Niñero

seis.

Myungsoo se encontraba correteando de un lado a otro mientras Yoongi lo perseguia por todo el departamento. 

Y no, no estaban jugando.

Yoongi corría detrás del menor junto con su ropa interior en manos, ya que al hermano menor de Tae se le había ocurrido empezar a correr cuando Yoongi había decidido que era hora de cambiarlo.

━ ¡ Soo, por favor, ven aquí !. ━ gritó Yoongi exhausto, sentandose en el sofá con una mueca en el rostro, jamás había hecho tanto ejercicio en su vida.

 ━ Soo está aquí, hyung babofo. ━ el pequeño se paró enfrente de Yoongi soltando varias risitas. 

━ ¿Babofo?. ━ repitió frunciendo el ceño. ━ quién entiende tu idioma. ━ susurró atrapando al menor entre sus manos.

━ ¡ Suéltame, viejo feo!.

━ Hmmm. ━ fingió pensar unos segundos para luego negar. ━ No.

(  

... 

)

Taehyung se encontraba detrás del mostrador, con una mano apoyada en su mentón. 

Trabajaba en un repostería, y la mejor parte de eso era que al final del día podía elegir lo que quisiese comer, cortesía de la casa. 

No, qué decía, lo mejor de su trabajo era que podía ver a su compañero de trabajo, Kim Yugyeom todo el día.

Suspiro como todo un enamorado sonriendo levemente al ver como Yugyeom atendia a los clientes con una de sus hermosas sonrisas. Sin duda, Yugyeom era la persona más hermosa que había visto.

Una campana sonó detrás de él, lo que significaba que era hora de su descanso. Bajó de la butaca en la que estaba sentado y caminó hacia una de las mesas con el móvil en sus manos, ni siquiera se molestó en quitarse el delantal que traía puesto, sus pies dolían de estar parado tanto tiempo.

Y es que había tenido un día de mierda.

Primero, Myungsoo se había despertado de mal humor y había empezado a correr desnudo por todo el departamento, después tuvo que entrar al departamento de Yoongi sin su permiso porque este se había quedado dormido, sin quitar el hecho de que tuvo que despertarlo, intentando de todas las maneras posibles, cosa que hizo que llegara tarde al trabajo.

Suspiró pesadamente despegando la mirada del móvil, buscando a Yugyeom con la mirada, tal vez hablar con él le levantaría el ánimo.

Y justo cuando logró divisar al menor, este se encontraba sentando en una de las mesas al otro extremo de la repostería, junto con un chico de cabello castaño quién se le sonreía ampliamente con unos dientes similares a los de un conejito.

Pero eso no fue lo que lo destruyó, fue cuando vio que tenía sus manos entrelazadas mientras Yugyeom dejaba varios besos por el rostro del castaño.

Este día no podía ser peor.

heeeey, tanto tiempo.