10. Kiss me like you wanna be loved.

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-Tú nunca me cuentas nada de ti.

-No me gusta hablar de mi.

-A mi me gusta hablar de ti.-le reproché.

-¿Ah sí? ¿Y que dices por ahí de mi?-cuando sus ojos brillaban cobraban otro significado como si un lado más pervertido suyo saliera a la luz y conectara conmigo.

-No cambies de conversación.

-Natalie, mi vida es lo más desagradable que te puedas encontrar y no quiero meterte en esto, en mi vida en general. No te mereces el sufrimiento que es posible que vivas si entras en ella.

-Algún día tendré todas las respuestas a las preguntas que en mi mente se están formulando ahora mismo. Lo sabré todo de ti. Quiero ayudarte pero no me dejas supuestamente por mi propio bien pero no sabes que es lo que me hace bien a mi.-las palabras se acumulaban en mi mente, intentando cohesionarlas y que sonara todo con el sentido que en mi mente tenía.

-Natalie, yo..

-Sé lo que me vas a decir, pero no te preocupes, no te voy a presionar.-le corté.-Tan sólo puedes prevenirme, las decisiones que tome de aquí en adelante son cosa mía.

-No dejaré que arruines tu vida, tenlo muy claro.-la parte que él no entendía era que mi vida había perdido todo su sentido sin él. -Además, Sarah..

-Hoy no se habla de ella, ¿recuerdas?-le sonreí intentando recobrar la cita que había sido iniciada.

-Cierto.-me devolvió la sonrisa.

La tarde se desvanecía como la niebla a medida que se avanza. Con los últimos rayos de sol la gente se iba retirando de la playa hasta que ya no quedaba absolutamente nadie.

-¿Quieres bañarte?-propuso Bruno.

-Claro.

***

La luna llego para iluminar aquella estrellada noche. Salimos simulando una carrera del agua con un 'el último huevo podrido' y cual niños comenzamos a correr tan rápido como nuestros pies que se hundían en la arena nos lo permitían. Bruno atrapándome con sus brazos caímos ambos al suelo entre risas.

Se encontraba encima mío, dominándome por completo y la sonrisa que se le había formado permanecía en su rostro para que yo pudiera contemplarla.

Posó sus labios en mi nariz dejando un suave beso. Y quise retener ese gesto en mi memoria.

-¿Cenamos nena?

-No tengo mucha hambre.

-Vaya, con la cena tan buena que había preparado.

-Me gustaría poder decir que podremos disfrutar de una de tus cenas en alguna otra ocasión pero no va a haber otra-dije sintiendo la pena y angustia aflorando en mi como un dolor de muela.

-Haría lo que fuese por cambiar eso nena pero es mucho más complicado.-dijo dejándose caer a un lado mío en la arena.

Yo sólo deje que mis pensamientos se perdieran entre la hermosa luz que la estrellas nos aportaban esa noche. Mi último pensamiento fue que aunque las estrellas eran realmente bonitas había algo que las superaba tanto en belleza como en la forma de brillar y ese era Bruno.

Gire mi cabeza para poder mirarle, él hizo lo mismo.

-¿En que piensas?

-En lo hermosas que pueden llegar a ser las estrellas y en cambio no superan tu belleza.-dije siendo totalmente sincera con él pues quizás no tendría otra oportunidad para serlo.

La Jungla. [Bruno Mars]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora