Déjame respirar FREDDEDY

Tu peor terror

Tu peor terror

Freddy respiró profundamente antes de mirarse al espejo del baño de chicos, sonriendo para infundirse la confianza.

-Hoy es tu gran día, Freddy, por fin le pedirás a Foxy que salga contigo.

Con esta certeza, se mojó la cara y salió con energía renovada para buscar al pelirrojo.

Lo que no sabía el inocente castaño, es que alguien escuchaba atentamente dentro de un cubículo lo que estaba planeando y no se sentía muy feliz al respecto.

-¿No quiere ser mi amigo pero quiere declararse al poste? Sí que es raro, pero aún así le haré ver que soy mejor que cualquiera.

Luego de decir esto y coquetearle un poco al espejo, Fred salió disparado a buscar al castaño antes de que cometiera lo que, a su parecer, era una gran estupidez.

Freddy tenía sus razones para sentirse tan atraído por el chico de ojos dorados a pesar de que no coincidieran en amistades o fueran muy cercanos en un principio. El castaño sólo contaba con un amigo de su grado, que era el "inalcanzable" The Golden Boy que, debido a su fama y la presión bajo a la que le exponía su familia, sus compañeros lo veían como una especie de "dios intocable" y nadie veía al verdadero chico dulce e incomprendido que era.

El de ojos azules podía distinguir la soledad y los indicios del colapso por estrés cuando lo veía, ya que él sufría lo mismo así que se acercó al rubio para tratar de entablar una amistad y que de esta manera, ambos se sintieran menos solos.

Golden le presentó a su único contacto humano por el que sentía algún aprecio y con quien no tenía expectativas que cumplir: su prima Joy. La rubia fue quien le presentó "al resto de la banda", adaptándose fácilmente con ellos pero resultaba que Meg tenía un hermano, el cual estaba en ese odioso grupo de creídos de su salón pero, pese a lo previsto, Foxy en realidad era gracioso y, cuando quería, amigable, hasta tímido.

Quizás era esa aura de brusquedad, el desenfado que siempre tenía o que le gustaban los chicos realmente altos pero por alguna razón, el castaño terminó interesándose en el pelirrojo y por fin se armaría de valor para confesarse.

Fred, se apresuró para encontrarse con el otro ya que sentía la traición en partida doble pues, no sólo Freddy rechazaba su amistad, sino que estaba interesado en uno de sus mejores amigos y eso dolía demasiado, si el castaño no le pertenecía, tampoco tenía que ser de nadie mas.

El pelinegro casi tropieza un par de veces, pero pudo llegar con el castaño antes de que este intercambiara palabra con el más alto.

-Freddy, necesito decirte algo urgente.

Al otro ni siquiera le dio tiempo de decir que no le importaba porque ya lo estaba apartando de su querido pelirrojo, luchando por liberarse del agarre con el de pelo azabache ¿qué había hecho para que se obsesionara con la idea de ser su amigo? De saber que las cosas iban a terminar así, hubiera dejado que besara a Meg a la fuerza y Maggie le diera su merecido... tal vez ella sería la que sufriera este tipo de acoso.

-¿Qué rayos quieres, Fred? Nos peleamos y nos libramos del castigo pero eso no nos convierte en amigos ni nada por el estilo... ya te dije que te detesto... alejate de mí o no me importará ser castigado o lo que sea, te meteré mi puño hasta la garganta para que te quede claro que te quiero lejos de mí.

Freddy, generalmente, no era alguien agresivo, podía considerarse alguien tierno, paciente, responsable y amigable pero el pelinegro sacaba un lado oscuro de él que nadie, ni siquiera su padre al que le tenía tanta confianza, había visto antes.