Zelda BOTW stories (Zelink)

Algo de tiempo libre...

Habían pasado varios días desde que derrotaron a Ganon, el reino aún no había regresado del todo a la normalidad, pero poco a poco los habitantes del reino comenzaban a reconstruirlo. 

Zelda por su parte no quería pasar mucho tiempo en el castillo, pues durante 100 años vivió allí, confiando que con la ayuda de Link lograría derrotar a la encarnación del mal, ahora quería vivir, ayudar a su reino, por eso dentro de poco sería la nueva reina de Hyrule. 

Link le había dicho que seguiría como su escolta personal, lo cual había llenado de enorme felicidad a la princesa. En parte, porque su corazón latía incluso más fuerte que hace 100 años cada vez que estaba cerca del héroe, sus manos sudaban, se ponía incluso algo nerviosa. 

Aunque siempre era precavida con sus reacciones, pues sabia que Link aún no tenía todos sus recuerdos. Para Zelda era difícil, pues en el pasado lo había amado y lo admiraba más que a nadie. Pero a pesar de todo, la amistad de los dos se fortalecía. 

Zelda podía percibir como Link cada día se sentía más confiado junto a ella, el rubio aún no le hablaba acerca de nada, pero era muy atento con la princesa. Además siempre la invitaba a comer. 

Mientras se dirigían a la región Zora, Zelda estaba algo cansada, así que Link le hizo saber que si quería podían descansar en su casa, la cual quedaba ubicada en Hateno (Hatelia). 

La casa, no era nada del otro mundo, pero Zelda se sintió bienvenida desde el primer momento, fuera había un árbol de manzanas. Link dijo que el cocinaría, no hubo más palabras de parte del rubio, solo una pequeña sonrisa y un sonido de aprobación. 

La rubia se sentó bajo el manzano, estaba cansada, 100 años de soledad no pasaban solos, a pesar de aún aparentar ser una adolescente, ya no lo era, se había perdido toda su vida, las personas que amaban desaparecieron. Ganon... la maldad pura destruyo todo su mundo, casi acabo con todo, lo único que le quedo fue Link, pero el guerrero aún estaba incompleto. 

Zelda miraba detenidamente hacia arriba, por medio de las hojas del árbol se filtraba la luz, todo era muy pacífico, definitivamente comenzó a relajarse, intento pensar en las investigaciones que tenía... pero poco a poco el sueño comenzó a vencerla. 

Cuando despertó se estaba oponiendo el sol, era un atardecer precioso, la princesa se sentía tranquila, relajada, se percató de que tenía una manta delgada sobre ella. Una sensación de nostalgia se hizo presente, el rubio estaba parado junto a ella observando el atardecer. 

-Gracias Link- le dijo Zelda- creo que necesitaba descansar.

Link sonrió y la ayudo a levantarse, quedaron uno frente al otro, se miraron a los ojos, un momento sin decir nada, mientras veían algo que hace tiempo habían perdido,  sintieron añoranza del pasado, fue tierno. Pero Zelda sabía que no debía presionar a Link. Después de todo había esperado mucho por él. 

Ella camino hacía la casa. El espadachín se adelanto a la princesa y le abrió la puerta. Después el chico le hizo señas de que se sentará a comer, la princesa se sentó a la mesa y observo al guerrero servir la comida. 

-Link sabes que no es necesario que me atiendas- le dijo Zelda viendo lo delicioso que parecía la comida del guerrero- gracias por la comida, pero más que tu princesa... soy tu amiga. 

Link asintió, sin decir nada, comió tan rápido que la rubia aún tenía más de la mitad de su comida cuando el chico terminó, pero para nada quedo satisfecho, pues se sirvió otros 3 platos de comida más antes de que Zelda terminará. 

-Realmente eres un glotón- dijo sonriente la rubia- no has cambiado nada. 

Link la observo pensativo, pero ya que Zelda era su amiga, se sirvió un pedazo de pastel, mientras la rubia hacia pucheros.