Nueva compañía

224 12 8
                                    

Aún permanecía dentro de un restaurante buscando algunas cosas que poder utilizar, cuando encontré una puerta con un cerrojo instalado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aún permanecía dentro de un restaurante buscando algunas cosas que poder utilizar, cuando encontré una puerta con un cerrojo instalado. La llave para abrirla la tenía el mismo muerto que había dejado unas notas que había leído anteriormente. Caminé por el pasillo después de abrir la puerta, pero la bajada al primer piso estaba bloqueada con muchos muebles, así que sin más opciones subí las escaleras, llegando a la entrada de un pequeño departamento. Entré, y lo primero que me encontré fue un cadáver cubierto por unas sábanas... ese debía de ser el supuesto vecino. Lo rodeé, ya que el olor que expelía era asqueroso, y me dirigí al único dormitorio que había. Encima de la cama me esperaba una simple mochila.

"Bueno... espero no molestar a ningún fantasma..." — comenté mientras agarraba la mochila.

Seguido de esto, me dispuse a revisar los cajones de los muebles, hallando un objeto envuelto en un pañuelo blanco bordado con toques dorados y con un elegante distintivo.

"Para mí mejor amigo..." — leí en voz baja — "rayos al parecer no eran pareja, me siento estafada..." — refunfuñé molesta.

Al abrir el regalo, descubrí un lindo reloj de bolsillo con un mensaje grabado en el interior.

"Para que recuerdes que siempre puedes confiar en mí..." — guardé silencio un momento, dando un profundo y molesto suspiro, esa frase me había hecho recordar cosas que prefería olvidar — "idiota..." — mascullé mirando a cualquier lado, apreté el diminuto objeto y lo arrojé contra el suelo con mucha rabia, causando que se agrietara el vidrio que contenía — "no debes confiar en nadie..."

Continúe revisando las cajoneras, encontrando una linterna, vendajes y algunos remedios; me equipe todo en los bolsillos externos del bolso y me dirigí a la cocina, abrí el refrigerador... y la mayoría de las cosas estaban podridas. Busqué en cada despensa, pero solo encontré platería y lozas. No había absolutamente nada para comer y ni siquiera el grifo traía agua potable.

"Bueno... podría estar peor." — intenté auto animarme.

Miré entre los servicios y vi dos enormes cuchillos cocineros, aunque le faltaban mucho filo para poder usarlos como armas. Los tomé y comencé a friccionarlos, si en YouTube podían hacerlo... porque yo no. Sin embargo, después de dos intentos, terminé cortando una mano al fallarme el cálculo.

"¡Mierda!" — La sangre rápidamente comenzó a brotar — "Tsss... no pasa nada... s-solo es un cortesito..." — miré el tamaño de la herida y me la tapé con un trapo, la cual rápidamente se tiñó de un color rojizo — "Creo que necesitaré otro paño..."

Esperando a que mi herida dejara de sangrar, me puse a pensar en cómo salir de este lugar, según algunas películas podría improvisar alguna soga con la ropa. Me acordé de las sabanas que cubrían el cadáver del vecino. Al acercarme con la nariz tapada, lo destapé, aumentando el tóxico olor a muerto y causándome nauseas.

Cuidado Con Los ZombisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora