Ella no entiende a la gente,
pues su alimentación es poca.
Se despierta a las siete
después de dormir 4 horas.
Su vestido es una camiseta de tirantes,
su corona, un cabello despeinado.
Cuando sale no se pone maquillaje
Y se pone lo primero del armario.
No ordena su habitación.
Se pasa el día en la cama,
pero aún así, mi corazón
Por ella, siempre se me para.
Pues el miedo de perderla
es un malestar eterno.
No quiero perder a esa princesa
que dejó todo para crear nuestro cuento.