01:40 p.m. - Tiempo perfecto

C3 - Conexión de almas

Narra Lauren

Hace tiempo creí que la muerte de mi familia fue parte de mi mala suerte, cuando me dieron la noticia lo primero que pensé fue que yo también tenía que morir, no tenía más familia, no tenía nadie que me protegiera.

La primera semana tuve que despedirme de mis padres y mis hermanos, la empresa de mi padre cubrió los gastos pero lamentablemente no hubo nadie que se hiciera cargo de mi, nadie quería a una niña huérfana pero todos querían la empresa.

Fui enviada a una casa hogar y después a otra y a otra… conocí 8 orfanatos antes de llegar a la casa hogar que estaba a cargo de la señora Susan Duff, una señora amable dueña de una empresa de vinos.

Todos pensaban que la única relación que había entre una empresaria de licores y una casa hogar para niños huérfanos era la deducción de impuestos pero los niños que crecimos ahí sabíamos que no era así.

Susan era la persona más amable del mundo, ella estaba todos los días con nosotros, éramos una pequeña gran familia.

Día a día trató de acercarse a mi, lo intentó durante 4 años pero todo fue inútil, yo era una niña que vivía en una burbuja llena de dolor y recuerdos.

Esos primeros 4 años me escondía diariamente en un pequeño cuarto de 2 x 2 alejado de la casa principal, no quería que escucharan mi llanto, pasaba más de la mitad del día durmiendo hasta que Susan tomó cartas en el asunto y me llevó con un psicólogo particular, las sesiones con el psicólogo del orfanato no estaban funcionando.

Aprendí muchas cosas pero nada fue suficiente hasta que la hija de Susan visitó la casa hogar, esa chica de 13 años cambió mi vida desde ese primer día hasta hoy y creo que seguirá haciéndolo por siempre.

Hilary Duff… una chica curiosa y rara, nunca la veías triste y siempre se preocupaba por hacerme sonreír si pasaba por un mal momento.

Recuerdo el día que la conocí a la perfección, yo estaba llorando en medio de un pasillo y ella llegó conmigo invadiendo mi espacio personal, invitándome a comer un helado.

El brillo de sus ojos me hizo aceptar, al parecer ella no había sufrido nunca.

En menos de un mes ella y yo ya éramos mejores amigas y dos años después justo cuando cumplí 13 años Susan me llevó a su casa, se hizo cargo de mi, ella era mi tutora.

Desde los 13 hasta los 18 viví con Susan y con Hilary, fueron los mejores 5 años desde mi nueva vida y sinceramente volví a ser feliz gracias a ellas.

Compartí muchas cosas con mi mejor amiga, recibí la misma educación que ella pero al cumplir los 18 quise independizarme si es que así se le podía decir.

Mientras Hilary estudiaba su carrera universitaria yo trabajaba en diferentes lugares, no tenía claro que quería estudiar.

Siempre fuimos ella y yo contra el mundo y aunque siempre supe que ella estaba enamorada de mí y yo siempre sentí algo por ella, dejé las cosas claras, ante todo seríamos siempre mejores amigas y hermanas y ese lazo no lo podríamos destruir por un romance qué tal vez nunca llegaría a nada.

Hilary siempre sería mi mejor amiga y sabía que sin ella mi vida nunca estaría completa.

Hoy, 15 años después me sentía orgullosa de lo que habíamos logrado, ella estaba casada con una mujer increíble y con una bebé hermosa de 6 meses, trabajaba en sus propios diseños de moda, ayudaba a su esposa en el modelaje y nunca la había visto tan feliz como lo es en este momento.

Por mi parte, yo tenía 7 meses de haberme casado con la mujer más perfecta del mundo… Allyson Brooke Hernández.

Todos los días despertaba antes que ella para poder apreciar cada detalle de su rostro, estaba enamorada, los sentimientos que tenía por ella seguían siendo tan fuertes como la primera vez que me enamoré de ella.