-¿Entonces Jess y tú ahora son amigas?-. Pregunto Diego, quien estaba recostado a mi lado, en el sofá de Anya, la cual como por décima vez desde que llegué aquí, había desaparecido.
-Creo que si-. Murmure-. Joder cuando vi su mensaje, sólo podía pensar que era perra loca psicópata-. Comente haciendo que Diego largara una carcajada.
-Jess es muy agradable-. Sonrió Diego, se podía notar cuanto la amaba a kilómetros-. Siempre estuvo para mi, y siempre me apoyo, y créeme que es muy complicado estar al lado de alguien con tantos problemas de ansiedad-. Informó el-. Nunca se alejó de mi, aunque últimamente está muy preocupada, ya que mis ataques de ansiedad han aumentado, y es muy difícil controlarlos-. Comento, soltando un suspiro al final
-Si, es una gran chica-. Murmure.
-Definitivamente, ahora que se conocen no habrá problemas entre nosotros-. Susurró el sonriendo hacia mi. Yo sólo asenti, no me sentía cómoda.
El hecho de hablar de Jess, a quien había conocido y resultó ser una agradable y tierna chica, me había resultado incómodo. Por el simple hecho de que tenía novia, y si bien tienen una relación abierta, seguia sintiéndome culpable.
Yo no podía hacerle eso a Jess, y tampoco podía hacerme eso a mi.
