Capitulo 9

14 3 0
                                    

-haz hecho muy bien en alejarlo de tu vida - me susurran al odio con tono malicio. 

-Por favor Tiffany, déjame en paz - le pido. En verdad me sorprende que me haya atrevido a tan siquiera pedirle que me deje de molestar.

-Solo no te joderé porque haz hecho lo que te ordenamos, pero que conste que esto no se volverá a repetir - me mira con una sonrisa y se marcha.

-¿Me puedes contar que fue lo que acaba de pasar? - me pide mi amiga apareciendo de la nada.

-Hice lo que querían por lo que me dejaron en paz, solo por hoy - le cuento.

-¿Que hiciste? - me pregunta preocupada.

-Le dije a Alec que me dejara en paz.

-¿Que tu que? 

-Lo que oíste, no me hagas repetirlo - me acomodo la mochila al hombro y empiezo a caminar hasta la salida. No me apetece entrar a la siguiente clase. 

-Era uno de los pocos amigos que tienes Sam - me dice con dureza, aunque tiene razón. 

-Lesly, te pido que no sigas con el tema.

-Lo siento, es que me parecía un buen chico, no entiendo porque lo alejaste - su voz se serena.

-Jeniffer - la nombro y con tan solo eso me entiende.

-¿Fue por ella? - asiento - Sam, no puedes alejar a las personas porque esa zorra te lo dice.

-No soy la única que a dejado cosas o personas de lado por su grupo de pirañas - me defiendo, pero enseguida me arrepiento de lo que acabo de decir.

-Pues si así lo vez lo dejo a tu criterio - se da la vuelta y se aleja de mi.

-¡Lesly! - la llamo, pero me ignora. 

Genial, ahora también aleje a la única persona que me importa. 


Al llegar a casa inspecciono la sala en busca de algún vaso o alguna botella rota pero en cambio encuentro una de las sillas desecha. Lo primero que hago es correr escalera arriba hasta la habitación de mis padres, pero esta vacía. 

-¡Mamá! - grito mientras abro la puerta del baño. No se encuentra allí. 

Recorrí cada ricón, cada esquina, cada hueco de la casa y no la encontré, hasta me fije dentro de los roperos para eliminar toda opción. Mi madre casi nunca sale de casa, siempre se queda limpiando o cocinando y dudo que esta sea la excepción. 

Me siento en el sillón a pensar hipótesis, hasta que se me ocurre la más acertada.

-La habitación de mi hermano, tiene que estar allí - salto del sillón, provocando que tropiece, pero rápidamente me recompongo y corro escalera arriba. Al estar frente a su puerta coloco la mano sobre el picaporte y respiro hondo. 

No he entrado a su habitación desde lo sucedido y nunca se me cruzo por la cabeza que alguien lo fuera a ser, pero esta puede ser la primera vez y aunque no este lista para afrontar los recuerdos que me van a inundar el cerebro y el alma en cuanto atraviese esa puerta actúo sin pensarlo dos veces. Giro el picaporte y abro la puerta. 

Mis ojos recorren toda su habitación y una oleada de nostalgia me pone los pelos de punta. Esta todo tal cual como él lo dejos antes de marcharse. La ropa sucia sobre la silla, el libro de derecho civil abierto sobre el escritorio y  su cama desecha. Lo único que cambia es que mi madre se encuentra tumbada en su cama mientras abraza su almohada. 

-Mama - la llamo susurrando.

-¿Sam? - frunce el ceño confundida.

-Si, soy yo - le contesto y rápidamente abre los ojos sobre saltada.

-¿Donde esta tu hermano? - me pregunta y mi cara se transforma.

Acaso ella...

-Pensé que todo había sido una terrible pesadilla - hace una mueca, dejándome en claro que su memoria esta intacta, aunque me gustaría que no fuera así. 

-¿Que haces aquí? ¿Que haces en su habitación? - le pregunto confundida.

-Lo extrañaba y estar aquí logra cumplir mi deseo de desaparecer del presente y viajar al futuro que tanto anhelo.

-Me gustaría inventar la maquina del tiempo y viajar al futuro, para poder arreglar todo el daño que sufrimos - una lagrima cae por mi mejilla pero mi madre la saca rápidamente. 

-Cariño, por favor no llores - me pide.

Tengo que salir de aquí.

-Yo me voy a mi habitación, solo quería saber si te encontrabas bien - le informo.

-Enseguida bajaré a hacer la comida, así que no te duermas - me pide antes de que me marche. 

En cuanto entro a mi refugio me largo a llorar desconsoladamente mientras abrazo el conejo que mi hermano años atrás me regalo por mi cumpleaños numero 6. En verdad lo hecho de menos. 

Me pase la media hora tirada sobre mi cama con el peluche en brazos mientras lloraba sin parar, hasta que mi madre me llamo para comer. Rápidamente me seque las lagrimas, me enjuague  la cara y sin rastro de sufrimiento bajo a la cocina. 

-¿Todavía no llego? - le pregunto sorprendida.

-dudo que lo haga, me dio a entender que no volvería en todo el día - me responde sentándose en la masa.

Por más que no lo demuestre estoy alegre de pasar un almuerzo tranquilo después de tanto tiempo.

-¿Por que llegaste antes? - me pregunta llevándose un pedazo de carne a la boca.

-Hoy salía antes - le miento para que no me de un sermón. Me mira no muy convencida pero sigue comiendo sin discutirme. 

No pasaron ni 5 minutos cuando el ruido de la puerta al abrirse nos sobresalta. Mi madre me mira con pánico y rápidamente corre a la cocina para buscar su plato de comida, antes de que se ponga rabioso.  Ignorando la situación sigo comiendo, tratando de zafar de un mal inconveniente, pero al escuchar un jarrón romperse me volteo sin poder evitarlo.

-¡Oh por dios! - grito al verlo. 

Stay StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora