Jueves cerca del medio día, y pese a que el sol brillaba con un sutil brillo (a causa del clima), para la rubia aquello era una completa pesadilla; pues aquella tenue luz le fastidiaba la vista, los ruidos del ambiente le deseperaban, hacía mucho calor para su gusto y la cabeza no dejaba de darle vueltas. De mala gana gimoteó por lo bajo a la par que ocultaba su rostro contra la espalda ajena, aunque segundos después volvió a alzar la cabeza con una expresión de desconcierto en sus facciones, no recordaba muy bien como había acabado así.
Quizá no había sido una buena idea el haber dado ese paseo la noche anterior, pese a lo molesta que estaba.
No cuando solo iba con aquel traje de combate y una delgada chaqueta.
Quizá no debió quedarse por tanto tiempo andando entre la densa nieve.
No cuando los primeros días había estado estornudando por el frio.
Tampoco había sido buena idea el haber accedido a entrenar con el par de magos de hielo.
Cuando al final solo terminaba como espectadora de una pelea verbal de los varones.
No cuando esa mañana había despertado con un extraño malestar.
Al parecer se había resfriado.
Por lo que aturdida volvió a apoyar su cabeza contra la espalda de la persona que le llevaba.
¿Cuando había sido la ultima vez que se había resfriado de esa forma? La verdad no recordaba muy bien aquellas fechas, tan solo se acordaba de lo divertido que había sido jugar bajo la lluvia con Alice, y de los regaños en cuanto las pillaron, recordaba la sensación de la garganta reseca y la jaqueca que le hizo llorar después.
También recordaba la palpable preocupación de sus padres y lo confortable que eran los brazos de papá mientras iban de camino al hospital, como olvidar el horrible sabor de las medicinas luego de volver del doctor. Mucho menos podía olvidar los pequeños reproches que le hacía su padre al mismo tiempo que le acariciaba la cabeza, o los besos de mamá y su reconfortante comida; y menos podría olvidar la voz de su padrino leyendole un cuento antes de dormir, después de que accediera al escucharle sorber muchas veces su nariz. Tan solo salío un poco de su ensoñación en cuanto una pequeña disputa alcanzó a colarse en sus oidos.
─Joder, te dije que la había visto rara cretino. Sabía que era una mala idea habernos quedado afuera por tanto tiempo...─ Supusó que al que escuchaba y quien le llevaba contra su espalda era a quien llamaba Big Boy, su voz grave le delataba.
─Ya. Ahora no vengas a hacerte el inocente imbecil, que fuiste tú quien decidió ponerse a crear desafios...─ Y supo por el inconfundible acento que el que hablaba a su lado con un tono molesto era el ruso.
Y por mas que quiso atender mucho mas a la conversación, su cabeza volvió a divagar entre muchas cosas, muchos recuerdos, muchas imagenes que por mas que trataba de decodificar tan solo se volvían una bruma que al final perdía cualquier sentido; no iba a negarlo estaba agotada y el tratar de pensar en como responder a lo que escuchaba no era una opción, pues todo era tan confuso que no sabía si lo que pasaba era real o una fantasia. Por lo que al final solo asintió con una boba sonrisa ante la petición de uno de los varones para que descansara.
─O-okay Uncle Frank...─ Balbuceó en un murmullo antes de encogerse y dormirse aun con esa peculiar sonrisa en los labios.
Ojalá hubiera aguantado mas despierta para percatarse de lo que había dicho.
Ojalá hubiera estado mas atenta para así no confundir a sus camaradas con otras personas.
Ojala no hubiera estado tan cansada como para haber visto las expresiones de desconcierto de los varones.