Cuando la jornada termina, en el arqueo de caja, puedo ver que nos ha ido muy bien para ser nuestro primer día. Mi restaurante es pequeñito y muy modesto, pero con esfuerzo, con esto podré ir pagando mis deudas y dejaré de tener tantas carencias.
Pago a mis amigos lo que les había prometido y también le pago a Deb lo que le corresponde por una jornada de trabajo. No me ha quedado mucho, pero sí lo suficiente como para seguir, me siento muy contenta de que todo ha salido bien.
-¿Todavía no te vas? -los chicos se han ido y Deb está en la puerta de la cocina, me pregunta mientras yo estoy lavando unos utensilios de cocina, me falta un buen rato para poder terminar e irme a descansar.
-No -respondo sin dejar de lavar los trastos- tengo que dejar limpia la cocina.
-Pero ya es de madrugada -replica- ¿no te da miedo salir a esta hora e irte sola a tu casa?
-Para nada -me giro un breve momento para sonreírle- vivo sola en un pequeño departamento que está aquí arriba, así que no me preocupa la hora. Quiero que queden limpios todos los utensilios que ensucié el día de hoy, para que estén disponibles para mañana.
-Ohhh -asiente con la cabeza analizando lo que he dicho- bien, pues te ayudo entonces, así terminas más rápido.
-No te preocupes. La verdad Deb, es que no tengo dinero para pagarte horas extras; no tardaré mucho, en serio. Muchas gracias de todas formas.
Detengo lo que estoy haciendo por unos segundos para poder responderle. Me siento un poco sonrojada y no quiero tardar tanto aquí, pero en serio que no podría pagarle horas extras.
-No seas tonta, no voy a cobrarte. Creo que si mañana va a ser un día como el de hoy, deberías de descansar un poco, después de todo, tú cocinaste toda la comida.
-Pero no tienes por qué hacerlo -insisto- ya es tarde y tú si vas a ir lejos para llegar a tu destino, en cambio, yo solo subiré unos escalones para llegar a mi departamento.
-Eso no me preocupa, nadie está esperándome -lo dice al mismo tiempo que toma una franela y empieza a limpiar-. Toma mi ayuda, como una disculpa por haberte gritado desde que te conocí y por haber deseado que te aplastara un camión a la salida de tu casa.
-Eso es muy alentador.
-Cuando quieras motivaciones personales, contrátame.
Ambas reímos divertidas y cada una empieza a limpiar una parte de la cocina, fue algo extraño pero debo decir que también fue un rato agradable, pudimos platicar un rato y ahora conozco un poco más sobre ella.
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Eres el ¡Boom! de mi corazón
Proză scurtăBri se está preparando para abrir su restaurante, está ansiosa y emocionada arreglando lo que necesita para que todo sea perfecto. Más no contaba con que conocería a Deb, quien le hará pasar momentos difíciles a causa de un mal entendido. Por eso d...