*
Sus tacones provocaban un estruendo sonido al caminar. Ella era perfecta. Siempre lucia impecable y arreglada.
Siempre lista para contraatacar.
Hoy es el día de las elecciones. Y ella está dispuesta a todo.
Siempre miraba hacia el enfrente. Su conciencia había sido carcomida. Ella lo tiene todo. No tiene miedo y capaz de lo que sea con tal de obtener su propósito.
—Señorita Rubio. Ya está todo listo. Las personas la esperan. —Comento su asistente mientras ella bajaba las escaleras a la planta baja.
—Bien Sofía, ya sabes lo que tienes que hacer. —respondio fríamente.
La asistente asintió en forma de entendimiento y se retiró dejándola sola.
—Ha llegado el día —susurró a la nada.
—¿Decías algo? —dijo una voz bastante conocida para ella.
—Nada. Ahora hay que irnos —dijo la chica sin emoción.
—Por supuesto.
*
Las elecciones se realizarían al mediodía en la plaza principal. Sheryl competirá con un señor canoso, entrado en edad, se trataba de Guillermo Eleazar.
Ella sabía que podía perder, quizás no tenía suficientes personas a su lado para controlar ‘la situación’. Pero no temía, su plan de contingencia se llevaba a cabo en este preciso momento.
Mientras todos estuviesen distraídos y su ‘estúpida asistente’ hiciera las cosas como debe de hacerlas, las cosas estarían bien.
Por ahora.
El plan no era nada más y nada menos que agregar otros pequeños votos a la urna. En otras palabras: hacer trampa y tomar el poder. Sofía agrego unos 50 votos ‘extras’ a la pequeña urna, mientras que los que realizarían el proceso se habían escapado a tomar algo de café. Ya todos habían votado. Solo se espera el anuncio de los resultados.
La pobre asistente, llego sudando y agitada al lado de la chica. Esta la miro con desdén mientras esperaba que la recién llegada se calmara.
Sofía hizo un gesto de asentimiento. Y Sheryl sonrió segura de sí.
—Bien. Muy bien. Ya retírate.
—Pero…
—He dicho que te retires —gruño en silencio.
La joven no pronuncio palabra y salió del lugar.
Sheryl, se arregló el flequillo impaciente, y se cruzó de piernas en su silla.
—Buenas tardes, damas y caballeros —anuncio una voz desde la plataforma—Ya tenemos los resultados de las votaciones. Su siguiente mandatario es… —callo unos instantes para causar más conmoción— la señorita Sheryl Rubio.
Sheryl se paró de su silla, y se dirigió a la plataforma, mientras miro de reojo a su contrincante quien se encontraba tapando su cara con sus manos. <<Pobre infeliz>>
Las cosas no podrían ir mejor.
Claro está, solo para ella.
El futuro era incierto. No hay duda.
*
Luego de un año de aquel día, la calidad de vida en la isla había bajado considerablemente, la miseria, y la pobreza se extendían, los pobres debían salir a las calles a buscar que podían comer sin que los asesinaran los guardias, o les pegaran un tiro. La violencia se ha extendido de formas inexplicables y las protestas terminan como mataderos.
ESTÁS LEYENDO
Intenciones Ocultas || Protesta Literaria (Editando)
Storie breviSheryl. La persona más fría, mentirosa, calculadora y manipuladora que nadie sería capaz de igualar. Nada la detiene para llevar a cabo su plan. La dictadora más joven en la historia de su país, ahora tiene entre manos una decisión importe. ¿Que el...