Aerion / Jon

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Invernalia

Se le había hecho costumbre ir todos los días a la sepultura de su madre, como si de verdad ella pudiera oír cuanto él le decía. Parecía que todo su sufrimiento le era recompensado, como si los dioses se hubieran dado cuenta de que debían bendecirlo. Había descubierto que su madre era una mujer de nacimiento noble, una mujer del norte, de la sangre de los primeros hombres, que había sido valiente y hermosa, y por sobre todas esas cosas que ella jamás le olvido u abandono, ella había dado su vida cuando lo trajo al mundo. También los dioses habían sido quienes condujeron su camino hasta Dany, su hermosa Dany. Al fin volvía ha abrir su corazón, le daban la oportunidad de volver amar a otra mujer después de haber perdido a Ygritte. En el fondo de su ser sabía que estaba recibiendo más de lo que alguna vez soñó, pero aun no le bastaba, aun le costaba aceptar que Eddard Stark no era su padre. El hombre que lo crió, que le enseñó a ser un hombre honorable, que lo amo como a un hijo más y del que siempre desde que tuvo memoria había sentido admiración; ahora estaba seguro de que ese hombre siempre había sido justo, honorable y respetable, incapaz de fallarle a su esposa teniendo un bastardo, un hombre siempre fiel a su palabra. 

Pero era su tío. 

Cuando Bran apenas le dijo que él no era hijo de Eddard Stark , el corazón de Jon se rompió en miles de pedazos. El sueño que siempre había albergado y que sólo ahora veía prueba física para empezar a construirse; el de pertenecer por fin a la familia Stark, el de ser reconocido por primera vez como un hijo de Eddar Stark. Y así de rápido como los construyó estos se disolvieron como cuando el hielo entra en contacto con el fuego. Jon no esperó a oír que más podría decirle Bran y salio del gran comedor directo a las criptas de la familia, corrió por los pasillos oscuros y fríos, viendo como las sombras más negras pegadas en las paredes que pertenecían a los que alguna vez pensó eran sus ancestros, ahora le asfixiaban y se sentía desprotegido. Llegó hasta la sepultura de Ned Stark, y como si fuera de nuevo un niño pequeño lloró sin consuelo, lloró tanto que la fuerza abandonó su cuerpo y cayendo de rodillas pidió a los dioses que no fuera cierto. Él quería seguir siendo hijo de Eddard Stark. 

Solo Arya bajo a buscarlo y al encontrarlo hecho un ovillo a los pies de su padre, en silencio se sentó a su lado y con su pequeña mano le acaricio la espalda. Arya ya no parecía un niña ni tampoco una mujer, pero era claro que había madurado, todos habían madurado bruscamente y de la peor forma, pero todos se mantenían unidos o al menos ese fue el mensaje que Arya le transmitió a Jon con sus caricias. Cuando estuvo calmado y estable, decidió que era hora de hablar con Bran, su hermano estaba cerca de la chimenea de su habitación, viendo en el fuego algo inexplicable para Jon. Bran sólo se limito a ver las llamas refulgir mientras le hablaba del pasado que había visto, algo que consiguió por ser el "cuervo de tres ojos". 

"No eres hijo de Eddard Stark, mi padre te amó como a su propio hijo, estoy convencido de eso, él te crió para ser el hombre que eres ahora y eso debería ser más que suficiente. Ambos sabemos que siempre nos veras como tus pequeños hermanos y de la misma forma nosotros te veremos a ti como nuestro hermano mayor, siempre nos has protegido, pero nunca ha sido tu obligación. Tal vez te sientas destrozado por no ser hijo de Ned Stark, sin embargo eso no quiere decir que no pertenezcas a la Casa Stark, -en ese momento Bran lo miró a los ojos con una imperceptible sonrisa cariñosa en los labios- perteneces a este lugar tanto como nosotros, tu padre no era un Stark, pero tu madre si, la mujer a la que siempre has anhelado, la que has buscado, la que te dio la vida, fue Lyanna Stark la única hija que tuvo Lord Rickard Stark, señor de Invernalia y Guardián del Norte con su esposa Lady Lyarra Stark. Mi tía Lyanna no es tu tía, es tu madre, y tu padre es el que una vez fue el príncipe heredero de los Siete Reinos, Rhaegar Targaryen."

Esa revelación fue suficiente para Jon, desde el momento en el que escuchó el nombre de su madre la amo con todo su corazón, se entregó por completo a la verdad sin dudar ni por un segundo que era verdad. En ese momento no existía nadie ni nada más importante que saber exactamente como fue la historia de sus padres. El hombre del que su madre se enamoró fue un príncipe, un hombre que nació para gobernar todo Poniente, un hombre justo y honorable, un hombre amable y respetable, un hombre que prometía ser mucho mejor que Aerys II apodado "El Rey Loco". Ese gran hombre fue el príncipe heredero al Trono de Hierro, Rhaegar Targaryen. Un dragón, un Targaryen, un hombre que amaba el arte, y el único error que pudo haber cometido fue enamorarse, de una mujer que ya estaba comprometida con un hombre que decía que su obsesión por ella era amor. Robert Baratheon no pudo o no quiso ver que Lyanna Stark jamás le amo. Cómo podía la gente pensar que una mujer del Norte, crecida en un mundo de hombres, una por cuyas venas corría la sangre de los primeros hombres y la tan famosa "sangre del lobo", una a la que consideraban una belleza salvaje e intrépida, pudiera ser raptada sin poner resistencia o contra su voluntad. Una mujer como ella nunca hubiera permitido tal abuso, si no hubiera amado a Rhaegar, ella de seguro hubiera encontrado un camino para regresar con su familia.  

Fue con ellos que se inició la canción de hielo y fuego. 

Jon quería seguir siendo Jon, pero al descubrir su origen, al descubrir que él jamás fue un bastardo y en cambió era un príncipe de una dinastía que conquisto Poniente y perduró trescientos años, ya no pudo esconderse. Al saber que la mujer con la que él siempre soñó era su madre, que ella con todo su amor le dio un nombre, uno que pertenecía a la familia de su padre, Jon simplemente ya no pudo seguir siendo Jon. Acepto que por sus venas corría el frío del Norte y el fuego de la Antigua Valyria. 

En ese momento murió Jon Nieve y nació Aerion Targaryen. 

En el gran comedor sentado en la silla más alta Aerion escuchaba pacientemente a los señores del norte, eran consejos que amablemente ellos le daban a su rey, consejos para beneficio del norte. Junto a él estaban Ser Davos y Tyrion Lannister, ellos eran la mano de rey y de la reina respectivamente. Dany estaba en cama, a ella no le gustaba intervenir en asuntos relacionados con Invernalia, eso en parte le agradaba a Aerion porque le gustaba sentirse poderoso en su hogar. Una vez concluidas las reuniones con los señores del norte decidió bajar a la cripta. El oscuro pasillo era tan familiar y reconfortante, una larga procesión de columnas de granito que se alejaban a pares en la oscuridad. Entre las columnas estaban los muertos, sentados en tronos de piedra contra las paredes, la espalda apoyada en los sepulcros que contenían sus restos mortales. Los señores de Invernalia contemplaban su paso. Sus efigies estaban talladas en las piedras que sellaban las tumbas, sentadas en largas hileras, con los ojos ciegos fijos en la oscuridad eterna y con grandes lobos huargo de piedra tendidos a sus pies. Según la antigua costumbre, todos los que habían sido señores de Invernalia tenían una espada larga cruzada sobre el regazo para mantener a los espíritus vengativos en sus criptas. Los primeros señores de Invernalia habían sido hombres tan duros como la tierra sobre la que gobernaban. En los siglos previos a que los Señores Dragón llegarán por mar, nunca habían jurado alianza a hombre alguno, y se hacían llamar los Reyes en el Norte

Por fin, Aerion se detuvo. La cripta se prolongaba ante él en la oscuridad, se encontraba ante tres tumbas juntas. Lord Rickard Stark, el abuelo de Aerion, y a ambos lados en dos sepulcros más pequeños se encontraban sus hijos, su tío Brandon y su amada madre, como era costumbre dejó a los pies de ella una rosa invernal y como si fuera una plegaría le dijo: 

-Mi amada madre, la hermosa mujer que me dio la vida. Es un dolor no haberte conocido, pero te amo desde el primer momento. Te agradezco el haberme traído a este mundo, te agradezco haberme dejado al cuidado de un hombre amable, justo y honorable, por haber dejado que conociera a Ygritte y a mi amada Dany. Te pido que me enseñes la sabiduría que tu y mi padre estoy seguro me dejaron, quiero que me enseñes mi camino y le pidas a los dioses que me dejen ver un milagro junto a mi esposa. Dany es una Targaryen, es la hermana pequeña de tu amado, mi padre. Una vez regrese a Desembarco de Rey te construiré una hermosa cripta, por que es mi deseo y anhelo verte hasta el final de mis días. 

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Gracias por haber leído. Hay cosas que quiero aclarar, tal vez sea confuso, pero estoy segura de que a Jon le cuesta trabajo deshacerse de la imagen que tiene de que Ned es su verdadero padre, estoy segura de que sufriría con la noticia y por lo tanto dejé que el capitulo mostrará su dolor, pero también su amor incondicional por su madre, él que siempre ha soñado con ella no duda ni un segundo de las palabras de Bran, por eso mismo es que acepta con facilidad su origen y al hombre que le dio la vida, porque aunque no siente mucho afecto por Rhaegar sabe que su madre lo amo y por lo tanto él lo acepta y se acepta a si mismo. Siento que todo tendrá que ver con su amor por su madre, un amor que el siempre ha anhelado y que al fin puede creer cierto. 

Nos vemos en el próximo capítulo, besos y muchas gracias. 

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