11. Nacer

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"Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad."

Juan 1: 14

En una ciudad rodeada por bosques, no sé distinguía bien el clima, en las mañanas hacía un enorme frío pero al llegar el medio día el sol quemaba inclemente —Debe de estar aquí— pensó. La ciudad estaba rodeada por una muralla que medía a lo mucho tres metros, la gran mayoría de las casas eran de dos pisos con forma triangular en su punta y las tejas eran color blanco dando la sensación de estar cubiertas nieve. — ¡Hoy va hablar!— escuchó a decir a un campesino— ¡Hoy es Viernes Santo!

Las ropas que el Padre Flug llevaba eran simples, a ojos de cualquiera era un ciudadano más, a excepción claro, de la bolsa de papel que cubría su rostro— ¡Tengo de detenerlo!— se dijo. Caminó entre la gente, los seguía y se hizo uno con ellos, algunos cargaban obsequios en oro, otros jarrones de aceite virgen, otros botellas de licores exóticos; Caminaban todos hacía una misma dirección—« ¡El único que acepta homosexuales en su iglesia!»— Recordó oír a un clérigo, en aquel momento supo que era él, no están difícil encontrarlo si él mismo se hace notar — ¡El único Padre Católico que acepta homosexuales!— refunfuñaba entre dientes, Flug — ¡Afrenta a Dios más grande no existe!

Al llegar a una gran avenida pudo verlo a lo lejos, una gran catedral tan grande que perecía que su sombra lo iba a cubrir. Caminó a través de las casas de nieve, con el sol sobre el quemando las heridas de su rostro, relamiéndose los labios por la sed. Estando al frente vio varias colas para ingresar, se sentó en el piso de tierra para pensar y se detuvo a ver aquella catedral; Se fijó que tenía una gran bóveda y a sus lados torres de campanas con aspecto románico, el gran pórtico adornado con figuras de vírgenes de marfil estaba cerrado— ¡Ha pospuesto la Misa!— Gritó alguien— ¡Al atardecer empezará la predica!

Las horas se hicieron largas por el intenso calor, trató de buscar sobra pero ninguna halló, todas estaban ocupadas por diferentes feligreses. El sudor quemaba sus heridas — ¡El Padre ya va abrir las puertas! —gritaron y la gente se arremolinaba a la entrada. Todos se apretaban o trataban de ganar espacio, todos querían entrar primero y poder sentarse en los primeros reclinatorios. —Dios, ojalá que no se atreva ¡Por favor!—Dijo para sí mismo. Lentamente la larga cola empezaba a entrar, los campesinos con sus obsequios al lado dieron un lento marchar, y unas monjas con grandes rosarios en el cuello daban la bienvenida, a todo el que cruzara lo recibían con ramas de palmas— ¡Hoy el Padre tiene preparado algo especial! — Dijeron— ¡Hoy a todos van a perdonar!— La muchedumbre con los puños en alto gritó de alegría.

Al avanzar la cola Flug pudo ver con más detalle la catedral, sus detalles pasaron de ser románicos a góticos, algunas gárgolas aladas con expresión deforme en las torres de campanas parecían vigilarle. Pétalos multicolores empezaron a caer del cielo y el viento soplaba su aroma, un perfume que a todos extasió. Al llegar a la puerta de marfil, vio los detalles de las vírgenes, sus expresiones eran de tristeza, lloraban. — « ¡La Sangre de Cristo tiene poder!»— Recordó. Flug entró casi de último, vio las grandes columnas, arcos ojivales decorados en oro y plata, y una gran bóveda como un cielo sobre reclinatorios. Todos pusieron sus regalos de oro, aceite y alcohol por cualquier lado, obstruía el paso. Vio a todos los campesinos, algunos estaban bien vestidos otros no, algunos estaban con la cara sucia, otros habían traído a sus hijos y a sus madres, todos tenían cara de cansancio y rezaban. Delante de todos vio que una de las campesinas traía una gran cabellera verde con un mechón rojo colgando sobre su rostro — ¡Hermana Mariana!— Gritó para si — ¡No puede ser! — Sus ojos se le nublaron un poco, y tuvo una sensación rara en el gaznate. Intento caminar hacia ella pero sus piernas no se movieron, hasta ahora no sabía el porqué de que Black Hat hiciera tanto énfasis en que la necesitaba —«Y la necesito más por lo que lleva dentro de su vientre»— recordó y tuvo miedo — ¡Ojalá me haya equivocado! — Pensó— ¡Ojalá él no esté aquí!

Villanos Au - Evil ChurchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora