The Princess and the Warrior

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The princess and the warrior

Cuenta la leyenda, que hace más de doscientas lunas un hombre extranjero llegó malherido a la corte del sultán Ra's Al Ghul. De tez clara y ojos azules cual océano aquel guerrero había llegado a oriente a causa de las batallas que su emperador romano exigía para conquistar nuevas tierras.

Único sobreviviente de su guarnición se ganó en un instante la simpatía del sultán, que vio en sus ojos la ferocidad y determinación de aquel que ha nacido para reinar, no para obedecer.

Ra's Al Ghul maquinando planes para el guerrero de belleza inusitada le ordenó a su hija, la princesa Talía que cuidase de él hasta que las heridas sanaran y estuviese listo para la batalla. La princesa, feroz y apasionada al igual que su padre, obedeció con reticencia pues aquel extranjero aún no se había ganado dichas atenciones a sus ojos.

Sin embargo el sultán era un hombre sabio y estratega como ninguno, por lo que tal y como esperaba la mutua convivencia entre el guerrero y la princesa desencadenaron en un amor tan grande que incluso podría eclipsar el mismo sol.

Ese fue siempre su plan, mantener al guerrero y sus habilidades a su lado usando a la princesa como el ancla de aquel corazón herido.

Y cuando las heridas sanaron Ra's desafío al guerrero en combate a cambio de su libertad. Si el guerrero obtenía la victoria era libre de marcharse con el mejor de los caballos pura sangre del palacio y todas las provisiones que desease, más si resultaba vencido sería ejecutado y su cabeza enviada a aquel emperador que le obligó a marchar hacia sus tierras.

La pelea fue encarnizada, pocos hombres habían logrado alguna vez acorralar al sultán como aquel extranjero lo hacía con nada más que un cuchillo corto y sus habilidades. Inesperadamente resultó victorioso, ganando con ello la libertad de marcharse del palacio para nunca volver.

El guerrero, reticente a irse, tras ver en los ojos jade de la princesa el verdadero dolor que su partida le provocaba, se encontraba confundido sobre cómo actuar; el deber le dictaba marcharse, pero el corazón le exigía permanecer con aquella que lo hacía latir desenfrenado.

Ra's al notar la lucha interna del guerrero, suponiendo que su plan estaba dando frutos le ofreció una alternativa que los beneficiaría a ambos, en especial al sultán. La mano de su hija, un lugar en su corte y cuando el tiempo así lo deseara, su trono y oriente.

Tras mucho meditar el amado de la princesa finalmente declino la propuesta pese al dolor que ello le ocasionaba. Si demoraba más tiempo en regresar el emperador tomaría posesión de sus tierras y bienes, dejando en la calle a aquellos hijos que el guerrero había adoptado bajo su ala tras quedar huérfanos en otras batallas.

Los muchachos, no más que unos niños, eran lo único que impedía al guerrero permanecer al lado de aquella a la que adoraba, y con dolor ambos amantes tuvieron que despedirse pues nunca se volverían a ver.

El hombre se fue sin saber que Talía llevaba en su vientre a un hijo de sangre y nueve meses después de su partida el nacimiento del heredero fue celebrado durante siete días y siete noches. Todo oriente se regocijo ante su llegada, la princesa irradiaba felicidad y el orgullo que el Sultán expresaba era como si de fuego se tratase, dispuesto a consumirlo todo.

El príncipe fue entrenado por su madre y al igual que ella se convirtió en un gran guerrero mientras que siendo instruido por su abuelo se preparaba para ser un monarca poderoso. A los Al Ghul nunca les ha importado la edad, solo la grandeza y grandeza era lo que el joven príncipe poseía.

Sin embargo como suele suceder con aquellos que han entregado la vida a la guerra, la felicidad es una delicia que dura poco.

Cuando el príncipe no tenía más que nueve años recién cumplidos un oráculo errante llego al palacio y atrajo la atención del sultán que contra la insistencia de su hija le brindo al misterioso hombre una confianza ciega.

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