Por las buenas o por las malas.

#2

-Eso es nuevo. - Expresó Pablo con una mueca que era únicamente de perplejidad.- ¿En serio? ¿Estas seguro? -Continuó antes de darle un trago a la lata de cerveza que tenía en su mano.

-Estaba plano. - Murmuró. - No sentía nada. No se me secó la garganta, tampoco imaginé lo que se sentiría tocar las tetas de la chica esa. -Admitió moviendo sus manos como si realmente estuviese estrujando dos pechos enormes.- Nada. Y no es la primera vez.

-Ok, ok. Nos nos alarmemos.

-No estoy alarmado.- Y Pablo se aclaró la voz por esa respuesta.

-Vamos. ¿Hace cuanto no te acuestas con una chica? Quizás sea eso. -Propuso con un movimiento insinuante de cejas.

-No quiero acostarme con alguna del instituto. -Se quejó con un gruñido asqueado.- Mi hermana me convenció de que son un baño publico.

-¿Baño publico?

-Todos entran y salen cuando se les antoja. Y nadie limpia lo que ensucia. -Y ambos cruzaron sus miradas asqueados por aquella imagen.

-Bueno. - Dio punto final al tema.- ¿Quién es? ¿O ahora te gustan los penes porqué si?

-Gianfranco. -

Aquel nombre causo un nudo en el estomago de su amigo, que tuvo que inflar sus mejillas para retener el trago de alcohol que había dado para no escupirlo sobre Daniel. Trago duro y un silenció leve se hizo presente. Pablo, silbo con asombro.

-Tienes toda una lista y te escoges al peor.- Lo dijo tosiendo.

-Oye. Él es quien lo quiere. - Y señaló sus pantalones.

-¡Eso es! -Grito chasqueando sus dedos.- ¿No tendrás antojo de algo nuevo?

-No lo había pensado. - Y se tomo la barbilla. Aquello no era ni dudar ni nada así. Tampoco era curiosidad. Era un antojo. Podría tratarse de eso.

-Quizás si te acuestas con algún hombre, se te quite.

-No hables como si estuviera enfermo.

-Oye. Quien sale más perjudicado aquí soy yo. -Apresuro a decir Pablo.- Ya no tendré a un amigo para hablar de chicas.

-No seas idiota. - Su semblante paso a ser neutro mientras pronunciaba esas palabras. - Aun podemos hablar de chicas.

-Entonces eres bisexual ¿Cierto?

-Ah. Otra opción. - Y se estiró para conseguir un cigarro de sobre la mesa. - ¿No te asusta?

-¿Qué cosa? - Cuestionó extendiendo su mano, como si reclamara un cilindro de tabaco.

-Que pueda ser gay.

-¿No? -Y alzó una ceja curioso por la pregunta.- Tarde o temprano iba a pasar. Es decir. -Hizo una pausa para poder encenderlo.- Nos masturbamos juntos. Nos hemos bañado juntos. Hemos dormido juntos. Incluso hemos hecho un trío.

-¿Qué con eso?

-Yo tenía miedo de que tu o yo nos equivocaramos. - Admitió dando una calada profunda.- Ya sabes, aunque somos adultos, aun ese tipo de cosas pueden considerarse.

-Oye, oye. Sin ponerse sentimental. - Lo detuvo con una sonrisa.

-Sí, sí. El punto. -Se detuvo para compartir aquella risa.- Alguno de los dos estaba destinado a prestar atención a otras cosas.

-Es decir que siempre esperaste esta noticia. ¿No? - Pablo asintió con el cigarro en los labios.- Supongo. ¿Y si fueras tu la razón?

-Te rechazaría.