La Vida de un Bisexual

• Emiliano •

No puede ser tan zorra. No me puede haber cambiado por un estúpido. Lo mejor de todo es que seguro es un engañado ¿Por qué? Se habla conmigo ¿no? O se hablaba, porque no voy a seguir entrometiendome entre ellos, aunque sepa que yo soy solamente su amigo, pero muchas personas cambian. Tal vez no le agradé y por eso se fueron lejos de mí, los perdí de mi vista. Comenzará a hacerse el complicado con los celos. Posteriormente se  hablará con otras chicas, cualquiera, ya sea la que le guste o una que no. Ella se enterará transformandose en una chica fría y difícil de entender. Él se preguntará ¿Qué hice mal? Mientras que en lo profundo de su corazón sabe que es por estar con otras. Hablaran de esto personalmente. Ella llorando lo deja y se va corriendo. Duerme con toda la angustia, pensando que la vida es una mierda que no merece vivir. Él no sabrá que hacer le mandará cartas, flores o cualquier estilo de cosas físicas - que pueda apresiar- para poder convencerla de volver a estar juntos. Ella no lo perdona aún. Vive llorandole a las amigas pidiendo consuelo por su absurda vida, repitiendo una y otra vez "¿ Por qué me tuvo que pasar a mí? ¡¿Por qué?! ¿Qué hice mal para merecerme este dolor?". Luego de unos días empieza a hablarse con cualquier chico, pareciendo casi desesperada por tener a alguien a su lado, no es por amor, es para darle celos a su ex subiendo fotos a Instagram, publicando fotos a cada rato. Él llora por todo lo malo que hizo, pero no le basta con haberla cagado, no. Él necesita mandarle un mensaje a ella y decirle un lugar para quedar para aclarar la situación. Ella se quiere hacer la fuerte y hacerse la superada, pero su deseo de verlo es mayor así que le dice que sí, que vaya a la casa. Él no se cambia, va con ropa deportiva, como si hubiera estado entrenando para tonificarse o algo por el estilo. Ella se elige su mejor Outfit para esta ocasión, vestida como una Diosa le dice que está con lo primero que encontró. Le miente. Él le empieza a decir que se arrepiente de todo lo que hizo que no va a volver a pasar; tal vez caigan algunas lagrimas de su rostro. Ella no sabe que hacer, piensa en lo que es mejor para ella. También llora. Se abrazan. Necesariamente no se perdonan, no dicen las dos palabras "Te perdono" solamente se dicen otra cosa y terminan los dos abrazados y besandose, confesando que extrañaron mucho al otro. Terminan estando juntos otra vez. Con los que ella chateaba ya no les importa. Él decide acompañarla a su casa, y decirle "Te amo" terminan en un beso romantico y empiezan nuevamente el ciclo hasta que se cansan por madurez o dejan de querer a la otra persona y dejan de estar juntos. Esto ocurrirá, yo lo sé, lo presiento. Me parece tonto todo eso pero es lo que va a ocurrir con ellos. Cuando me mande ahí voy a saber que sucedió. Seguramente va a aparecer llorando diciendo que fue increible la noche que le hice pasar esa vez...

Me va a ser muy difícil olvidarte Fiama, eres genial. No quiero que te acerques mas. Me usas. Seguirá  siendo mi amor imposible por un tiempo. Hablando de amores platónicos recordé que siempre tuve uno masculino. Emiliano. 19 años, cuerpo delgado, morocho, ojos café y lo mejor de todo buena persona. Me gusta desde mayo. Me dijeron que era gay, que él lo habia confirmado. Si bien me gustaba de antes, desde ahí empecé a pensar que era una persona que tenía posibilidad para estar conmigo.

Esa noche estaba repleta de gente, me decidí por buscarlo. Seguramente se encontraba aquí. No me equivoqué. Me estaba mirando, o mejor dicho estaba viendo el area en el que estaba porque no se podía saber a quien miraba exactamente. Decidí devolverle la mirada y sonreír. Creo que no me vió, la noche estaba por terminar, seguramente no tenía atracción por mi y no quería tener nada. Escuché que tiene novio, tal vez por eso no me quiere.

Me tocaron la espalda. No sabía que hacer. Mirar o no. Mi duda en esto era que te pueden buscar para pelear. No son lugares tranquilos, hay gente envidiosa, borracha o simplemente peleadora que te buscan una pelea mano a mano. No quize observar quien fue el que lo hizo pero la curiosidad me llevo a hacerlo. Era él. Se me puso la piel de gallina al saber que me había tocado, o sea pensé que miraba a otro. Al decir verdad, esa mirada debe de haber sido para mí. Ví que salió afuera. Yo decidí quedarme dentro porque faltaban treinta minutos para irnos, así que no tenía sentido irme en ese momento. Ademas ya estaba por amanecer y me iban a ver a mi hablando con un gay. A mi no me molesta, pero queda muy mal visto en este y otros pueblos, gente del interior, mente cerradas, o como les guste llamarlos.