This Is Not Convenient // Destiel

3/6

Dean está en lo correcto, en su mayoría. El vínculo realmente no cambia mucho de lo que hay entre él y Castiel. Siguen cazando, todavía pelean acerca de lo que Dean come, aún permanecen juntos hasta que es tan tarde que a Dean se le cierran los párpados sin su permiso.

No sabe al respecto, pero imagina que Castiel va a casa a visitar a su familia cuando él y Sam están durmiendo. Él nunca le pregunta porque, bueno, el hombre tiene derecho a cierta privacidad, ¿verdad?

De vez en cuando, Sam le da a Dean una mirada penetrante, esa expresión que siempre significa que está realmente preocupado, pero que no está dispuesto a pelear. Le molesta mucho, pero como él tampoco está dispuesto a pelear, ignora a Sam. Todo va bien, así que su preocupación es una completa pérdida de tiempo de todos modos.

Es alrededor de tres semanas después de la ceremonia de unión que Dean se da cuenta de que fue realmente estúpido en creer eso.

No es que Dean no cuente su sentido de la presencia de Castiel como un cambio. Esa curiosa sensación cálida simplemente no se muestra muy a menudo. Si Dean no la busca, entonces apenas la nota. Y Dean se esfuerza mucho para no buscarla. Castiel nunca dice nada sobre esa parte de su conexión, por lo que Dean asume que tampoco está muy afectado por eso.

Entonces, un día, están en una cacería y sucede algo que hace que sea imposible ignorar la conexión.

El caso gira en torno a una casa vieja y destruida en la pequeña ciudad de Indiana. Un grupo de niños locales había aterrizado en el hospital debido a un estúpido desafío de entrar en la casa, por lo que Dean y Sam deciden limpiar lo que sea que esté rondando el lugar. Un caso bastante simple, pero como con cualquier cacería, las cosas pueden volverse peligrosas sin previo aviso.

Es culpa de Dean. Él pierde su concentración por una fracción de segundo, está atento a Sam, quien está maldiciendo sobre algo pegajoso en el piso debajo de él. Castiel está parado al lado de Sam, así que Dean sabe que estará bien. Pero eso no detiene el golpeteo de su corazón.

"¿Estás bien?" grita sobre la barandilla cubierta de polvo que cubre una amplia escalera. Su propio grito le impide oír al enfadado fantasma hasta que éste lo empuja.

La adrenalina pone en blanco la mente de Dean. No hay emociones propias y el único pensamiento vago en su cerebro es que esto va a doler. Pero todo eso no es nada en comparación con el martilleo de absoluto terror que palpita en él. Hace hervir esa sensación cálida, la convierte en un apretado nudo y, justo antes de que Dean toque el suelo, él piensa: Oh, es Cas.

El aterrizaje no duele. Es como caer en un colchón de aire. Cuando Dean se incorpora, se da cuenta de que está medio apoyado en los brazos de Castiel.

"¿Cas?"

Castiel está de rodillas, con los ojos muy abiertos y la mano ligeramente temblorosa en el hombro de Dean.

"No hagas eso," gruñe. "No puedes. No debes..." Está tan molesto que no puede hablar. Dean está impresionado. Nunca ha visto a Castiel así antes. Su conexción se estremece y tiembla, obstruida por el miedo de Castiel. Sin pensarlo, Dean la toca suavemente.

"Oye," dice. Su toque se vuelve calmante, suave. "Estoy bien. ¿De acuerdo? Estoy bien."

"El hecho de que creas que tendremos grandes aventuras en el cielo no significa que debas estar tan ansioso por morir," dice Castiel. Por encima de su hombro, los ojos de Sam están enormes y más preocupados que nunca, pero de nuevo, Dean lo ignora. Él ayuda a Castiel a levantarse y le sonríe.

"Es tu culpa por hacer que suene tan increíble."

Después de eso, ambos parecen aflojar la restricción en su lazo. Él no está seguro de por qué. Algo sobre el poder en las emociones de Castiel o la forma en que Dean se siente demasiado vacío cuando Castiel intenta alejarse. Sea lo que sea, Dean se encuentra a sí mismo tocando el vínculo todo el tiempo. Cuando algo le divierte y quiere que Castiel se ría con él. Cuando está molesto abre el vínculo por completo, por lo que a Castiel no le queda ninguna duda de lo mal que se siente. Se convierte en una adicción. Cada emoción, cada momento de aburrimiento, de hambre, felicidad o ira, es absorbido con entusiasmo por Castiel. Como si realmente pensara que los cambios de humor de Dean son fascinantes. Como si realmente le importara el irracional disgusto de Dean por las habas o el increíble placer que le produce poner la mano de Sam en agua tibia mientras duerme.