Capitulo 12

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Escucho como van abriendo una puerta tras otra, hasta se acercan a la mía. En cuanto van a empujarla alguien entra al baño.

-¿Ustedes que hacen acá? - se escucha la voz de la limpiadora.

-Emergencia de chicas, ya sabe - le contesta Katy.
Que excusa más estupida.
-Vayan a clase o se las verán con el director - les ordena y las tres salen del baño.

Mi corazón empieza a latir con más normalidad y suspiro de alivio.

-¿Quien anda ahí?

Saco la tranca de la puerta y la abro encontrándome con la limpiadora.

-¿Usted también tenia una emergencia? - me pregunta con sarcasmo.

-Ya me dirigía a clases - le respondo y salgo del baño. Me limpio la cara con la manga de mi sudadera y corro hasta la clase. El profesor me va a matar. En cuento llego golpeo la puerta y me adentro al aula.

-Llega tarde.

-Lo siento - me disculpo.

-Tome asiento - me pide cortante.

Observo como Tiffany y Jeniffer me miran serio pero las ignoro y me siento en la primera fila. Estuve toda la clase pensando en Alec y sobre lo que escuche en el baño, que ni cuenta me di cuando el timbre sonó.

-Ya puede irse señorita - me informa el profesor al verme aún sentada.

-Adios - me despido y salgo de la clase caminando rapido hasta que Jeniffer se posiciona frente a mi y me corta el paso.

-Se que escuchaste todo - quedo en silencio - Llegaste tarde a clases por escuchar conversaciones ajenas.

-Yo... no se de que hablas - tartamudeo.

-No te hagas la tonta - me dice Tiffany.

-Igual me alegro de que estés enterada de que Alec es mio - me dice Jeniffer con una sonrisa en su rostro.

-Jenny - aparece Alec a sus espaldas y la abraza por atrás.
Hasta la llama por un apodo. Esto no puede ser más que el karma por alejarlo de mi.

-Alec, justo estábamos hablando de lo lindo que sos y lo feliz que estamos juntos. ¿No es cierto Sam? - me pregunta pero no contesto.

-Los chicos nos esta esperando en la cafetería - le dice Alec.

-Entonces no los hagamos esperar - le sonríe con dulzura.

Tiffany pasa por mi lado y me pecha seguida de Katy. Alec mi mira, pero a los segundos corre la mirada y pasa por mi lado rasándome el brazo.

-No sabes lo bueno que es en la cama - me susurra Jeniffer en el oído. Una lagrima cae de mis ojos hasta la mandíbula.

-Jenny - la llama Alec y ella se marcha. Me quedo parada en donde estoy, observando como los pasillos se vacían hasta encontrarme sola. Pienso en tantas cosas que mi cabeza en cualquier momento explota. Lagrimas empiezan a caer en abundancia de mis ojos. No se como todavía tengo de ellas. Parecen que son mi única compañía en los malos momentos, son las que siempre aparecen.

A pasos lentos camino hasta la puerta de salida y de allí voy hasta la parada de autobuses. En cuanto me subo a uno, las personas me miran como si fuese un fantasma, pero es en lo ultimo que tengo para pensar, mi cerebro esta hecho un enjambre de pensamientos.

En cuanto llego a mi destino me bajo del autobús y contemplo la fachada del edificio. Quien diría que iba a aceptar hacer esto. Tomo aire, pongo mi mejor cara y atravieso la puerta del hospital hasta llegar a mi madre. Ella al verme se levanta del asiento y me abraza.

-¿Cariño, estas bien? - me pregunta.

-Acepto.

-¿Aceptas que? - me pregunta confundida.

-Acepto donarle sangre - le respondo secamente.

-Tu padre va a estar super agradecido contigo - me sonríe.

-No lo hago por el, lo hago por ti, porque se que a pesar de todo lo que nos hizo pasar todavía tienes la esperanza de que aquel hombre que tiempo atrás amaste vuelva - le digo sin expresión alguna.

"Si yo no soy feliz por lo menos puedo hacer felices a los demás" pienso.

-Gracias - me estrecha entre sus brazos - Llamare a la doctora - me dice con alegría.

-Hay una condición - se da la vuelta y me mira - En cuanto le den el alta no va para casa, va para una clínica de rehabilitación - Asiente de acuerdo con mi idea y va en busca de la enfermera.


-¿Te has sacado sangre antes? - me pregunta la doctora.

-Le tengo fobia a las agujas - le comento para que lo tenga en cuenta.

-Entiendo - asiente con la cabeza mientras va preparando la aguja - Serán solo unos segundos - me sonríe.

-Eso espero - trago saliva.

-Para que no sea tanta la impresión mira en dirección contraria - me pide y le hago caso.

Por más que me haya dicho que iba a ser rápido, siento como la aguja atraviesa mi piel. Cada minuto es eterno y las ganas de salir corriendo de la habitación me invaden. Trato de centrar mi atención en un punto fijo, pero los nervios me juegan una mala pasada. los odios se me empiezan a tapar, la cabeza me empieza a dar vueltas y los ojos de a poco se me van cerrando.

(...)

-Sam - escucho la voz de mi madre - Sam despierta.

Mi cabeza da vueltas y cuando trato de abrir los ojos veo todo borroso.

-Samantha me escuchas - no logro distinguir la voz.

Voy abriendo los ojos de apoco mientras la luz me encandila.

-¡Esta abriendo los ojos! - exclama mi madre.

-¿Que paso? - pregunto volviendo a recuperar de a poco mis cinco sentidos.

-Te desmayaste - me comenta la doctora.

-¿Cuanto tiempo paso? - pregunto alterada.

-Tranquila, solo fue 1 minuto.

-Ya le están pasando la sangre a tu padre - me cuenta mi madre.

-Genial - susurro pero nadie me escucha.

-¿Por que te fuiste del instituto antes? - me pregunta mi madre en cuanto la enfermera deja la habitación.

Esta mujer no para de gastar su tiempo en joderme la existencia. 

-No empieces - le pido levantándome de la camilla en la que me acostaron minutos atrás cuando me desmaye. Me cuelgo la mochila al hombro y abandono la habitación.

-Samantha - me llama mi madre desde la puerta de la habitación.

-Ya déjame en paz - le pido sin detenerme a hablar con ella. Tan solo seguí el camino hasta la puerta de salida y me marche.

Esta vez se muy bien a donde ir. 

Stay StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora