Érase una tarde fuera de lo común en la vida de la joven Marcia, quien se encontraba junto a su madre, visitando a una anciana. Aunque su mamá la había visitado en varias ocasiones, para Marcia era la primera vez. Su madre le había contado que la mujer era pariente lejano de ella. Al llegar a la casa, aprovechó para describirle a su hija con lujo de detalle los alrededores de la misma, ya que la joven era parcialmente ciega. Entre los tantos cuadros que decoraban las paredes del hogar, su mamá se detuvo ante el curioso cuadro del autor Gustav Klimt. El mismo mostraba a la izquierda la muerte personificada y a la derecha, un grupo variado en edad (desde un bebé hasta una abuela) con los ojos cerrados.
A pesar de que la madre de Marcia continuó la conversación con la pariente, la joven se quedó tocando el cuadro y acercándose al mismo. De repente el cuadro la succionó y Marcia entró en él. Lo que la joven presenció al otro lado era puro caos.
—¡Mi hijo! —lloraba desconsoladamente una mujer adulta—. ¿Por qué? ¿Por qué te lo has llevado?
Se encontraba en una ciudad en penumbras, donde grandes y chicos combatían a un feroz enemigo.
—¡No la miren a los ojos! —gritaba un hombre con desesperación—. Si la miran, se los llevarán. ¡Aléjate, bestia!
Marcia estaba desconcertada pues no podía ver lo que sucedía, solo escuchaba los desgarradores gritos de las personas a su alrededor. De repente, una pequeña se acercó a la joven y agarró sus manos.
—¡Sálvanos, por favor! —le suplicó la niña—. La Parca viene por nosotros.
—¿La Parca? —preguntó Marcia con curiosidad.
—La muerte —susurró la pequeña.
Marcia le tenía miedo a la muerte pues, en ocasiones, pensaba que fallecería a causa de algún accidente por no poder ver bien. Al oír a la pequeña mencionarla, sintió un escalofrío y no supo qué hacer. Lo que le pedía la niña era demasiado; ella no podía salvarlos. De repente, la Parca se colocó frente a Marcia, pero ella solo podía ver una sombra. A pesar de que la joven no la podía ver, sabía quién le hablaba.
—No los puedes salvar —le dijo la Parca—. Una vez que les llega el día, les llega. No hay salvación. No temas, porque todavía no es tu hora. Pero antes de regresar debes responder a mi pregunta: ¿cuándo vendré por ti?
—Cuando sea mi momento —respondió asustada la joven, pero con firmeza.
—Correcto —dijo la Parca—. Regresa a tu hogar, joven. Algún día llegará tu tiempo de partir, pero mientras tanto, sigue con tu vida y disfrútala.
A pesar de que la Parca contempla la vida con una sonrisa maliciosa, la vida siempre eludirá su alcance. De regreso a la realidad, se había añadido al cuadro, junto al grupo, la cara borrosa de una joven ciega, quien era la única que tenía los ojos abiertos hacia la muerte.
"Muerte y vida" de Gustav Klimt.
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Cuentos fantásticos [Antología] *Completa*
Cerita PendekEsta antología de cuentos fantásticos es el producto de mi participación en el desafío de diez días que promocionó la cuenta oficial de FantasíaES. Día de comienzo: 1 de febrero de 2018 Día de finalización: 10 de febrero de 2018 Todos los derechos...