Cuidado Con Los Zombis

Experimento en proceso

❧ Perspectiva del chico ☙

Seguíamos dentro de la casa y no podíamos salir, ya que estábamos rodeados por los zombis que se comportaban más agresivos que antes, gracias al ruido que emitía la tormenta. Busqué en toda la casa intentando encontrar algo de utilidad, pero solo logré hallar algunas cosas inútiles y una radio con un micrófono instalado, la verdad era muy antiguo y estaba en muy mal estado, con mucha suerte podría hacerla funcionar. Mientras intentaba arreglar el dispositivo, las dos chicas recuperaban sus energías echadas en el sofá, conversando de cosas malas sobre mí; a pesar de que estaba en frente de ellas, les dio exactamente lo mismo. Al conectar un cable con otro logré, milagrosamente, hacerla funcionar.

Nos quedaba poco tiempo antes de que la barricada de la puerta colapsara con tantos golpes que recibía, por lo que no perdí más tiempo y me puse a buscar alguna frecuencia en la que comunicarme. Cambiando los canales escuché, entre mucha interferencia, la voz de un hombre, quien preguntaba si había algún sobreviviente y que, en el caso de haberlo, dijera su dirección. Intenté responder con la ubicación de donde estábamos, pero no tenía ni la más mínima puta idea, solo detalle rápidamente la granja en la que nos escondíamos y que necesitábamos ayuda urgente, que no resistiríamos más, pero el radio justo dejó de funcionar; desesperado la comencé a golpear varias veces, solo haciendo que esta se rompiera.

Estábamos realmente jodidos y dudaba si lograríamos escapar.

Le conté a las dos chicas que supuestamente venía ayuda en camino y que debíamos esperar unos minutos, aunque la puerta y las ventanas bloqueadas ya no resistían más. Entre los tres decidimos que era mejor salir, que de igual forma si nos quedábamos allí terminaríamos pereciendo.

"¿Y si le ponemos algunas de nuestras prendas al cadáver?... podríamos usarlo de carnada." — sugirió la chica pequeña.

"Es un plan estúpido, ¿cómo crees que se lo van a creer?" — contestó la otra con un tono pesimista.

"Son zombis, dah..." — justificó girando sus ojos — "No le busques lógica."

"Igual podríamos intentarlo... de todas formas, no tenemos nada que perder." — interrumpí apoyando la noción.

"Está bien, pero si no resulta ya saben a quién culpar." — miró fulminante a su compañera.

Le colocamos al cadáver mi adorado bestón blanco, junto con la gorra de mi compañera; también le dejamos la pala entre sus tiesos brazos y lo apoyamos en una mesa. Seguido de esto, nos escondimos atrás del sofá y nos cubrimos con un mantel... parecíamos idiotas, pero en el fondo tenía la esperanza de que el plan funcionaría. Finalmente, la barricada cedió y los infectados entraron como galgos persiguiendo a un conejo, directo hacia la carnada, serían al menos unos treinta y definitivamente la SMG de la chica de gafas no tenía las balas suficientes como para acabar con todos. Sigilosos nos movimos hacia la salida, pero sin querer pasé a llevar un maldito jarrón que estaba puesto en la barricada, alertando a todos ellos con el ruido que ocasioné.

¡¿Es en serio?! ¡¿cuál de este par de idiotas habrá puesto ese estúpido jarrón?!

Corrimos instintivamente, aunque el barro y el viento no nos permitían avanzar muy rápido. Miré hacia atrás, y vi que una de las chicas había sido agarrada por varios infectados, siendo atacada violentamente con arañazos y mordidas; esta gritaba por ayuda haciendo que un mal recuerdo se apareciera en mi mente, quedándome completamente quieto y traumatizado. La otra chica fue a socorrerla golpeándolos con sus puños, pero fue en vano, también terminó siendo atrapada entre la multitud. Solo quedaba yo y no podía mover ni siquiera un dedo, estaba completamente paralizado.