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Aquellos que no conocen la libertad nunca la buscan, suelen solo dejarse llevar por las cadenas que tiran de sus cuellos, muchos parecen que no tuvieran alma, que solo fueran carcasas dedicadas a trabajar. Al menos algunos piensan así, pero cuando te venden y pasas de ser esclavo a ser gladiador en un coliseo, no solo eres una carcasa, eres un juguete.

Mietys esperaba su turno para pelear dentro de aquel cuarto oscuro, como siempre, pensaba en su rival, le dijeron que tenía que pelear contra un Injo, seres bípedos que tienen características caninas, el sabía que tendría que ir con cuidado, un combate cercano no era buena opción, ya que seguramente este tendría más aguante que el por lo que se decidió a debilitarle de lejos con su magia y darle el golpe de gracia una vez ya estuviera cansado.

-Tu! Sin pelaje!- le grito el guardia – toma tus cosas y prepárate para pelear! –

La luz revelo en la habitación a un chico de pelo blanco, sus ojos tenían colores distintos, uno era rojo, como un rubí, el otro era verde, como una esmeralda, llevaba solo unos trapos sucios, no era muy alto, media un metro setenta, y no tenía más de 17 años

-Voy- dijo Mietys con cabeza gacha- estoy allí en 15

Entonces el guardia se fue dejando la puerta abierta, Mietys se paró de su lugar, se puso su chaqueta de color negro que le proporcionaba protección suficiente de armas de filo y magia, tomo su espada corta, y la enfundo, luego se encamino a la arena.

El sonido ensordecedor de la gente gritando le molestaba a Mietys, era enfermizo pensaba el, ver como personas pagaban cantidades ridículas solo para saciar su sed de sangre, para ver como personas que su vida se les fue arrebatada de sus manos, que luchaban por lo que sería una simple ración de comida. "Vaya mierda" cruzaba por su cabeza, el solo avanzo en silencio a su lugar preparándose para el combate.

Luego vio entrar, el injo era grande parecía de unos dos metros diez centímetros, su arma era un estoque, se notaba que era un patán, entro saludando al público y cuando llego a su lugar dio un aullido, le dio una mirada a como lucia, su pelaje era negro, se le notaba la juventud y sus músculos estaban bien marcados, se podía ver que combatía usando un hacha, por lo que Mietys se alegró de tener consigo su espada

-Mira que tenemos aquí!- dijo el injo- un sin pelaje!, cada vez son menos como tú, me asegurare de que tu vida acabe aquí, mocoso!

Mietys ni se inmuto, solo saco su espada y la apunto a él, luego la bajo

-que así sea chico!!- grito el injo, luego se abalanzó sobre Mietys, era increíblemente rápido, pero no lo suficiente para evitar que el chico lograra reaccionar y evitar el ataque, el injo se dio la vuelta y dio otro salto para golpear por la espalda a Mietys, pero el ya estaba apuntándole con la mano, en ese momento el injo sintió que se había acabado

-INFERNO!- grito Mietys, apareció un circulo de fuego en el pecho del injo, luego se alzó una columna de fuego, y el combate termino.

Relatos de Kurai - "El despertar del perdido"Where stories live. Discover now