—Me alegro de que fueses a buscarme —dijo Trish, limpiándose los labios delicadamente con la servilleta de papel—. Esta pizza es la mejor del pueblo.
—Al estar Tommy de campamento con los chicos de la iglesia, me pareció que tendrías deseos de un poco de compañía —sonrió Jack—. Después de todo, ¿qué ibas a hacer con tanto tiempo libre?
—Ya encontraría algo que hacer —dijo Trish con una sonrisa resignada.
Jack no pudo evitar pensar lo guapa que se encontraba aquella noche. Aunque su vestido veraniego no fuese demasiado corto, dejaba al descubierto un amplio escote y mucha piel dorada.
Se moría por tocarla desde que había ido a buscarla a casa. Al abrir la puerta del coche, ella había pasado a su lado, y había deseado tomarla en sus brazos en aquel mismo instante. Pero aquella noche era la noche de renovar su amistad, no de darse besos.
Y Trish era una gran conversadora. Hacía rato que Jack no se reía tanto. Pero entre su sugerente perfume y la forma en que ella se pasaba la lengua por los labios para limpiarse la salsa de la pizza, le estaba costando trabajo concentrarse.
—Es agradable tener la oportunidad de reanudar nuestra amistad —dijo Trish, jugueteando con la pajita de su bebida—. Aunque nos conocíamos en la secundaria, la gente cambia.
—No creo que hayamos cambiado tanto. Seguimos disfrutando juntos, igual que cuando teníamos dieciocho anos —dijo Jack.
—Si disfrutabas tanto conmigo, ¿por qué nunca me invitaste a salir? —pregunto Trisa, inclinándose sobre la mesa con los ojos brillantes de curiosidad.
La pregunta lo tomó por sorpresa. Decirle que nunca se le había ocurrido invitarla a salir hubiese parecido ridículo, pero, desgraciadamente, así lo era. Masticó, haciendo tiempo.
—¿Te avergonzaba mostrarte conmigo en público? —insistió ella—. ¿Por eso?
—No —dijo él—. Por supuesto que no.
—Entonces, ¿por qué nunca me presentaste a ninguno de tus amigos? ¿Por qué nunca tuvimos una cita de verdad?
Después de todos aquellos años, Jack no estaba seguro de por qué le importaba tanto a ella, pero se notaba que así era. Se movió en la silla, incómodo.
—La verdad —dijo, haciendo un gesto con las manos y decidiendo que lo mejor sería ser honesto—. No se me pasó por la cabeza.
—¿Nunca se te ocurrió? —preguntó Trish, incrédula.
—Nunca —dijo Jack, dudando de poder hacerla comprender algo que ni él mismo comprendía—. Yo tenía mis amigos y supuse que tú tendrías los tuyos.
—Sí, claro... —dijo Trish, encogiéndose de hombros.
Jack se sintió avergonzado al pensar en como le había fallado.
—Daría cualquier cosa por dar marcha atrás en el tiempo.
Se quedaron en silencio durante un largo rato. Jack se preguntó si todo habría sido diferente con Trish formando parte de su vida entonces. ¿Sería su esposa ahora?
¿Y Tommy, sería su hijo?
—No podemos volver atrás, pero sí que podemos empezar de nuevo —dijo Trish finalmente.
Jack pensó un momento en la idea, llena de ilimitadas posibilidades.
—Me gusta la idea de volver a empezar —dijo finalmente—. Hoy podría ser un comienzo nuevo, como una primera cita.
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SIN SECRETOS- CYNTHIA RYTLEDGE
RomanceAquella chica gordita y tímida del instituto de Lynwood se había marchado a la gran ciudad después de la graduación... y volvió diez años más tarde convertida en una estilizada y elegante madre soltera. Todo el pueblo se había quedado boquiabierto c...