Prólogo.

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Su pulso estaba en ascenso, mientras sentía las manos de Jace bajar lentamente por su torso, hasta llegar al borde de su camisa, la cual comenzó a alzar lentamente.

En la zona de sus nalgas, Alec lograba sentir la dureza de su miembro: duro, gordo y con muchas venas adornando cada centímetro, era un manjar que el más alto adoraba probar, al igual que Jace le fascinaba probar a Alec.

El teléfono de Jace sonó justo cuando los pantalones del mayor de los Lightwood quedó fuera de juego, quedando en un simple boxer, además de la camisa la cual terminó por retirarse, dejando que su pecho con una fina capa de vello se hiciera notoria.

- ¿Vas a responder eso? - Preguntó el mayor, sus cabellos oscuros cubriendo un poco su frente, sus piernas separadas en espera de recibir a Jace.

- No, es Clary. - Bufó, rodando los ojos por unos segundos, su mirada dirigiéndose al cuerpo, analizando cada parte de éste con una media sonrisa, para finalmente, tomar el celular, apagarlo y volver a lo suyo, tomando a Alec de la cintura y darle media vuelta, dejando el rostro del pelinegro contra la cama, inclinándose para dejar unos cuantos besos en sus hombros desnudos. Los besos de Jace bajaban por toda su columna, dejando unos leves mordiscos en las runas que poseía el cazador de sombras en dichas partes de su piel, siendo acompañados por su lengua, haciendo pequeñas succiones en algunas zonas de su espalda.

Ante cada beso, Alec soltaba suaves jadeos, arqueando su espalda un poco y con ello, sus nalgas, queriendo a Jace para él en ese momento.

Cuando la espalda del pelinegro se arqueó, colocó sus manos en las caderas de Alec para alzar el trasero ajeno un poco más, pegando su dura polla contra sus nalgas: redondas, musculosas y trabajadas.

- ¿Me deseas, Alec? - Murmuró, dándole un fuerte azote a sus gordas nalgas, bajando la ropa interior del chico y dejar la piel de su trasero al descubierto, al igual que su ano, el cual boqueaba por atención.

- Sí, joder. Ya métela, Jace. - Habló entre breves gemidos, por lo que el rubio bajó un poco más sus besos y se detuvo en cuanto llegó al trasero del más alto, pasó una de sus manos en una de las nalgas ajenas de forma circular, como si la estuviera tallando, para luego soltar una palmada en esta y volver a repetir la acción anterior, dejando su mano marcada contra su piel. Se agachó un poco más para llevar sus labios hacia su ano, dándole una leve lamida y después depositando un beso en aquella zona antes de intentar abrir un poco más las piernas ajenas para poder acomodarse en medio de estas.

Alec apenas sintió la nalgada, un jadeo salió de sus labios, encantado por el escozor que le hizo sentir, deseoso de recibir más.

Le ayudó, separando sus piernas un poco más, llevando una de sus manos hasta su propia erección y acariciándose un poco, su mejilla contra una de las almohadas, sintiendo algunas gotas de sudor recorrer su frente. Estaba caliente, Jace lo tenía así.

- Te necesito, Jace. Ahora. - Su voz sonó algo aguda, estrangulada por el deseo de tener al mayor dentro suyo, pero igual, encantado por el juego previo que éste tenía con él, por lo que movió su cadera un poco, invitándolo a seguir acariciando sus nalgas, a jugar con ellas, nalguearlo, hacer lo que quisiera con su cuerpo, sus ojos cerrados, solo dejando que las sensaciones lo lleven al cielo, por sabía, eso haría Jace, como lo había hecho repetidas veces atrás.

Por su parte Jace, sin duda le encantaba escuchar a Alec deseoso por más, estaba dispuesto a complacer sus peticiones pero lo haría esperar un poco más, aunque sabía que no sería por mucho tiempo ya que el rubio necesitaban estar dentro de él con gran desesperación, por lo que le proporcionó un nuevo azote, le gustaba mucho el trasero de su parabatai, lucía tan redondo y firme lo cual lo incitaba a dar más nalgadas. Soltó otra palmada en la nalga que aún no había recibido aquella atención, viendo una ligera coloración roja teñir esta.
La excitación de aquel momento era tan grande y era consiente de que no podía esperar más, así que tomó su miembro entre su mano izquierda, mientras que la derecha se había ubicado en la cadera ajena, acercó un poco su miembro hacia la entrada del menor para juguetear un poco en la zona, haciéndolo desear por más hasta que finalmente se decidió por penetrarlo un poco brusco, haciendo uso de las caderas de Alec por un momento.

Mientras tanto, el teléfono de Jace seguía mandando a Clary al buzón una y otra vez, mientras el sonido de las pieles chocando en la habitación se hacía constante.

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Espero les haya gustado, los capítulos serán algo cortos, ya que es una historia corta.

Amo Shadowhunters y espero les guste su lado sucio, ah.

Gracias por leer.

Secrets ; Jalec.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora