.

Estaba tan feliz, le agradeci y me retiré su oficina. Habia pensado decirle a Mariela esta noche.

Salí del edificio, miré a mi alrededor para poder cruzar la calle, cuando estaba aproximadamente por el medio de esta, senti un fuerte motor que se dirigía hacia mi, el chofer intentó frenar pero no pudo...

Habia quedado inconsciente aproximadamente unas 3 o 4 horas, cuando desperté lo primero que vi, fue el rostro de Mariela.

- Hey, ¿como te sientes? .- Tenía lágrimas en los ojos.

- No muy bien, ¿Donde estamos? .- Miré a mi alrededor

- En el hospital.- Me miraba fijo.

La observaba, grabandome cada uno de los detalles de su lindo rostro.

- Tengo buenas noticias.- Sonreía pero a la vez se veía tristeza en sus ojos -. Hoy fui a AREC, y dijeron que ¡Si! ¡¡Te vas a quedar conmigo!!.- Se notaba su entusiasmo.

Estaba tan feliz de oír eso, no sé porque, ni como, pero me sentía mucho mejor.

- Estoy tan feliz!.- Dije con mis pocas fuerzas -. Yo también tengo noticias.

Se concentró en mi, dandome la sensación que estaba lista para oír.

- Hoy fui a conseguir trabajo, y he encontrado.- Dije sonriendo.

Ella miró el piso, y luego hablo.

- Me temo que no podrás trabajar durante algunos meses, el doctor dijo que debias cuidarte... mucho.- Me miró.

Eso me habia desanimado mucho más.

*¡TOC! ¡TOC!*

- Permiso.- Dice un señor de bata blanca, el doctor.

- Señorita, me temo que ya debe irse.- Miro a Mariela.

- Okey, Mariela, esperame afuera mientras yo voy.- Dije entusiasmado.

- Señor Gabriel... Eh... Me temo que no podra irse a su casa hasta unos días.- Miró a Mariela y a mi.

- Doctor, usted esta diciendo, ¿Qué el estará hospitalizado?

- Si señorita.- Ella me miró.

Antes de que Mariela se fuera, me abrazó, no lo hizo tan fuerte, debido a que yo estaba algo adolorido por el golpe.

- Te quiero.- Le susurré al oído.

Ella se fue, pero pude notar en su mirada, que ella siempre estaría conmigo, ese dulce amor que ella me daba estaría siempre conmigo, sin importar lo lejos que estemos, nos tendríamos el uno para el otro.

Si No Te Hubiera ConocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora