Los gemelos Kim -Primera Temporada-

Capitulo #1

Kim Seung. Adolescente en un período de enamoramiento hacia mi hermano gemelo...Kim Baek...Esto es raro y confuso a la vez...en este momento no se si debería llorar, reír o mejor darme un tiro en la cabeza.

Aunque obviamente no haría lo tercero, tampoco es que este tan puto loco.

¿Cómo había empezado todo esto?

Ni siquiera recuerdo cuando fue la primera vez que un chico me llamo la atención... ¿Tal vez fue en el jardín de niños? No lo recuerdo, sólo tengo recuerdos de esa ligera sensación de sentir nervios y cosquilleos por otra persona... De mí mismo sexo.

Las niñas no es que fueran malas conmigo o algo parecido, pero es que siempre existió algo en mí que me hizo sentirme atraído hacia los niños.

En mi casa mi familia es de mente muy abierta, pero no tanto como para poder aceptar un amorío con mi hermano.

Tal vez estaría confundido y sólo me gustaba por el simple hecho de que siempre estaba dispuesto a protegerme.

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Una madrugada tan fría como la de hoy me hacen querer estar con una gran manta pesada, igual de pesada como la sensación en mis ojos ansiosos de dormir un rato más, pero es que simplemente no puedo dejar de mirar el rostro de la persona a mi lado.

Me había escabullido hasta su cama para recibir calor, pero ahora tengo un problema de accesibilidad a quedarme dormido, mi estómago hace notar mi nerviosismo con su característico dolor punzante que me dice que huya a la seguridad de mi propia cama.

— ¿Qué haces aquí, Seung? –Dijo inesperadamente la voz ronca y adormilada de mi hermano, el cual ni siquiera le fue necesario abrir los ojos para saber que el intruso en su cama era de nuevo yo. Su sueño era un tanto pesado, pensé que podía quedarme aquí hasta que sonara la alarma-

— Mi cama está demasiado fría –Me justifique mientras me re acomode en mi lugar, esperando de la mejor manera la orden de que me largara-

Baek no era una de las personas más dulces que buscara las mejores palabras para tratar de las personas... pero eso no tenía tanto que ver con la razón por la cual a mi cerebro le gustaba.

— Es lo mismo aquí y allá, Seung. Solo que si vienes aquí, me quitas el espacio y me robas el oxígeno. Lárgate de mi cama

— Pero... Estamos los dos -Señale con mis dedos. Algo inútil porque aun permanecía con los ojos cerrados pero en mi mente tenía sentido- Si estamos los dos, estará más caliente ¿no has visto los programas que ve mi papá en la tele?

De alguna u otra forma tenía que mejorar mi razón por la cual estaba encima suyo todo el tiempo y tenía que ser de una buena manera.

Sin embargo hoy podría ser diferente a muchas de las mañanas donde está aún más de mal humor, ya que creo que ahora no le interesa tanto el hecho de que este aquí, tan solo Baek esta desvelado por razones externas a mí. Así que sin siquiera contestarme a mi tonta excusa solo tallo sus ojos y se sentó sobre la cama.

— Haz lo que quieras -Me dijo con una ligera despreocupación en sus labios- Deberías de levantarte para ir a la escuela, ya falta poco para que la alarma suene y es mejor que empieces ya porque siempre llegamos tarde por tu culpa

Era cierto, la maldita escuela otra vez. Ya que para mí mala suerte era obligatoria en las reglas de mis padres.

— No quiero ir a la escuela... –Balbucee con mis labios abultados para después cubrir mi rostro con la manta- Hoy sería un día perfecto para fingir un dolor de estómago para poder quedarme a ver películas

— Es increíble cómo es que reniegas tanto de la escuela si de todas formas no haces más que copiar todos mis resultados

— Copiar también es cansado, Kim Baek, mis manos se duermen de tanto escribir formulas y gramática -descubrí mi rostro- ¿No te cansas de hacer lo mismo siempre?

Su pecho se inflo y después de un gran bostezo mi hermano negó con su cabeza.

Seguro que su respuesta hubiese sido muy interesante, pero él siempre ha sido egoísta con lo que piensa. Baek era tan reservado que creo que esa es otra de las razones por las que me gusta... Uno de mis deseos es poder averiguar qué es lo que en realidad piensa

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Mis días de escuela eran interesantes.

O al menos eso me hacía creer el chico del partido y zapatos relucientes a mi lado. E parte era divertida por mis amigos pero solo una pequeña parte ya que no me dejan conversar con ellos en clase.

Mi padre ya nos había dejado en la puerta de la escuela como todos los 5 días molestos a la semana. Mi mochila era liviana el día de hoy, así que podía descansar un poco de los cuadernillos de clase.

— ¿Trajiste todo? -Hizo su pregunta rutinaria antes de comenzar su caminata hacia el salón de clases-

— Si –Confirme de manera simple y con una sonrisa forzada-

Sus pasos eran largos y ágiles, nada comparados a mis pasos largos... Pero aflojerados.

— ¿Esta vez no se te olvido tu libreta de inglés?

— Sip -Confirme mi falta de responsabilidad educativa-

Algo que evidentemente molestaría a mi responsable hermano. Ya que apenas lo dije su ceño rápidamente cambio de uno calmado a uno fruncido.

—- Dijiste que no habías olvidado nada, va a regañarme la profe por tu culpa de nuevo

— Nada importante -alce mis hombros- Lo dice en inglés y yo no entiendo nada

— ¿Qué tal tu libro de matemáticas? –Me volvió a interrogar pero esta vez con su mirada de reojo encima de mí. ¿Por qué cree que tengo más esperanzas de tener un libro de matemáticas?-

Así que para una mejor baja expectativa le negué la mirada e hice que mi lengua chasqueara.

— Si ya sabes que lo olvide a propósito ¿para qué me preguntas?

— ¿Cuándo cambiaras? Si sigues así de irresponsable no tardaran en llamar a mis papás

— ¿Y tú? ¿Cuándo dejaras de ser un amagado? -contraataque con algo de sarcasmo y no con mucha razón, solo quería que dejara de cuestionarme- Los profesores solo me molestan con traer mis libros pero ni siquiera puedo concentrarme en sus clases, ¿para qué cargo cosas que no necesito? Además ya sabemos que mis papás no tienen tiempo para venir aquí por una tonta llamada de atención

— Cuando se me dé la gana se me va a quitar lo amargado, estúpido Seung -respondió con amargura- Siempre son las mismas tonterías contigo.

— Ah... pues yo también, no me voy a quedar atrás en eso. Voy a comportarme como un alumno responsable cuando me dé la gana

— Mejor cierra la boca -Me dio un leve empujón-

Los dos quedamos en un silencio necesario durante todo lo que restaba de camino. Mi salón no quedaba muy lejos y eso era algo bueno.