Se llamaba Yeray...
Un lindo nombre para un niño muy lindo, el hablaba otro idioma.
La maestra nos había pedido colorear un dibujo y el se sentó a la par mía.
- ¿sabes de que color pintar la casita?
Solo asintió con la cabeza
-debes pintarla de amarillo, toma.
En ese momento le di el lápiz de color y tome su mano para enseñarle
- mi nombre es Kenzie.
Me sonrió.
Y ahí fue donde todo comenzó.