Bruno había dejado una nota con su número de teléfono para concertar la cita.
'Aquí tienes mi número muñeca. Llamame a más tardar mañana al mediodía.
Recuerda esto: ¿Como dice el gorila?'
Decidí llamarle al llegar al apartamento pues si lo dejaba para el día siguiente sabía que me olvidaría. Me temblaban las manos y apenas podía sostener el móvil, la garganta se me cerraba y temía que no pudiera salir de ella ni una sola palabra. A pesar de eso, marqué el número escrito en la parte trasera de la nota que Bruno había dejado y esperé a que contestaran.
-Mars - contestó una voz seductoramente ronca al otro lado de la línea.
-¿Br..bruno?- tartamudeé torpemente.
-Natalie- dijo deslizando mi nombre en su boca como un suave ruego.
Me quedé sin palabras, como si se esfumaran de mi boca negándome cualquier acto de sonido.
Al otro lado podía oír la suave respiración de Bruno chocar contra el auricular del móvil y tan sólo eso ya me tenía más que excitada. El deseo de tener su aliento rozando mi piel ya me sobrepasaba de una manera un tanto peligrosa.
-¿Nena sigues ahí?
-Si-monosílabo, debido a mi facilidad para el tartamudeo cuando intentaba entablar una conversación con él.
-Pasado mañana paso por ti a las 10 de la mañana.
-Me parece bien-dije aunque la respuesta hubiera sobrado ya que parecía más una orden que una petición. Y parecía que así sería siempre con él, se notaba que necesitaba tener el poder, el control de todo. De mi. Y eso comenzaba a asustarme. Aunque asustada quizá no era la palabra. Excitada.
-Buenas noches nena. No pienses mucho en mi o no podrás dormir- y ahí estaba su querida arrogancia. Vete al cuerno Bruno.
-Dí lo que quieras, ambos sabemos que aquí el que se masturba pensando en mi, eres tú querido Bruno-dije atacándole con su propia arma.
Se oyó una risa sarcástica al otro lado de la línea. 'Infantil'.
-No me hagas demostrarte nada, porque saldrías perdiendo
-Muero por saber a donde puedes llegar nene
-Suena a reto, tú te lo has buscado nena- pude notar como sonreía. En tan poco tiempo había memorizado cada mueca de su hermoso rostro y ya no era ningún reto para mi saber cuando sonrié sin ni siquiera verle. -Esto va a ser muy divertido créeme.
-Más para mi que para ti. Buenas noches nene- ni siquiera sabía porque le llamaba 'nene' quizás para contrarrestar el 'nena' suyo que tan insistente se hacía en sus palabras.
Después de colgar caí rendida sobre mi cómoda cama y con el recuerdo de su dulce mirada de color avellana y su deslumbrante sonrisa digna de un ángel me quedé dormida deseando poder tenerlo en mis sueños.
El Jueves pasó más lento de lo normal, sin Bruno en el club todo volvía a ser tan desagradable como realmente era. Él lo hacía todo más agradable, porque él tenía luz propia y iluminaba cada sitio al que honraba con su presencia.
No tener noticias de Bruno en todo un día me estaba matando. ¿Como he llegado a esto? ¿Desde cuando comencé a depender tanto de su presencia?
Mi mente confusa me torturaba seguidamente con preguntas sin respuesta que se repetían sin compasión dejando un dolor de cabeza insoportable. Algo estaba claro. Nada volvería a ser lo mismo que antes, no después de conocer a Bruno. Ya no podría sacarlo de mi vida aunque quisiera.
Cuando él estaba lejos sentía un vacío en mi interior incapaz de llenar con nada ni nadie más. Y cuando lo tenía cerca todo se completaba pero sentía unas ganas inmensas de tenerle más y más cerca y a la vez algo me decía que debía alejarme de él. Que era peligroso. Pero estaba dispuesta a arriesgarme, a darlo todo por él. Ya no controlaba nada, no podía. Indirectamente él se había apoderado de todas mis decisiones y ya no tenía control sobre mis propias emociones, sobre mis sentimientos, todos estaban relacionados con él.
'Mañana' Un día que parecía estar lejos pero cada vez se acercaba más a mi y los nervios comenzaban a aflorar en mi interior.
Tenía claro que me pondría para la 'cita' ya que había salido de compras y me había decidido por un vestido rojo con forma de tulipán invertido que se ceñía a mi cuerpo. Era de las pocas veces que me pondría vestido por lo que me sentía algo insegura con el hecho de tener que llevarlo pero quería lucir presentable para Bruno.
En los pies unos mocasines rojos a juego con el vestido. El pelo suelto con mis ondulados rizos naturales alrededor de mi rostro. No me iba a maquillar, me resultaba incomodo. Únicamente me maquillaba para actuar en La Jungla por las normas establecidas del local.
Con todo preparado para el día siguiente me cobijé bajo las mantas y caí en un sueño profundo con Bruno como protagonista, imaginando una cita perfecta con aquel hombre que causaba estragos en mi.
Una parte de mi con la que luchaba por que entrará en razón deseaba a ese hombre con todas sus fuerzas y moría con la sola idea de tenerle cerca por un minuto pero exteriormente intentaba mostrarme todo lo distante que mi cuerpo me permitía dado que muchas veces este me traicionaba cruelmente.
Y divagaba soñando con sus labios sobre los míos recorriendo cada parte de mi cuerpo y me estaba volviendo loca esa idea que no salía de mi cabeza por más que lo intentara.
Había algo en él que me atemorizaba por dentro, esa esencia de peligro que trasmitían sus ojos, ese deseo de poder constante de llevar el dominio de todo, hasta de las personas pero quizás no es que me atemorizase sino que me atraía y eso causaba en mi, miedo. Miedo a entrar en su mundo y no poder salir o peor, salir herida. Herida sentimentalmente o físicamente, quien sabe. Estaba dispuesta a averiguarlo.
Estaba dispuesta a pasar por eso con tal de probar algo de él. Y esas ansias de devorarle lentamente crecían en mi como un dulce y salvaje deseo.
*****
HEEEEY.
Siento que este capítulo sea tan corto :(
Lo subí para que no tengais que esperar tanto pero sigo escribiendo y pronto tendré el quinto capítulo listo :))
Votar y comentar pls amores.
Gracias por leer bbys.
Inca Mars.
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La Jungla. [Bruno Mars]
FanfictionSucio por fuera, podrido por dentro. Podía olerse por todas partes. Y ahí estaba ella, moviendose frenéticamente como si quisiera descomponerle en mil pedazos, mientras seguía enloqueciendo. Día tras día, se convirtío en una rutina ir a verla, y es...