A 5 años p.3

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"Vaya, pero que tenemos por aquí"

Se escuchó la voz de nuestro querido invitado, que al fin había regresado de su viaje: Ashkore.

Se acercó a Leiftan mientras se quitaba el casco... no era nada parecido a Valkion. Y si, era la primera vez en años que se lo quitaba delante de mi...
En fin, Askore camino hacia donde nos encontrabamos Leiftan y yo, ante esto inició una interesante conversación:

"-¡Vaya!, veo que no perdiste el tiempo en mi ausencia; Así que ahora hay un bebé mitad lo que seas y mitad humano..."

-Dragón, mitad dragón...-respondió Leiftan, Ash lo miro sorprendido y se acercó a ver al bebé para examinar los rasgos que poseía.

-Este niño... es.... imposible.... No son razas compatibles...- decía con cara de idiota, que por fin podía apreciar en su máximo esplendor

-Agradecele a mi parte humana- le contesté con seguridad, a lo que él me respondió en un susurro:
-Lástima. Me gustabas para mi; aún así, cuando quieras un poco de diversión, llámame- ante esto me dedico una mirada según él "seductora"

-Atrévete a meterte con mi mujer y te arrancaré uno a uno cada miseria de miembro que halla en tu cuerpo...- dijo Leiftan con la sonrisa que lo caracterisaba a unos pasos de Ashkore

-Sabes que no hablo en serio...- este lo miro con una sonrisa burlona..."

Después del gran encuentro este estos dos "grandes compañeros y amigos" Askore al fin se dignó a contarnos que tal había sido el viaje con su hermano... realmente medio hermano: sus padres encontraron a Valkion cuando a penas era un niño vagando por sólo por el bosque; es por eso que no se sabía la verdadera raza de Valkion. Sin dudarlo lo acogieron como si fuera su hijo, haciendo a un lado a Ashkore. Es por eso que su venganza consistía en "romper su corazón", Ashkore quería que él sufriera lo que sufrió de niño por el amor de sus padres. Entre otras cosas que no me quiso detallar....

Volviendo a temas más importantes, era necesario iniciar el plan en contra de la guardia. Ahora que sabían la existencia de un Aengel y un dragon en el mundo quedrían aniquilarlos, más aún sabiendo que había un niño con la sangre de estas dos grandes razas.

Leiftan ordenó a Ashkore, Chrome y Colaïa a reunir a todos los aliados; que correrán la voz de nuestro encuentro siendo lo más cuidadosos posibles. Mientras tanto la aliada seguiría cuidando de mi y del bebé; mientras menos expuestos estuviéramos mejor sería para nosotros. Leiftan por su parte reuniría a los aliados lejanos. Necesitaríamos más ayuda de la que creíamos, por si los aliados de la Guardia quisieran intervenir...

Pasaron aproximadamente 72 horas, y Chrome y Colaïa regresaron con noticias: la Guardia de Eel había perdido a sus aliados; al correrse el rumor de que un Aengel y un Dragón estaban vivos ninguno de ellos quiso involucrarse en contra de nosotros, al contrario, varios querían unirse a nuestra causa, como los reyes de las tierras del norte de Jade, de donde Mikko provenía, donde hace mucho ella debia ser coronada reina, pero por sus idioteces y carácter se le fue negado el puesto y entregado a si hermana. Aunque después ella dijo que su familia la había negado por no ser lo suficientemente fuerte, sólo lo dijo para causar lástima la idiota, y lo logro...

Regresando al tema, Leiftan volvió igualmente con más aliados, gente que buscaba proteger a su pueblo de las constantes amenazas que sufrían gracias a los actos de la guardia. Muchos otros se unieron ante la devoción que sentían hacia mi raza más que a la de Leiftan, pues no olvidaban que su raza prefirió no sacrificarse e igualmente estaban en su contra, pero le debían demasiado a los dragones. Punto a mi favor...

Paso aproximadamente una semana, y para nuestra suerte teníamos todo preparado, desde la defensa y los gerreros, hasta los mínimos detalles. La Guardia caería en menos de tres días. Lo único que advertimos: los jefes de todas las guardias no debían morir. Teníamos preparado algo muy especial para ellos.

Llegó el día.

La Guardia caería en menos de 72 horas. Leiftan dispuesto a matar a cualquiera que se interpusiera en nuestro camino estaría a la cabeza, de tras de él estaría yo...
Era un poco imprudente estar yo en batalla teniendo a un pequeño recién nacido bajo mi cuidado, pero los aliados que habíamos conseguido en estos últimos días habían jurado lealtad hacia mi, sin embargo la única condición es que peleará junto a ellos... si queríamos ganar no había elección; la aliada se quedaría en nuestro refugio cuidando a Izán junto a Colaïa, ya que a pesar de ser de los nuestros no olvidaba que tenía amigos dentro de la Guardia, amigos que sabía que iban a morir. Sería algo similar a lo nuestro con Karuto, aunque si él no pelea, no morirá. Él lo sabía.

La noche llego y el momento era el perfecto, la luna llena era lo único que iluminaba la noche tan oscura. Las tropas comenzaban a avanzar dispersas para no levantar sospechas. Eran como almas en pena dentro de las tinieblas. La Guardia sombra no era ni mierda al lado de nosotros.

Llegamos a la costa cerca del cuartel general pero al avanzar alcance a divisar a guardias de un pueblo muy peculiar...
Los Ren-Fenghuang

Liderados por ese anciano de mierda que me humillaba cada vez que respiraba a su lado por que no era digna...
Oh si, definitivamente iba a disfrutar esto...
Me acerqué a Leiftan

"Quiero que su sangre bañe mis manos ahora..." 

Leiftan, que estaba en su verdadera forma asintió con la cabeza y mando a dos hombres por él mientras nosotros lo esperariamos en la playa.

No tardaron nada en llegar con dicho imbécil entre sus manos, casi moribundo... era mi oportunidad perfecta. Lo tumbaron a mis pies, y los aliados que nos acompañaban hicieron un circulo al rededor mío y de aquel imbécil saliendo Leiftan de entre la multitud, quedando frente a mi con el cuerpo de ese idiota en el piso entre nosotros.

"Mi bella reina, tenga usted el honor de matar a la primera rata está noche. Enseñarnos como es que lo hace la descendiente de un dragón."

Dijo Leiftan, y con esto le dio paso a mi imaginación. De un cinturón de alquimista que portaba conmigo saque una opción similar a la que usamos para matar a la hamadriade, prendiendole fuego a la gran roca. Feng-Zifu comenzaba a recuperar la noción, lo cual era perfecto para mi; me acerqué a él estando en el suelo tomando la insignificante cantidad de cabello que poseía y le susurre:

"¿Aún soy la maldita inútil e indigna que tan mierda hacías sentir? No deberia molestarme por esto, pero veamos quien es mierda ahora..."

Una vez dicho eso lo tome por el cuello y corte su garganta con una pequeña daga, la sangre inmediatamente comenzó a brotar, veía sus ojos perder aquella esencia que reflejaba la vida. No satisfecha tome su barbilla y arranque su cabeza de su cuerpo arrojandola al fuego. Muchos me veían con miedo, otros con admiración mientras que Leiftan no podía ocultar si sorpresa ante mi acto.
Recupere mi postura y comencé a hablar ante todos con el calor de la hoguera tras de mi:

"Tal vez lo que acabo de hacer les sorprenda a muchos, sin embargo él fue una de las personas que me ha tratado peor que la basura, pero no la unica, ni la que nos lastimó a todos nosotros... ¿A caso ustedes no están dispuestos a hacerlo?
Terminaremos está guerra, este sufrimiento que nos han provocado; es momento de hacerles pagar nuestro pasado y las heridas que nos dejaron. Que su sangre sane nuestras penas y que salve está tierra. Lograremos nuestro cometido y comenzaremos un nuevo destino:

La nueva era de Eldarya"

A Cinco AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora