-V E I N T I O C H O- 💫Cap. Especial💫

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Narrador Omniscente.

La Luna hacia su aparición entre medio de los árboles, los que ya no eran verdes debido a la oscuridad.

Aquellos dos jóvenes seguian sumerguidos entre su cálido abrazo.

Ninguno de los dos querían separarse del otro, no querían volver a la realidad, querían seguír sintiendo la seguridad, el querer.

EL chico por su parte, sentía que con ella a su lado todo podría ser distinto, todo podía tener colores. Se sentía querido y protegido a pesar de que sólo fuera una chica sencilla, pero algo en ella la hacia diferente a todas. Y con sus ojos cerrados una sonrisa se formó en sus labios, recordando la primera vez que sonrió después de tanto dolor. La chica miraba por todos lados, tratando de no ser vista cosa que no logró, ya que el pelinegro la observaba de lejos. La muchacha dejaba la Flor en ese lugar, su lugar.

Y aun no lo comprendía, pero no la quería dejar.

Ella, ella sólo sentía seguridad, una que no quería que desvaneciera jamás. Y con los ojos cerrados una sonrisa se formó en sus labios, sintiendo el adorable y masculino aroma que desprendía Míke.

Recordando el perfecto perfil que observó la primera vez que cruzó por aquel puente luego de su mudanza. Su ropa completamente negra, su cabello negro totalmente alborotado, y un cigarro en sus rosados labios.
Con sus tupidas cejas unidas, y sus ojos perdidos en la nada.

Realmente no tenían los pies puestos en la tierra, y eso que sólo fue un abrazo.

Ambos tenían un triste pasado, al igual que su presente.

Starville 24 de Diciembre del 2016

Mike esperaba desesperadamente la llegada de su novia, Leah.

Tenía una pequeñita caja azul entre sus manos, y un anillo de plata dentro de ella. Había esperado tanto tiempo para decirle lo que sentía. A pesar de tener sólo 20 años era un chico hecho y derecho, más bien el chico perfecto dirían muchas.

Extrañamente la espera se hizo demasiado larga, ella era puntual en todo.

Su celular sonó dentro de su saco, el que había escogido para la ocasión.

Y respondió.

- si? Quien habla?

- Mike, es usted Mike?- preguntaron del otro lado de la línea.

- así es, pero...qui....- fue interrumpido.

- Leah Margaret Harrison Moon, esa chica acaba de tener un accidente automovilístico, aun no deja de repetir su nombre, quiere que venga al hospital ahora mismo.

El Chico no quiso responder y corrió desesperadamente hacia su auto, lágrimas salieron de sus ojos, ¿quien dijo que un hombre no puede llorar?. Pues el iba a contra de todo eso, el iba a llorar porque tenía sentimientos, y el amor de su vida estaba en peligro.

Había llegado al hospital, y oyó llantos, llantos que le pusieron los pelos de punta.

La madre de la chica gritaba dolida, y su esposo la consola entre llantos sofocados.

Y entendió lo que pasaba.

Se acercó a ellos y grito, como nunca antes lo había hecho.

Sentía su piel desgarrarse, su garganta arder y su pecho oprimirse en cada respiro. Se sentía sólo y vacío.

Porque ella había sido la única que logró  completarlo.

Y ahora, ahora no la tenía y ella jamás iba a volver.

La peor Navidad de Su vida.

Loudmile 20 de marzo del 2016.

La chica esperaba impaciente el helado que su padre prometió. Tener 16 años no le impedía comportarse como una pequeña en frente de su gran héroe, como solía llamarlo desde que tiene memoria. Y lo vio venir con un cono en cada mano, ella sonreía feliz, su padre también.

Un sonido estruendoso la exhalto, todo sucedió en segundos, que segundos, milésimas de segundos, los helados en el suelo, el pecho de su padre sangrando en exceso.

Leah abrió sus ojos, estos picaban, su pecho no logró oprimirse más y soltó todo el llanto que se acumuló  en unos segundos, gritaba desconsolada, su madre no estaba en ese momento, nadie estaba, y nadie podía ayudarla.

Su padre le regalo una última sonrisa, lo que hizo llorar más fuerte a la joven.

- shh..... Cálmate mi niña. Ellos ya me lo habían advertido, pero yo quería estar contigo hasta el último momento. Puedo morir en paz, sabiendo que te puedes valer por ti misma que ya eres una mujercita. Y que cuidaras a tu madre - sonrió en su último aliento.

Y el Expiró.

Lo vio morir, morir entre sus brazos, y termino de llorar en aquel desolado parque.

El peor cumpleaños de su vida, desde entonces lo detestaba con toda su alma.

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Espero les haya gustado este especial, que hice con mucho L💙VE, para ustedes.

Déjenme decirles que no se de donde fruta saque los nombres se esas ciudades.....¡NO SE BURLEN!






Besos de cafe☕

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