"Adiós" es la palabra más difícil de decir.
La utilizamos cada día para despedirnos de alguien,
pero cuando una relación llega a su fin
decir un adiós es lo que lleva más dificultades.
Una relación en la que os termináis despidiendo
es la misma tragedia en cualquier lugar;
porque cuando la ves, quedas boquiabierto
y cuando acaba todo tu corazón está a punto de estallar.
Todo empieza a su lado, con alegría;
haciendo que crezcan deseos en vuestros corazones
hasta que llega una injusticia, que deja la relación fría
hundiéndoos en una inmensa oscuridad todas las noches.
Y finalmente, os dais cuenta de que dependéis de ese amor.
Que sin esa persona, os parece toda vuestra vida un fastidio.
Que cada día que pasa, lo pasáis cada vez peor
hasta que os dejáis llevar por la escapatoria de muchos: el suicidio.