EXTRA: UNA MISIÓN DE VERANO PARTE II

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Al aterrizar en Ilis, Lyris, Coral y Christoph esperan por nosotros en la pista.

Mi corazón se llena al ver la sonrisa de quien considero como mi hermana, Lyris siempre fue vivaracha y encantadora, ni siquiera necesitaba esforzarse para serlo, pero ahora brilla con tal intensidad que es sencillo contagiarse con esa alegría solo con verla.

Ayudo a Bet con los niños que se mueven inquietos por bajar del jet, como siempre son imparables.

—¡Pero si son mis niños! —exclama Lyris en cuanto los pequeños bajan corriendo por las escaleras del jet, estos se abrazan a ella en cuanto la tienen cerca.

—Tía Ly, te extrañamos mucho —dice Tasha haciendo énfasis en una larga «u».

—Y tú que dices mi príncipe, ¿me extrañaste? —Mi hijo solo asiente con fuerza, siempre tan tímido.

Tomo la mano de Bet, entrelazo nuestros dedos y la observo sonreír, me guiña un ojo con coquetería mientras avanzamos.

Christoph es el primero en acercarse a nosotros con una gran sonrisa, llevando su traje de tres piezas tan característico de él, lo que se traduce en que Lyris lo sacó en medio de sus obligaciones como Rey.

—Bienvenidos a Illis, Hale —dice primero observándome a mi y luego su mirada pasa a mi esposa—, y mi querida Josabet, bienvenida de nuevo a tu casa.

Ruedo los ojos ante su galantería, si no fuera por que ya llevamos muchos años conociéndonos me molestaría, pero sé que el respeta a Josabet y también lo hace por fastidiarme. Hay cosas que nunca cambian.

Estrechamos su mano y se disculpa para saludar a los demás. Coral es quien toma su lugar abrazando a Bet con fuerzas, hasta hace un par de años, que Lyris y ella se mudaron nuevamente a Ilis no han tenido muchas ocasiones de verse y aunque se que hablan seguido, también comprendo que estar frente a frente no se compara con nada.

Cuando es mi turno Coral me sonríe enarcando una ceja. Me abraza y antes de separarnos me toma por los hombros y me examina.

—Ya se te comienza a notar la edad —Es lo que dice la muy descarada—, pero si te están saliendo hasta canas.

Río sin poder evitarlo por que en eso si tiene razón, ya estoy en mis treintas y aunque no me considere viejo, Ser rey, ser padre y ser esposo, conllevan una gran responsabilidad, tiempo y energía así que es normal de que comience a verme mayor de lo que en realidad soy.

—Siempre tan lengua larga, Coral —refuto.

—Tu siempre tan aburrido, Hale —Contesta sacándome la lengua como si fuera una niña.

Río negando con la cabeza, esta mujer no tiene remedio.

Por fin es el turno de Lyris y no me contengo ni por un momento en rodearla con mis brazos y alzarla unos cuantos centimentros sobre el suelo haciéndola reir.

—Sí serás bruto, Hale —dice con las mejillas sonrojadas.

—De nada.

La deposito de nuevo en el suelo y beso su frente.

—Bet controla a tu marido —dice girando su cabeza a Josabet, quien esta haciendo un gran esfuerzo por no reírse.

No aflojo mi agarre aun cuando Lyris se pone a forcejear conmigo.

—Ya hombre —dice Bob a mis espaldas acercándose a nosotros—, deja algo para el pueblo rey acaparador.

Eso provoca que todos nos riamos, las ocurrencias de Bob no tienen precedentes.

HEREDEROS I | El príncipe de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora