Capitulo 9
Al entrar a la gran habitación. Un hombre, de cabello blanco y gafas que tapaban casi la mitad de su cara, estaba sentado frente a mí, con una pequeña sonrisa. Sara me dio un apretón en el hombro, empujándome suavemente para entrar.
―Hola, _____, me da gusto volver a verte ―saludo alegremente. Fingiendo. Claramente mucho de los psicólogos debían fingir estar felices para darles confianza a sus pacientes. Pero algo fue raro, aunque creía que su alegría era falsa, algo me decía que no era así. Sonreí, sentándome. ―Supongo ―conteste, incapaz de decir algo más. Él rio, haciéndole una seña a Sara para que se sentara a mi lado. El suspiró, mirándonos fijamente por unos minutos.
― ¿Quieres que comencemos?- Me encogí de hombros.
―Si, claro.
―Bueno, pues, cuéntame, ¿qué ha sucedido?
―Yo... bueno... estoy ―mi voz se fue apagando con cada palabra, aun no se me hacía fácil decirle a las personas que estaba en una consulta con un sexólogo por mi problema de "aun¬ virginidad¬ a los -veinticinco"
―¿Le digo yo? ―preguntó Sara. Al ver mi clara incomodidad. Solo asentí y ella sonrió, comenzando a hablar.― Vera ¿recuerda usted cuando nos dijo que seria difícil para ______, ejercer una relación sexual? El Doctor asintió, y yo solo miré a Sara confundida.
―Si lo recuerdo... ¿sucedió?
―Pues si, estamos, bueno, ella está yendo a una consulta con el sexólogo. Justin Bieber ―el psicólogo asintió, como si conociera a Justin, Sara continuo, pero no podía escucharla. ¿Cómo era que Sara sabía que tendría complicaciones a esta edad? La fija mirada de Ben en mí, provoco que toda mi atención se centrara en él. Suspire, sabiendo que ahora vendría la verdad. Aquella verdad que había convertido mi anterior vida en una mierda.
―Así que, lo que ha sucedido en este corto periodo de tiempo, te ha recordado a Frank.
―Bueno, algo así, solo recuerdo su nombre... nada más ―él asintió, dejando a un lado aquel cuadernillo que siempre los psicólogos usaban.
―Cuando tu tenías diez años, ____. Algo sucedió en tu familia. Con tu madre, contigo. Con tu padre e incluso con tu hermano ―dice, cruzando las piernas, recostándose en el sillón, sin dejar de mirarme. ― ¿Hermano? Perdón, pero, yo no tengo un hermano.
―Si, lo tienes, y su nombre, es Frank.
Esperen. Esperen. Alto allí. ¿Yo tenía, es más, tengo un hermano llamado Frank? Mi respiración se volvió espesa, no podía respirar bien. Miré a Sara, quien mantenía su cabeza agachas.
― ¿Qué fue lo que sucedió? ―pregunté, con la voz pendiendo de un hilo. Sara gimió, mirando a Ben, esperando impaciente a que la verdad saliera de sus labios.
―Tu hermano, Frank ―se corrigió― Sufría un pequeño trastorno mental. Lo que lo hacía ponerse agresivo con quien sea. Estuvo internado unos años en un hospital mental cerca de Canadá un par de años. Los médicos le dieron el alta creyendo que él estaba curado. Pero no fue así. Al llegar aquí, Frank fue diagnosticado con bipolaridad severa, lo que hizo aún más peor su condición ―hizo una pausa, esperando a que pudiera procesar bien la información, hice un sonido con mi garganta pidiéndole continuar.― La clínica era costosa y ustedes no tenían los recursos para volverle a internar, por lo que tu padre tuvo que salir a trabajar al extranjero. Allí las cosas se pusieron peores. Tu madre no tenía la fuerza como para detener a Frank en sus crisis. Por lo que él la golpeaba sin parar hasta que se cansaba. Hasta que un día. Eso no fue suficiente. Tu hermano... Frank. Paro de golpearla repentinamente. Subiendo hasta tu habitación, abusando de ti ―dijo directamente, sin titubeos, ni detalles. Sollocé, recordando la vez que soñé aquello―. Luego de eso. Él jamás paro, hasta que un día tu padre llego a casa, encontrando a tu madre tirada en el duelo, inconsciente, y escucho tus gritos desde arriba. Lo que lo asusto. Frank aún no se calmaba lo suficiente, así que cuando tu padre quiso detenerlo, también lo atacó.
―¿Donde esta Fran ahora? ―pregunte asustada, incapaz de detener mis sollozos, estaba realmente alterada.
―Tú te escabulliste hasta la cocina, donde tomaste un cuchillo. Al llegar a la habitación ―suspiró, poniéndome nerviosa― Se lo enterraste en la espalda, como medio de defensa hacia tu padre. Él cayó al suelo, desangrándose, muriendo minutos después.
―¿Qué? ―pregunte, mi voz resonó en toda la habitación. Esto no podía ser cierto. El nudo en mi garganta no me dejaba respirar bien. Me agarre a un extremo del sillón cuando sentí que todo a mi alrededor comenzó a dar vueltas. Un gritó salió de mi boca al segundo en que sentía que todo para mi se volvía negro.Tome aire profundamente, y lo retuve en la garganta, para no sollozar. Sara se había levantado al instante en que mi cuerpo se debilito. Por suerte, no caí al piso ni me desmaye, pero no era consiente de mi alrededor. Yo había matado a mi hermano, quien intentó abusar de mí o abusaba de mí.
Aquello solo quería decir una cosa. Yo no era virgen, había sido violada y además, era una asesina. -_______ -escuche la voz distante de Sara desde mi lado derecho. A través de las lágrimas, la miré, incapaz de decir alguna cosa, el sollozo que antes tenía retenido, se escapó de mi garganta.
- Soy una asesina, soy una asesina -susurre desesperadamente. Volviendo a la realidad. -Yo mate a mi hermano, lo maté.
-¬No, ______, no lo eres, tú solo defendiste a tu padre, eras pequeña. Tranquilízate- sus delgados brazos me envolvieron en un apretado abrazo que me reconforto. Pero solo un poco. En ese momento, el único contacto que quería. Era el de Justin Bieber.
El Doctor Ben y Sara me dejaron desahogar. Estuvimos media hora más allí, Ben, canceló la cita siguiente por mí y yo lo agradecí, necesitaba mucha más explicación sobre lo que sucedió.
-No eres una asesina, ____ -comenzó él. Seque mis mejillas con la palma de mi mano y suspiré.¬ -Eso fue defensa personal. En este caso, defensa hacia tu padre.
- ¿Qué sucedió con mi padre? ¿El fue a la cárcel? ¿Por qué nos dejó? -pregunte. Como una niña pequeña que quería saber más del mundo. Pero ahora, quería saber la razón de porqué yo había crecido sin el apoyo paterno que todos necesitamos. Él suspiró.
-Los cargos de asesinato fueron directamente hacia él...
-¿Esta en la cárcel? -interrumpí abruptamente.
Él negó con la cabeza.
- El cuchillo no tenía sus huellas, solo las tuyas, además, tu padre tenía a favor la condición de tu hermano, pero solo un poco. Ellos juzgaron la razón de no haberlo internado, pero ustedes tenían puntos a favor. El caso cerro un mes después no teniendo ningún culpable.
-Pero yo lo mate.
-Eras solo una niña. Además tu madre confesó de los abusos. Tu hermano a pesar de su condición, habría tenido una pena grande, no en la cárcel, pero si en un Hospital Psiquiátrico.
-¿Él llego a violarme? -pregunte con la voz quebrada, con miedo de que aquella respuesta fuera sí. Pero él negó con la cabeza una vez más.
- Solo sacó tu pantalón y camiseta. Tu padre llegó en el momento preciso. Él solo te tocaba. He ahí el tema de tu fobia. Lo tratamos por un largo tiempo. Pensamos que todo había acabado, pero cuando tu padre te abrazo al terminar el tratamiento, te apartaste de él.
-¿Por qué?- ¬pregunte en un susurro.
- Tu mente confundió las cosas desde esa noche. Mezclo el gran parecido de tu hermano con tu padre, cuando él quiso abrazarte, te apartaste de él como si pudiera hacerte daño. Él no lo soporto y pensó que lo mejor para ti seria que él se alejara un tiempo, hasta que las cosas se calmaran.
- ¿Me dejo?
-Él pensaba volver, pero las cosas duraron mucho más tiempo de lo estimado, tú aún tenías miedo al tacto de los hombres y fue una cosa difícil de afrontar para todos... él jamás volvió.
- ¿Qué hay de mi falta de memoria? -pregunte, cambiando de tema, no quería saber más sobre que mi padre había huido y jamás había vuelto, siquiera para saludarme, además, eso era otra cosa que más me gustaría saber. Él psicólogo suspiro, sentándose mejor en el sillón, cruzando sus manos en su regazo.
-¿Conoces las llamadas terapias de hipnosis? -asentí.- Bueno, la hipnosis sirve para recordar cosas que pasaron en el pasado y que se han borrado completamente de nuestra cabeza. Aunque también, tienen el efecto contrario. Eso sucedió contigo, tu madre quería que dejaras de sufrir y atormentarte, así que pensamos que eso seria lo mejor, al menos hasta que llegara el momento de que supieras la verdad.Exactamente veinticinco minutos después, estábamos en el auto de Sara conduciendo hacia mi departamento. Había querido guardar silencio por lo menos un rato ahora que sabía toda la verdad. Cerré los ojos, descansando mi cabeza en el asiento. Suspiré al recordar una vez más aquella escena de mi hermano, tocándome, mientras mi madre le gritaba desesperada que no me hiciera daño, pero aun así, lo hizo.
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Soy virgen a los 25- Novela de Justin y Tu.
Подростковая литератураPrologo Mi pie se estampó contra su cara lanzándolo fuertemente hacia atrás. Mis manos volaron hacia mi boca con asombro y vergüenza mientras tapaba con la sábana mi cuerpo semi-desnudo. -Lo lamento -me disculpo rápidamente al ver c...