Especial 2/2: Retos

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La recién pareja decidieron seguir con las citas y fueron a XingXing', un sitio conocido por servir los mejores postres de China. Y aunque disfrutó de la tarta de queso con helado de vainilla, YiFan descubrió que le gustaba más escuchar la voz de ZiTao.

- Después de esto podemos ir a mi casa - contó YiFan cuando término con su postre.

Tao estaba chupando la nata del tenedor y ese gesto hizo que se le encogiera el estómago. Nervioso, YiFan tomó un trago de agua.

- Tal vez... Da dijo algo sobre el regalo para Ren por su cumpleaños.

YiFan miró su reloj.

- Aún es temprano. ¿Quieres hacer algo más antes de volver a casa?

- ¿Temprano? Es casi medianoche.

- ¿Acaso le tienes miedo a los fantasmas, ZiZi?

- No, claro que no - respondió dejando el tenedor en el plato para después cruzar los brazos sobre su pecho.

- Entonces...

- Estoy cansado, estuve trabajando con Ren sobre un nuevo proyecto.

- Hemos hecho cosas que requieren mucho movimiento y no te cansadas.

Aproximadamente fueron cinco segundos para que ZiTao entendiese el mensaje oculto en sus palabras. Con un terrible y notable sonrojo, susurro un jodete.

- Pensé que a los Huang les gustaba los retos.









Quince minutos después, ZiTao estaba seguro de haber perdido la cabeza. ¿Cómo había dejado que YiFan lo convenciera para escalar una pared artificial en un circuito deportivo?

Pero allí estaba, con sus botas de escalada, un arnés, una cuerda y todo lo que se necesitaba para escalar la pared artificial.

- ¿Listo?

Había un brillo de emoción en sus ojos y pensó que aquello era algo que hacía habitualmente, pero él no era un chico muy atlético.

¿Entonces por qué había dejado que lo convenciera?

Tal vez porque había tomado su mano mientras salían del restaurante. El cosquilleo que sintió había pulverizado su sentido común. O podría ser su sonrisa, tan contagiosa...

Fan chascó los dedos frente a su cara y Tao salió de la ensoñación.

- Oye, despierta. Tienes que estar concentrado.

El mas joven miró la pared que debía escalar. Supuesta-mente, era para principiantes, pero él tenía serias dudas.

YiFan sonrió y a él se le encogió el estómago.

- Puedes hacerlo. Se nota que estás en forma - dijo mirando su vientre levemente abultado y Tao puso los ojos en blanco.

- Las apariencias engañan.

- Entonces, esto te pondrá en forma. Aunque no creo que lo necesites, en serio.

ZiTao entrecerró los ojos. ¿Estaba coqueteando con él? ¿ O lo estaba llamando gordo indirectamente?

- ¿Listo para intentarlo?

- Es ahora o nunca, supongo.

YiFan sonrió maliciosamente mientras golpeaba sus nalgas.

- Lo harás muy bien, ya verás. Debes poner las manos y los pies en los salientes que hay en la pared.

Tao hizo una mueca. Resignándose a lo inevitable, levantó una pierna. Pero cuando YiFan le puso las manos en el trasero casi lo patea.

- ¿Qué crees que haces?

- Empujándote.

- No lo necesito.. y cuidadito con las manos.

El mas alto le sintió, haciéndose el inocente. Se dejo golpear el trasero pero no podía tocarlo.

- Muy bien, pero solo intentaba darte un empujoncito, no estaba intentando aprovecharme.

No lo creía, pero en lugar de discutir se dio la vuelta para empezar a escalar el muro.

Después de cada intento tenía que pararse para buscar el aliento, pero había llegado hasta la mitad de la pared.

- Lo haces muy bien - lo ánimo desde abajo, con la mejor vista del mundo.

No era lo que había dicho sino cómo no había dicho lo que hizo que mirase hacia abajo, pero estuvo a punto de caerse. YiFan estaba mirando su trasero con todo el descaro.

- Bueno, ya está bien - frustrado, Tao empezó a bajar.

- ¿Ya te rindes?

- ¿Tú qué crees?

- Creo que eres una tentación.

¿Por qué tenía que decir eso? ¿Y por qué tenía que decirlo mientras lo miraba con esos ojos tan ardientes? Lo último que necesitaba era estar acalorado mientras descendía.

- Considerando la naturaleza de nuestra relación, creó que te estás pasando de la raya - le dijo cuando llegó al suelo. Estaba sudando más de lo normal.

- ¿Yo, pasándome de la raya?? - un chico se acerco a retirarle los arneses -. Lo que tu digas, cariño - dijo rodando los ojos antes de caminar hacia la salida con el mayor detrás de él.

Y antes de que amaneciese, YiFan le había hecho el amor toda la noche, guiándolo, llevándolo de un increíble orgasmo a otro. No recordaba que hacer el amor hubiera sido nunca tan placentero. Había sido una noche increíble, por eso llevaba despierto desde las cuatros de la madrugada.

Tao se apretó contra su corazón, pensando que había olvidado algo, pero después le resto importancia.










Había dejado plantando a ZhongDa en el hospital

Noches Inolvidables (Taoris)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora