5.Night

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Los dos jóvenes llegaron al cuarto del Rivera y comenzaron a acomodar todo lo que estorbaba para dejar un espacio vacío y después arrumbar la mochila del mayor por ahí, Miguel debía ir al comedor así que Hiro también lo acompañaría.

— Hola abuelita, mi mamá dijo que viniera a ver qué hacía falta así que...¿en qué ayudo? — Dijo acercándose a ella.

—Ayyy qué linda es Luisa~ gracias al cielo, casi cocía de más la carne de tanta cosa que vengo haciendo a la vez, necesito una mano, ve poniendo los platos mijo', ya les serví el pozolito y está bien bueno, igualito a como lo hacía tu mamá Coco... ¡Ah caray! — Mamá Elena se asustó por un momento al observar que otro niño que no era de la familia estaba ahí y por poco se le cae la comida. De no ser por su equilibrio ya todo estaría regado en el suelo. — ¿Y este chiquillo de dónde salió? —.

Miguel miró a Hiro de reojo y lo señaló. — Ah, es Hiro. Es... Es el amigo del que... "he hablado mucho" —Mencionó con un tono entre cansado y avergonzado, sus mejillas se tornaron rosas por aquella confesión. ¡Bueno! No era una confesión confesión... Sólo que si lo decía de esa forma... Tal vez su abuelita haría memoria más fácilmente así como sus padres... ¡Pero no había hablado tanto de él, vaya! Sólo unas 6 o 7 veces al día ¿Cómo es que para recordar esas cosas siempre tenían tanta agilidad y para otras simplemente parecía que le hablaba a la pared? Eran tan... Especiales...

—Aaaaahhhh ¡es el chinito ese! Vaya, pero qué desnutrido estás hijo ¿en tu casa no te dan de comer o qué? — Elena le "inspeccionaba" al joven Hamada la cintura, mejillas, brazos, piernas y todo lo palpable para saber en qué grado de "anorexia" se encontraba.

Hiro ya se sentía muy incómodo y como pudo le imploró ayuda a Miguel. — ¡N-no! la verdad es que así es mi cuerpo seño... Abue...¿de Miguel?... —.

—Aww~ jajaja puedes decirme mamá Elena chamaco, pero ese no es el punto ahora, no es normal andar hasta los huesos. Podrías desaparecer si sigues así, es más, quédate a cenar. Te daré todo lo que necesitas para subir un poco esos cachetes. ¿Has probado el pozole? Te ayudará muchísimo con tu problema, oh y puedo darte un poco de los tamales que quedaron de ayer para rellenar huecos. ¿Qué te parece, eh? — Abuelita se había emocionado con sus consejos y no vio que el pobre japo-americano ya estaba realmente sofocado, por suerte Miguel sí y lo que le quedó por hacer fue actuar de manera rápida.

—E-eehh sí abuelita, Hiro se va a quedar a dormir conmigo hoy así que podrá cenar con nosotros, pero tenemos que ir a avisarles que ya está la comida...aaasí que... —Jaló a su amigo hacia él, lejos de las garras de su abuela que se comería a Hiro en el momento menos esperado si pudiese.

—Uy mijo', si hasta pareces nuevo... —La mujer puso sus dedos índice y pulgar en su boca y soltó un chiflido. De pronto toda la familia empezó a tomar asiento en la mesa rápidamente. Mamá Elena tomó con mucho cuidado la olla en la que había preparado el pozole y fugazmente pasó al lado de los chicos —que no se te pegue mucho lo chino. —comentó a Miguel susurrándole en forma de burla.

Hiro logró escucharlo y se sintió un poco enfadado, no es que le molestara que le dijeran "chino" siempre y cuando fuera de manera cariñosa o inocente –como bien a veces lo hacía Miguel–, sino el que lo hicieran sabiendo exactamente que no venía de ese país y encima utilizaban esa expresión para ofender o hacer chistes discriminatorios, pero qué se le iba a hacer en ese momento.

—Vamos Hiro, no te quedes ahí —Miguel tomó de nueva cuenta al otro por la sudadera y lo obligó a sentarse a un lado de él. Todos miraban al de tez blanca intrigados en un silencio de segundos que se volvían eternos e incómodos. Hiro no sabía qué hacer ni qué decir.

—Ejem... Bueno, Jiro, déjame presentarte a la familia, te diré lo que son de Miguel para no confundirte demasiado—Luisa comenzó a hablar para romper el aire tenso con Coquito en brazos—ellos son Berto, Carmen y Gloria, los tíos de Miguel. —Los mencionados saludaron agitando la mano.— Él es Franco, el abuelo. Y creo que ya conociste a Elena... su esposa. —Hiro los veía a todos regalándoles una sonrisa de lado— Por último están sus primos: Abel, Rosa, Benny y Manny...oh...y ella es Coco—señaló a la bebé y ésta se rió— hermanita de Miguel—.

Tu "Tierra De Los Muertos"|| HiguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora