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Los labios de ambas personas se unían en un tierno y acaramelado beso, tan típico en ellos.

Era 14 de febrero, en frente de la casa, mas bien mansión, de la rubia. El de cabellera azabache la iba a llevar a una cita para su segundo San Valentin juntos, como el primero había sido un completo desastre, ya tenia planeado que hacer para mostrar a su novia lo romántico que podria ser.

Le abrió la puerta de su auto negro, dejándola en el asiento del copiloto. Seguido de esto entro en el auto, lo encendió y empezó a conducir. La ojiazul lo veía de forma curiosa, con una pequeña sonrisa.

-¿A donde vamos?

-Jeje, va a ser una sorpresa, amor.

Una luz roja, hizo que el auto se detuviera, así Fred saco de su bolsillo, una venda blanca común y corriente. La puso al rededor de los ojos de la chica, beso su mejilla dulcemente y sin mas, siguió conduciendo el auto. Ahora la rubia estaba tan entusiasmada que no podía ocultar el rubor en sus mejillas y la sonrisa boba  que se posaba en sus suaves labios.

Después de unos 15 minutos el auto se detuvo. El peli azabache salio y fue a abrirle la puerta a su novia. 

-¿Lista, amor? -Susurro el ojiescarlata, al oído de la rubia, con cariño en cada una de sus palabras.-

La ojiazul asintió. Segundos después, sus ojos se abrieron de par en par. 

"Cheescake factory", era el nombre del local donde estaban, comúnmente conocido por sus exquisitos cheescakes, y por ser una de las mejores cafeterías de la ciudad. La rubia no pudo evitar solo un pequeño chillido y llevar sus manos a sus labios, intentando ocultar su enorme sonrisa.

La rubia giro su mirada para ver a su novio, el cual llevaba sus manos en la cintura de la chica. Giro su cuerpo completo, para poder quedar cara a cara su novio. Llevo sus manos a la cara del chico, tocándola con dulzura y delicadeza. Este pasaba sus manos por la caderas y la cintura de la menor, acariciando y apreciando sus curvas.

Sin esperar, unieron sus labios en un beso lento. Un beso sencillo, sin nada mas ni nada menos que amor mutuo.

Al separarse, entraron al local. Se sentaron en una mesa que estaba a lado de la ventana. Después de unos minutos, en los cuales estuvieron mirando el menú, un mesero vino para tomar la orden de la pareja. Fred había pedido un café y un bizcocho. Mientras que su novia había pedido 2 pedazos de cheescake  y un capuchino.

Pasaban bien el tiempo juntos; tomando, comiendo entre risas y un nuevo tema de conversación al instante de que se les acababa uno. Una pareja con mucho confianza y que compartía varios gustos juntos.

Después de la comida, y de que el pelinegro pagara la cuenta, subieron a su auto. Volvió a tapar los ojos de su novia con la venda antes utilizada. Esta, soltó una pequeña risa, enternecida y emocionada por lo que su novio le tendría preparada en un día tan especial.

¿Qué podría ser mejor de todo lo que hicieron antes?

Game ;; FredoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora