Me concentro en el trabajo como puedo, en ocasiones mi mente vuela hasta Hale, quien sigue en su lucha por cambiar las tradiciones de Hannover, me siento tan impotente al no poder salir al mundo, me recordaba como una mujer activa, pero heme ahora, apenas y si me puedo mover por la casa. Niego con la cabeza, mi cabeza me juega malas pasadas, debo combatirlas constantemente para no caer en depresión.
Intento ayudar en lo que puedo desde aquí, extraño Ambur y a los abuelos, quienes ya tuvieron que regresar. Veo con tristeza los expedientes que me han traído en la mañana, cada miembro de los Barrier que se pusieron en contra a la rebelión ahora estaba recibiendo ayuda profesional y Bob se encargaba de que eso funcionara, inclusive yo ahora era visitada por una agradable doctora, dos veces por semana. Me los trajeron para que pudiera evaluar sus avances, como si mi opinión fuera importante, muchos de ellos quieren que me convierta en la nueva líder de la familia, pero considerando nuestro pasado, no creo que sea lo más conveniente, deseo que los pocos que quedan puedan ser libres.
Escucho el sonido sordo de la puerta.
―Pase.
Bob aparece deshaciéndose de su abrigo gris, con una gran sonrisa en su rostro, mi hermano es quien más ha cambiado de todos nosotros.
―Tengo buenas noticias ― anuncia sentándose en mi cama, esta alegre, eso es suficiente para mí ― Hale ha conseguido el apoyo del senado, la coronación será dentro de un mes.
Abro los ojos sorprendida, la noticia me ha tomado por sorpresa, no dudaba en su capacidad pero esto era algo completamente distinto. Era un gran logro, y estaba feliz por eso, pero estoy casi segura de que tuvo que dar algo a cambio.
―Eso es maravilloso ― digo fingiendo una sonrisa, extraño a mi antigua yo ― si te soy sincera no esperaba que sucediera tan pronto.
Bob asiente ante mis palabras, coloca sus manos en mis piernas y comienza a masajearlas, con rapidez su calor traspasa las frazadas.
―Bet, Hale y yo sabemos que te sientes limitada y encerrada, con esto lo único que buscaba es hacerte la vida un poco más fácil ― me observa de pies a cabeza, mi cabello ha vuelto a crecer, las heridas superficiales sanaron hace mucho tiempo, pero las heridas que están dentro, no han sanado y no me dejan salir a delante yo lo sé y sé también que Bob y Hale lo notan ― Déjate ayudar hermana, ya no estás sola.
Esas palabras que tanto me cuestan aceptar, siento que es la esencia de todo esto.
Bajo las escaleras con cuidado, no vaya a hacer lujo de mi mala suerte y rodármelas, me rio de mis propios pensamientos, son tan oscuros. Hale asoma la cabeza desde el salón en cuanto llego al último escalón, camina hasta mi haciendo gala de esa masculinidad que se ha reafirmado en estos meses, parece más seguro de sí mismo y vaya que ya lo era antes, aparece en su rostro esa sonrisa de lado que tanto me enloquece, mariposas que creía muertas, comienzan a revolotear dentro de mi estómago.
―Vaya que lo estás logrando ― dice llegando hasta mí, deposita un inocente beso en mis mejilla, haciendo que todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo se despierten ― no sabes lo bella que te ves ― susurra en mi oído y siento derretirme, si no fuera porque tengo las muletas, Dios sabe que sería una masa gelatinosa en el suelo en este momento.
―Extrañaba tenerte en casa ― confieso, desde que había comenzado con su idea de cambiar las tradiciones del país, apenas y si lo había visto, toma una de mis manos y se la lleva a la boca, la besa con cuidado sin despegar la mirada.
―Yo extrañaba ver esos ojitos soñadores, tan únicos para mí, como lo eres tú ― suelta una leve carcajada ― si sabía que para conseguir que tus ojos se llenaran de vida solo tenías que verme, te aseguro que nadie hubiera sido capaz de sacarme de esta casa.
Sonrío en respuesta por qué es lo único que soy capaz de hacer en este momento, siento que cualquier cosa que diga, solo arruinaría este momento.
»Vamos a cenar ― dice guiándome hasta la mesa, me llama la atención ver que solo hay dos sitios ― Bob tenía una cita, ha salido hace unos minutos ― me explica mientras quita la silla para mí, toma las muletas y las apoya en el sofá, lo observo moverse, como un depredador mira a su presa, cierro los ojos y miro a otro lado, este momento tan íntimo, donde estamos los dos solos en casa, la mesa puesta únicamente para dos, ha despertado en mi a la mujer que llevo dentro.
Se voltea con una sonrisa coqueta.
―He sentido tú mirada todo el tiempo ― expone y siento mis mejillas arder, comienza a reírse mientras camina hasta mi ― debo admitir que me siento halagado ― se pone en cuclillas, quedando un poco más bajo que yo, toma mis manos entre las suyas ― no hay nada de qué avergonzarse ― acaricia una de mis mejillas y su contacto despierta un calor en mí que no lo había sentido antes ― ahora que ya no tienes tal carga sobre tus hombros, estas comenzando a vivir, por fin llego en momento que puedas vivir por ti.
―Alguien ha estado reunido con la doctora O'Brien ― aunque de manera más dulce, es exactamente lo mismo que la doctora ha intentado que lo entienda, y lo hago, solo que aún no me siento por completo preparada para enfrentarme a eso que le llaman vivir por mí.
Su sonrisa se ensancha mientras asiente, vuelve a acariciar mi mejilla y agradezco su contacto, aunque me está costando pensar con ello.
―Sí, y me alegro haberlo hecho, me ha ayudado a ver de manera distinta, todo lo que tuvimos que vivir ― toma asiento en el suelo como un chiquillo, en este poco tiempo lo he notado cambiado, son cambios sutiles pero están ahí, es mucho más espontaneo y relajado ― debo admitir que estuve muy depresivo, cuando no despertabas y no sabía que esperar, y me volví paranoico cuando despertaste por primera vez, ibas y venias, incluso ahora hay ocasiones que siento que en cualquier momento te me puedes ir de nuevo.
Me estaba abriendo su corazón, contándome sus miedos y lo que sentía, era su manera de apoyarme, abrirse a sí mismo, para que yo pudiera tener la confianza de hacer lo mismo, y lo estaba logrando.
―Me siento inútil, al inicio, cuando no podía moverme o hablar, estaba aterrada, de que fuera permanente ― mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas mientras se forma un nudo en la garganta que me dificulta hablar ― me animaba, pensando que era como nacer de nuevo, que tendría que aprender todo de nuevo, y me decía que podría con ello ― siento las lágrimas correr por mis mejillas, Hale me mira atento a cada palabra que digo, con una caricia limpia mis lágrimas y en este momento siento una conexión muy fuerte con él, algo que no había sentido antes ― pero la realidad fue distinta, comencé a impacientarme, a sentir que no servía, que lo estaba haciendo mal y por eso no lograba resultados.
―Pero si te has recuperado en poco tiempo ― acota, acercándose un poco más a mí.
―Para mí no era así, en más de una ocasión estuve a punto de tirar la toalla, pensé que era mejor haberme muerto que tener que pasar por todo eso, me sentía fatal ― confieso, y no soy capaz de contener más las lágrimas, salen sin control pero siento que de alguna manera con ellas se va un poco del peso que me oprime el pecho.
Sus fuertes brazos me envuelven, deposita suaves besos por mi rostro, terminando con uno en los labios, siento como si hubiese pasado una eternidad desde la última vez que los había sentido.
―Perdóname, por no haber sentido por lo que estabas pasando ― dice contra mi cabello, niego con la cabeza en el hueco de su cuello, su olor me inunda y me calma.
―No es tu culpa, fue... es difícil pero sabía que los tenia a ustedes si en algún momento quiera o necesitaba hablar, pero me daba tanta vergüenza admitirlo, que preferí sufrirlo en silencio.
―La debilidad no es algo de lo que debas avergonzarte, nuestras debilidades y fortalezas son lo que nos vuelve humanos, aprendemos del acertó y error. Y no tienes idea lo honrado que me siento que confíes lo suficiente en mi para ser capaz de hablarme de esto ― acaricia mi cabello relajándome, me olvido de todo en sus brazos, sus manos buscan mi rostro y sus labios buscan los míos, su beso es suave, delicado, se toma su tiempo para explorar cada rincón de mi boca, los degusta como el más delicioso de los manjares, luego lo comienza a hacer más intenso y profundo, siento un hormigueo en mi vientre, y un suave gemido se escapa de mis labios.
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HEREDEROS I | El príncipe de Hielo
Romance[EN EDICIÓN Y CORRECCIÓN] En el reino de Hannover, todos se están preparando para el acontecimiento del año. El matrimonio del Príncipe Hale con la Princesa Lyris, su pueblo está feliz con la noticia, el que no esta contento con ello, es el mismo H...