1.El viaje

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San Fransokio. Un hermoso lugar en donde la tecnología, la sociedad y los avances para seguir construyendo un mundo mejor reinaban por encima de todo.

Y a pesar de esto, un pequeño individuo de 14 años se encontraba en su habitación, como siempre, haciendo literalmente nada. Desde que perdió a Baymax, sus ganas de seguir habían disminuido casi por completo. Ya no tenía a sus padres... Ya no tenía a Tadashi... Ni siquiera tenía a aquél robot que tanto lo cuidó y que él apreció a montones. El brillo de sus ojos había desaparecido, estaba más flaco que antes, su cabello había crecido un poco esas dos últimas semanas. No comía, no se movía, su respiración no se escuchaba. Uno podría decir que el chico estaba muerto, lo único que hacía darse cuenta de si esto era cierto o no, eran los parpadeos que muy pocas veces se presentaban en los ojos de Hiro. Sólo veía el techo, recostado en su cama como estrella de mar.

La señora Cass, que en ese momento estaba subiendo las escaleras hacia el cuarto de Hiro con un cuento y unas galletas, hacía todo lo que se le venía a la mente para que su niño volviera en sí y fuera el mismo genio con la energía sorprendente que lo caracterizaba, pero nada funcionaba. Verlo así la mataba de dolor, tanto que llegó a cerrar el café la primer semana entera. Se esforzaba en hacerle reír, en darle comida, en consolarlo, y nada daba frutos. Se le acababan las opciones.

Ya en frente de aquella habitación se había parado a tomar fuerza para 'visitar' de nuevo a su querido –y único ahora– sobrino. Ella ya sabía que el chico no mejoraría con un simple postre y un cuento, pero no lo quería aceptar. Ya que si las cosas no cambiaban para bien, lo único que le quedaría sería traerle a algún profesional, y al de tez blanca no le gustaban esas personas, decía que eran brujos de magia negra controla-humanos, animales, y objetos. Unos aliens. Río un poco al recordar aquellas palabras. Quién sabe, podría incluso empeorar su estado. Porque ella tenía consciencia de que el joven sabía lo que pasaba alrededor, pero aún así no salía de su trance. Tomó la manija y abrió lenta y pesadamente la puerta —Hiro, te traje unas galletas— fueron las primeras palabras que se había atrevido a decir, esbozando una ligera sonrisa, aunque obviamente, él no contestaría. Cass pasó al dormitorio y se acercó al oji-café —Sé... Sé que no es mucho, ni lo mejor del mundo, pero las hice especialmente para ti, así como te gustan. Mira están tan ricas que si no te apuras me las comeré yo todas— Esto último lo canturreó para provocarlo, moviendo cerca de su nariz una de las galletas para que le llegase el olor y despertara. Pero la alejó unos segundos después, un poco decepcionada, y dejó la pieza de vuelta en el plato. Lo veía con tristeza hasta que... —Oh mira! También te traje un cuento...— dejaba las galletas de lado en su mesa de antiguas peleas robóticas y se disponía a enseñarle aquél libro.

— En sí, realmente es una leyenda, pero la idea de que nadie sabe si es verdad o no es lo que cuenta, jeje— pensó un poco...—Y... Creo que te haría bien...— Se sentó en la orilla de la cama junto a Hiro, abrió aquél ejemplar en sus manos...— "Según una creencia oriental milenaria, desde nuestro nacimiento un hilo rojo nos conecta con aquellas personas destinadas a ser importantes en nuestra vida...— Cass empezaba a narrar la sinópsis de aquella historia, esperando que con esto, el chico diera alguna señal de que su depresión había pasado un poco al menos.—

El hilo existe independientemente del momento de sus vidas en el que las personas vayan a conocerse y no puede romperse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o menos tenso, pero es, siempre, una muestra del vínculo que existe entre ellas.— Miró de reojo al chico, las cosas cursis no eran su fuerte, pero ya que nada lo hacía reaccionar intentó sacarlo de sus casillas al leer eso, por lo que continuó— Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia...— Él seguía sin hacer nada...— Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja. Este empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. Luego, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza"...— Cass continuaba narrando, pero Hiro seguía como una un maniquí. Al final terminó y como un pequeño extra se encontraban unas palabras de un tal Paulo Coelho, y rezaba así:

Nunca podrás escapar de tu corazón,

así que es mejor que escuches lo que tiene que decirte…

Esa frase dejó a la tía reflexionando un momento, y al darse dió cuenta de lo que hacía negó con la cabeza ligeramente y volvió la mirada a su sobrino. Una parte de ella le decía que el chico al menos se tapaba los oídos o habría cerrado los ojos para ignorar... Pero al observarlo, su pequeño sentido de la realidad tenía la razón otra vez: Él no se había inmutado ni siquiera un poquito. Perdió las esperanzas.— Ahh...Hiro, sabes que te quiero mucho, ¿verdad? Tus amigos también están preocupados por ti... Sé que sólo vinieron unos cuantos días, pero no es su culpa... Queremos que vuelvas...— Esperó unos segundos antes de acercarse más al joven para plantarle un beso en la frente, tembloroso, lleno del amor que ella le tenía a su pequeño genio, y se dispuso a salir sólo con el libro de ese lugar.

Bajó al café y se dispuso a limpiar una mesa en lo que otro cliente llegaba. Ya no sabía qué podría hacer antes de tomar medidas más extremas con Hiro. A veces pensaba que era ridículo ponerse así por una simple máquina, él también era inventor, ¡podría sólo hacer otro igual y ya! Se desesperaba tanto que si no se controlara, ya habría regañado a ese niño y le habría puesto unas merecidas cachetadotas. Ella juraba que así se le quitaría lo dramático. Sin embargo lo entendía. Entendía que sería difícil pasar por dos pérdidas de seres tan apegados a él en tan poco tiempo y puede que hacer otro no fuera lo mismo. Además, ella no tendría el valor para dañarle tan bruscamente. Por suerte, ese día de pura casualidad escuchó hablar a unos sujetos en el local sobre un viaje que harían al extranjero, para así olvidarse un rato de sus problemas como la tarea, los compañeros, el estrés, etc.— ¡Eso es!— Dijo en voz alta golpeando la mesa con las palmas de sus manos, se había emocionado y las personas que estaban ahí la vieron de mala manera, como diciendo que estaba loca.—Emmm... Lo-lo siento, sigan con lo suyo— terminó la frase un poco apenada por la mini escena que montó y fue rápidamente hacia la caja –donde cobraba sus productos– ahí se sentó frente a la computadora y comenzó a buscar lugares turísticos en otros países, y entre los muchos que había, se decidió por un diminuto poblado en México, ya que le parecía muy hogareño y tranquilo. Lejos de los problemas de la ciudad y de los recuerdos tan tristes que le quitaron la vida a su sobrino. Compró 2 boletos de avión y un hospedaje para 4 semanas. Todo iría genial...

Esa noche...

La tía Cass cerró su tienda y subió muy feliz hacia donde se encontraba Hiro, abriendo la puerta con los mismos ánimos que se le habían incrustado desde la tarde en que planeó todo.— Hiro, te tengo una súper noticia...— Mencionó mientras acomodaba ropa y objetos necesarios como cepillo de dientes, un peine, y más para el menor en una maleta. A este parecía no importarle la emoción de la señora que bien podía contagiar a cualquiera, pero aun así...— mañana por la mañana... ¡nos vamos a México!—

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HOLA QUE HACE!(? Ajdhfivd
Yoru por fin se ha decidido a subir algo escrito por ella ahr xD
Espero que les vaya a gustar esta historia, o por lo menos que los entretenga un rato uvur
Si....a parte del bxb también me gusta éste shipp(?

#ARRIBAELHIROGUELPAPUS(?????

Tu "Tierra De Los Muertos"|| HiguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora