Entre sueños y dulces

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CAPÍTULO 4

Entre sueños y dulces


Para: "Promiscuo21"

¡Mis padres siguen discutiendo!
No parecen notar que me doy cuenta de ello. ¡Los odio!
No se para que se casaron, si se odiaban tanto.

Para: "Señorita perfecta"

¡Oh, vamos! Dime algo que no sepa.
¡Espera!
Debería cobrar por cada vez que lo dices. ¡Ha este paso sería millonario!
No te ahogues en un vaso de agua.
Recuerda. "La señorita perfecta, no puede salirse del papel."

Recuerdo claramente esa conversación como si estuviera sucediendo todo en tiempo real. Duele no saber que ocurrió. ¿Porque me abandono?

Aún le extraño.

El invierno sin duda alguna; fue unas de mis estaciones favoritas.

Pero sin él. Resulta triste.

"El invierno es una buena estación. Deberías pensar en hacer ese tatuaje; en alguna de esas fechas. ¿No lo crees? "

Alejo esos recuerdos de mi mente. Es tan fácil perderse en los buenos momentos.




Las clases avanzadas son la cosa más tediosa, pero efectiva para terminar la carrera en dos años más.

-Odio esto.-susurro

-Recuerdas porque haces esto. ¿No?.-Lee da ligeros golpes a mi cabeza. Me lamento en susurros-. ¡Anda! No seas dramática. ¡Que ese es mi trabajo!

La escuchó reír. Aveces odio tanto su optimismo.
¡Holly! ¡Holly! Ánimo. ¡Vamos, vamos! ¡Solo quedan dos materias más y todas estas aprobadas ya! ¡Con todo, Holly Loli!

-Pero que. . .

Solo alcanzó a decir eso. Antes de oír una suave y ronca risa tras nosotras. La vergüenza no me permite enfrentar al pobre desafortunado de presenciar mi humillante y pobre motivacion. Niego intentando contener una risa nerviosa.
Sin en cambio Lee no tiene ningún problema en girarse y enfrentarlo.

-¡Verdad que fue una gran porra! No se que haría esta pobre mujer sin mi.

Puedo oír todo el orgullo en sus palabras.

-Probablemente evitar momentos como este.

Reniego, tragando mi vergüenza y enfrentando a mi mejor amiga y al extraño.

-Ciertamente pudo ser peor.-le veo encogerse de hombros.- ¿Holly Loli?

Él arquea una ceja oscura al preguntar esto. Su rostro es lo mas hermoso que he visto. Y no lo digo porque su belleza sea cual niño bonito. Es algo más serio. No se como decirlo. Es crudo.

Donde Eddie era rasgos suaves aniñados, suaves y dulces.

Este chico. No, hombre, ante mi. Es crudo, marcado, rudo. Y sus ojos. Sus ojos de un profundo miel. Nada que ver con los de Eddie.

Todo en él es la contra parte de mi pasado amor.

-Fue lo primero que se me ocurrió.-le dice riendo-. Creo que en mi otra vida fui una maravillosa compositora.

Salgo de mi estupor negando.

-Claro Lee. Eso y también tener tu sueño frustrado de porrista.-me mira ofendida, por lo cual río-. ¿Eres el chico de clase de teatro? Hace un par de días, en el informe de Lisandro. Unas filas detrás de nosotras.

Le veo sonreír de lado. Lee no pierde detalle de la conversación, casi puedo ver las ideas rondar su extraña y malsana labor de cupido salir a flote.

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