⊥Sєєкιηg Ƥєηαηcє.⊥

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Era pasado el medio día cuando la rubia se dirigía de camino a su dormitorio en compañía de un alto azabache luego de un largo entrenamiento, y no es que la chica Murdock renegara de ello, en realidad disfrutaba aquello demasiado, mucho mas luego de unas merecidas vacaciones y unas agitadas fiestas decembrinas. Esas mismas en donde había pasado su nochebuena en compañía de la joven Cage disfrutando de una cena tranquila y unos sencillos presentes, o aquella noche en la que para celebrar el fin del año terminó en aquella alocada discoteca.

Tan solo para despertar a la mañana siguiente abrazada de su mejor amiga en una enorme cama.

Y llevarse la sorpresa de hallar al joven Shiranui dormido profundamente en un sofá.

Aquella que solo aumentó cuando escuchó a la mujer de cabellos castaños a sus espaldas.

-Esta es su casa, nos permitió quedarnos luego de todo lo que bebiste anoche- Escuchó decir a la joven Alice mientras se peinaba su despeinado cabello.

Y ante ello no pudo evitar sonrojarse con fuerza.

Mucho mas en cuanto vio moverse al otro y balbucear entre sueños.

Este año comenzaba de una forma bastante peculiar.

~Ø~

Por lo que al ver la sonrisa arrogante del moreno Murdock no pudo evitar soltar un bufido algo infantil, a punto de zapatear el suelo en cuanto el varón soltó una sonora carcajada. Al parecer lo ocurrido aquella noche le seguía causando una enorme gracia al otro, por ello solo desvió un poco la mirada a la par que cruzaba sus brazos. Deseando que aquella situación se volviera cosa del olvido.

-Sigo sin verle lo gracioso Big Boy- Murmuró de forma casi que infantil.

Provocando que otra risa escapara del varón.

Y que ella le diera un diminuto empujón.

O al menos así fue hasta que un ruido distrajo al par.

Por lo que la chica con una mezcla de preocupación y curiosidad le hizo avanzar con pasos apresurados por el interior del bosque, pese a que el mayor le siguiera con una expresión de desconcierto y confusión. ¿Qué era lo que estaba pasando? La rubia en realidad no lo sabía, tan solo tenía la impresión de un mal presentimiento recorriendo su espina dorsal, tan solo sentía que algo estaba mal en aquel bosque; aumento la velocidad y solo detuvo un poco sus pasos en cuanto una brisa helada le hizo cubrirse con los brazos y tiritar.

-Me tienes que estar jodiendo rubia- Escuchó al joven decir entre jadeos, la rubia inclinó un poco la cabeza.

-¿De que estás hablando Big Boy?- Cuestionó con visible curiosidad, tratando de mantener el calor frotando sus brazos.

-Un cazador frío... Pensé que ya no existían, o al menos eso me dijo mi abuelo- Ante ello la fémina observó al mayor alterada.

Puesto que en pasado había escuchado de algo similar.

Y a causa de ello la chica decidió correr en dirección al frío.

Tan solo para hallarse con aquella surrealista escena.

Esa en donde atrapaba entre sus brazos al azabache más joven.

Ese mismo que caía inconsciente y enfermo entre sus brazos.

Y la culpable de ello se reía a carcajadas atada a uno de los árboles.

~Ø~

¿Qué diablos era lo que pasaba? Aquella pregunta no dejaba de cruzarse por los pensamientos de la jóven Murdock, no mientras movía al menor en busca de que reaccionara (cosa que no pasó), mientras trataba de acomodar mejor la ropa destrozada del muchacho, mientras lo arropaba entre sus brazos y le susurraba de forma dulce que todo estaría bien. Quizá aquello provocó que el otro azabache desviara la mirada ligeramente celoso de los mimos que repartía la chica y que la mujer pese a la distancia emitiera un chillido de pura rabia.

The Little Devil's ChroniclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora