Capítulo 1

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De la nada, de lo caliente y cómodo que sentía al estar en mi cama pasó a sentirse mojado y muy frío, abrí los ojos algo molesto y ví a Helen parada al lado de mi.

—¿Qué crees que haces?—. La miré algo molesto por despertarme de ese modo —Eres una estúpida—. Gruñí sentándome en la cama sacándome la cara un poco.

—Te vine a ver dormilón— . Contestó algo dulce cerrando la ventana por la cual al parecer entró.

—Es domingo, además son las nueve por lo general duermo hasta tarde—. Miro el reloj colgado en mi cuarto y vuelvo a ver a mi amiga que se acomodó en mi escritorio —Oye deja esa libreta—. Exclamé algo molesto aún.

—Eres como un niño Adam—. Colocó los ojos en blanco y siguió ojeando mi libreta con poemas —Vaya no sabía que eras poeta y mucho menos que eras uno de los buenos—. Sonrió levemente mientras leía uno de los tantos escritos.

—Nunca preguntaste—. Dije tratando de parecer indiferente.

—Aja—. Dijo sin préstame atención.

Me levanté de la cama lentamente mientras me tapaba la boca por el bostezo,  abrí mi armario para cambiarme la ropa de dormir.

Vaya ¿enserio tienes que ser tan ordenado en esas cosas?. Me dijo mi subconsciente mientras me quitaba la polera y después buscaba una camisa —Oye... yo te conozco,  es raro que vengas tan temprano—. Le dije mientras me daba cuenta que no me había lavado la cara, sin duda una parte de mi seguía dormida.

—¿A caso no recuerdas que vamos a ir al río?—. Me contestó acercándose a mi para pegarme juguetonamente en la cabeza —Tienes la memoria de pez ¿sabes?—

Al parecer se había dado cuenta de que me sorprendí ya que empezó a reí levente, pero era verdad que se me se me olvidó que iríamos al río —¡Rayos! Es cierto, no debí acostarme tarde anoche— Traté de excusarme pero no sonaba del todo convincente.

—Ya, como no, totalmente creíble—
Su sarcasmo siempre me hacía reír en especial cuando estaba algo aburrido de la rutina diaria,  es más Helen era siempre simpática y séria cuando era debido,  la verdad eramos amigos desde el muy pequeños,  era genial estar con ella aún cuando quería ir de compras lo hacia todo muy divertido, no era la típica chica que le gustaba las cosas muy coloridas o música más femenina por decirlo así,  le gustaba el rock ni tan pesado ni tan pacífico y las historias de miedo, tal vez por eso eramos tan unidos, por los mismos gustos.

Sonreí notablemente tratando de no explotar de risa al ver que traía un pinche en su pelo de mariposa —Oye tú no eres así ¿Quieres llamar a atención de alguien?—. Pregunté con el propósito de molestarla.

Sus mejillas estabas prácticamente encendidas, eso quería decir que estaba en lo correcto —Yo... la verdad si... ¡eres un tonto!—. Se tapó la cara con sus mangas de su chaleca color morado oscuro —Pero tú callado, ¿vale?—. Me amenazó apuntándome con su dedo.

—Vale,  vale, pero aún no me dices quién es—. Al parecer estaba fijándose en alguien desde hace un tiempo,  pero no me lo había dicho por alguna ded sus muchas razones que improvisaba.

Helen río un poco —Tu lado gay esta saliendo a flote— Me golpeo nuevamente la cabeza pero despacio.

Espera ¿Qué? ¿Lado gay?

Osea tengo mis salidas en donde  quiero sabes sus secretos,  no es que tenga algo en contra si no que su comentario no me lo esperaba.

—Enserio ¿lado gay? ¿de dónde sacas eso?—. Tenía una especie de miedo a que me diera una de sus tantos argumentos con los cuales no podía competir.

Mi Amor X Un LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora