EL DESEO DE TOMOYO. TOMOYO Y TOUYA

MATRIMONIO Y SEPARACION

Había sido una boda hermosa, llena de gente importante, todos estaban seguros que Tomoyo y Touya durarían para siempre. Realmente había sido como un cuento de hadas o eso parecía. La realidad era que ambos trabajaban sin parar, él con su padre en las empresas Kinomoto y ella administrando tres tiendas de lujo para mascotas. Al cabo de un tiempo, el trabajo abrió una grieta entre ellos resquebrajando su relación, aunque eso era solo parte del problema, lo que finalmente los empujo a separarse era que Tomoyo deseaba tener hijos, pero Touya no.

Por eso empezaron a pelear constantemente transformando su vida en un infierno. Finalmente y después de evitar el asunto por semanas, un mes antes de cumplir su 5to. Aniversario de bodas, Tomoyo resolvió irse, aprovechando que Touya estaba en un viaje de negocios, comenzó a empacar sus cosas con calma porque su marido regresaba hasta el día siguiente. Sentada en su habitación, Tomoyo lloró amargamente y por largo rato desahogando semanas de tensión y dolor, después de un rato, se limpió las lágrimas y tomó el teléfono, para llamar a una de sus mejores amigas, Nakuru

- "Aló?"
- "Hola Nakuru, ya lo hice!"
- "De que hablas?"
- "Puse todo en maletas, ya no quiero seguir suplicándole que tengamos hijos!"

Del otro lado del teléfono se hizo un silencio de tumba; Nakuru sabia que la actitud intransigente de Touya tarde o temprano la empujaría a esto, pero aun sabiéndolo, la había tomado por sorpresa. Reaccionando ante la voz de Tomoyo, preguntándole si aun seguía ahí, Nakuru se aclaró la voz y le preguntó adonde pensaba ir una vez que dejara el apartamento.

- "Iré a un hotel, pero lo voy a esperar, regresa mañana!"
- "Pero te vas a echar para atrás cuando lo veas!"
- "No, estará aliviado!"
- "Entonces para que esperar?"
- Porque no soy una cobarde, si lo hago debo hacerlo bien!"
- "Como tu digas, pero no vayas a un hotel, quédate con nosotros!"
- "Por un par de días solamente!"

Esa noche prácticamente no durmió pensando en lo diferente que sería su vida sin Touya, se sentía desolada de pensar que aunque lo amaba con toda su alma, separarse era la única solución para tener algo de paz y tranquilidad, de lo contrario iba volverse loca.

Al día siguiente…

Cuando Touya atravesó la puerta le extraño ver a Tomoyo sentada en la sala pensativa. Inmediatamente sintió el stress acumularse en su cuello y se preparó para lo que pensaba iba ser otra de sus peleas, pero cuando caminó y vio las maletas apiladas en el piso, sintió un escalofrío pero no dijo nada. Tomoyo había puesto las maletas a medio camino, donde fuera imposible no verlas, sin moverse, esperó por alguna reacción pero su marido se quitó el saco como si nada, reforzando su decisión.

- "Como te fue?"
- "Bien, algo cansado!"
- "Ya veo, Touya voy a hacer esto lo mas sencillo posible, no quiero seguir peleando por lo mismo, tu no vas a cambiar de idea y yo tampoco así que me voy!"

Touya apretó la quijada y admiró su entereza, sintiendo que una parte de si mismo iba morir cuando ella se fuera.

- "Quiero que sepas que te amo pero entiendo que no es suficiente para mantenernos juntos!"
- "Pero te quedaras en Tokio?"
- "Por el momento sí, a lo mejor no es mala idea irme…ya veré. El lunes pasaré por la oficina de tu papá para finiquitar lo de las tiendas!"

Touya juntó las cejas porque sabía que Tomoyo se había esforzado mucho para levantar las tiendas, aunque no se preocupó demasiado porque seguramente su padre iba poner mil trabas con tal de no dejarla ir. Guindándose la cartera al hombro, Tomoyo suspiró, se sentía tranquila y esperaba que su partida sirviera para que su marido reaccionara, sino tendría que resignarse a perderlo.

- "Touya?"
- "Dime?"
- "Tu me quieres?"
- "Claro!"

La rapidez con que contestó fue una agradable sorpresa y dentro de aquel mar de tristeza, saber que la amaba era una laguna de felicidad. Acercándose para darle un besito en los labios, le dijo que lo amaba. Touya tragó grueso al escucharla, quería moverse y evitar que se fuera, pero las palabras de Tomoyo resonaban en su mente como una sentencia. Se amaban pero no era suficiente porque querían cosas diferentes. Pensaba que decirle cuando sonó el timbre, era Yukito y Nakuru. Ambos lo saludaron sin poder esconder su tristeza y en cuanto Tomoyo le pidió a Nakuru que la acompañara al cuarto para asegurarse de no dejar nada importante, Yukito se acercó preguntándole que estaba sucediendo.
- "Porque dejas que se vaya, que fue lo que pasó?"
- "Tu sabes!"
- "Quiero escucharlo de ti!"