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Min Yoongi abrió sus ojos con pesadez e intentó levantarse, pero un brazo se encontraba en su cintura. El azabache maldijo por lo bajo e intentó salir de la extremidad que fungía como prisión.

"Hoy es sábado, mami" murmuró Hoseok con las hebras de su cabello apuntando a todos lados. Yoongi sonrió e intentó reprimir una risa, ¿es que aún vivía con su madre?

Yoongi se dio por vencido y se detuvo a pensar en el chico a su lado. A decir verdad, nunca se había interesado por ninguna de las chicas con las que había tenido algún encuentro, ni siquiera con las que había tenido más de tres; pero Jung Hoseok le intrigaba. Había algo en su personalidad que le gritaba que se acercase, porque él no le temía cuando mostraba sus puntos de vista, y a pesar de diferir en casi todos, no bajaba la guardia, no se detenía, no lo dejaba ganar. Y eso a Yoongi le encantaba.

Y aunque ahora le dolía el trasero como nunca en su vida, era una sensación diferente a cualquier otra que haya sentido. Hoseok se sentía bien, pensó. Su piel era suave, por lo que no le molestaba en absoluto que estuviese casi aplastando su diminuto cuerpo, porque eso sí, Hoseok era grande, y por dios, no lo malinterpreten, pero es que Yoongi nunca se había puesto a pensar en su estatura o masa muscular, tal vez sería bueno comenzar a ir al gimnasio.

Hoseok era atractivo. Y sí, tal vez lo juzgó antes de tiempo un día antes, pero le gustaba su rostro definitivamente. Y ni hablar de su cuerpo, déjenme decirles que Yoongi casi muere de un paro cardíaco la otra noche.

Pero bueno, eso ya pasó.

"Mocoso, es hora de que te vayas" avisó moviéndolo bruscamente, pero sin lograr despertarlo. "Vamos, idiota, levántate, no puedo salir" agregó fastidiado y murmuró lo último.

"No tienes ni un poco de fuerza" dijo Hoseok abriendo los ojos finalmente, retiró su brazo de la cadera del contrario y una sonrisa se plantó en el rostro que Yoongi acababa de calificar como lindo en su mente. "Aún es temprano" dijo.

"¿Y?" fue lo único que atinó a decir. "Es mi casa, puedes irte ya" explicó con obviedad.

"Veo que tampoco eres un chico de mañanas, ¿eh?" comentó sentándose y tallando sus ojos.

"Vamos, Hoseok, ya terminamos el trabajo y follamos, ¿falta algo?" soltó de pronto. Él no quería ser gruñón ni mucho menos grosero, pero pensaba que era la única manera de tratar a la gente si querías que te hicieran caso.

"Somos la historia de amor más corta del mundo, ¿eso no es asombroso?" preguntó sarcástico a lo que Yoongi rodó los ojos. "Vamos, Yoon, no te pongas así, era broma. Sólo quiero ser tu amigo" aseguró pasando un brazo por sus hombros.

¿Acababa de dejarlo en la friend zone?

"Yo no, ahora..."

"Cielos, ¿es que no quieres a nadie a tu alrededor?, sólo quiero ser cercano a ti, considerando que eres el escritor favorito de Eun y tendremos que vernos prácticamente a diario, ¿puedes ser un poco más amable?" cuestionó frunciendo los labios y frotándose el rostro exasperado. Yoongi se quedó callado por unos segundos... ¡esperen!, ¡Yoongi se quedó callado unos segundos!

"¿Soy... soy el escritor favorito de Eunbi?" preguntó con timidez a lo que Hoseok le lanzó una mirada.

"Claro que sí, idiota, ¿no ves lo amable que es contigo?"

"Ella es amable con todo el mundo" le recordó.

"Bueno, contigo habla en una octava más alto porque está feliz. Es la misma voz que usa con el abogado que está atendiendo lo de su divorcio" comentó, arrepintiéndose al instante porque tal vez no debió decir aquello. "Yoongi, tengo hambre."

Tres [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora