El camino gris

Grizzli

Grizzli. ¿Un nombre común? No lo creo, porque yo misma lo invente y especialmente para mi. Así que me presento: Me llamo Grizzli, tengo 14 años (casi 15) y tengo un nacimiento inexplicable. Mi madre adoptiva: Fiona, me dijo que si no quiero salir de mi escondite, que al menos salga por este diario. Y le hice caso, porque es la única persona que me quiere (creo) y que quiero, la única que me acepta como soy, la única que entiende mi temor. Pero quiero empezar esto contando mi vida desde el principio:

Una chica que limpia el Sanatorio San Carlos de Bariloche, Argentina (que se llama Argentina también), me encontró al lado del Río Negro al frente del sanatorio, tirada, embarrada, mojada y bebé. Me llevo enseguida al sanatorio contándoles a los médicos la anécdota. En el sanatorio se pusieron a hacer dos cosas por mi precencia: les preguntaron a los presentes en el sanatorio si me conocian y me analizaron con pruebas de sangre. Descubrieron que era recién nacida, sin cordon, y algo raro: que no se podía explicar mi nacimiento. Solo se podía saber que primero era una semillita, como todos, pero no estuve creciendo adentro de un humano o de algún ser vivo, si no, en el exterior, y yo era como un imán al agua así que talvez nací del agua, pero todavía no se sabe nada. Solo se sabía que soy una humana corriente, pero con ese misterio de mi nacimiento. Después de eso me dejarón con los que están en adopción en el sanatorio. Informaron por las noticias del país mi precencia y mi misterio y si alguién me conocía. Pero fue inutil porque nadie llamo, y lo único que les quedaba era mandar el mensaje por todo el mundo, aunque claro, eso era algo tan tonto que no  lo hicieron y me pucieron en adopción, pero yo salí plata porque necesitaba ser adoptada por alguién que sepa de verdad cuidarme bien, por las dudas de este tema de mi nacimiento. Y Lautaro Porseún, me descubrío en las noticias, y como era y es millonario, con su esposa, Fiona Raize decidierón ir a verme para conocerme y ver si me adoptaban. Ellos querían un hijo especial y lo encontraron, me encontraron. Y lo digo porque cuándo entraron a la sala dónde los esperaba, me descubrieron con unos pedazos de rompecabezas de letras que formaban el nombre Grizzli. De ahí viene mi nombre. En ese momento Fiona se asombro mucho y dijo -Nececito tener algo especial en la vida, y lo ideal solo puede ser ella-. Así con lo que dijo, sin dudarlo, decidieron pagar lo necesario para adoptarme. Después empieza mi verdadera aventura.