El sonido de la alarma que recuerdo no haber puesto me despierta. Me remuevo entre las cobijas aún sintiendo sueño, y voy moviendo mi mano para buscar el reloj y apagarlo.
Una vez que el ruido se deja de escuchar, me siento y abro mis ojos despacio para darme cuenta de que la habitación luce diferente y no hay nadie a mi lado, lo que hace que entrecierre mis ojos para poder asimilar la situación en la que me encuentro que es algo muy raro para mí.
¿Qué ha pasado?
Jimin no está, la alarma me despertó y estoy en una habitación, en la que si no fuera por el uniforme colgado afuera del armario, no me habría dado cuenta de que se trata de mi época escolar. Lo que hace que me sienta más extraño aún, sabiendo que yo vivo con el chico de quien me enamoré en el instituto. Viéndole el lado positivo, no me parece malo, mas cuando sé que puedo revivir aquellos momentos en los que Jimin y yo empezábamos a conocernos hasta iniciar una relación. Sé que quizás pueda volver a enamorarlo mediante la música.
Una sonrisa apenas notable se asoma por mi rostro al pensar en eso. Me levanto y empiezo a dirigirme a donde está el uniforme para tomarlo y empezar a cambiarme. Una vez que termino, empiezo a arreglar los materiales de las clases de hoy y cuando escucho la voz de mi madre diciéndome que baje, hace que no me miré en el espejo para confirmarme si el suéter o el cuello de la camisa esté bien colocado, sino que hace que me dé cuenta de que este día parece ser cuando Jimin entra al salón de música por primera vez después de escucharme tocar el piano varias veces a escondidas. La primera vez que, si no mal recuerdo, empezamos una conversación.
Bajo las escaleras y llego al comedor donde me siento, tomo uno de los panes marmolados que hay sobre la mesa y lo voy comiendo a un ritmo acelerado.
—¡Yoongi! —me reprende—. ¿Por qué tardaste? ¡Se te hará tarde!
Lo sé. Quedarme intentando recordar solo me hizo perder tiempo y sé que debo apurarme si quiero llegar antes que Jimin y llevar a cabo mi plan. Notar su mirada fulminante hace que cuando termine vaya inmediatamente al baño a cepillarme y luego subir a mi habitación para recoger mi mochila. Lo último que hago es despedirme y salir.
Al menos sigo recordando el camino para ir al instituto y en el trayecto me repito los pasos de mi plan para enamorar a Jimin de nuevo. Al principio, él fingió ser una persona a la que le gustaba oírme tocar el piano. Sin embargo, luego me di cuenta de que en realidad sentía algo más y me buscaba en el salón de música para pasar tiempo conmigo y esos tiempos juntos nos resultaron suficientes para enamorarnos. Pensar en ello, hace que quiera recuperarlo llevando a cabo las siguientes acciones:
Decirle un hola, que me mire y sonría.
Escribirle una nota para invitarlo al salón de música.
Tocarle el piano. En especial la melodía que reproducí para que se enamorara. No quiero que surja el sentimiento mediante palabras, quiero que se dé cuenta que la música son palabras que tienen significado, que se dé cuenta que siempre lo elegiría a él, que me encanta. Y la más importante; que no dejaré de recordarle lo importante que es para mí.
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Un recuerdo sabor azúcar ||Yoonmin||
Fiksi PenggemarEsta historia tiene sus años y sé que hay errores, está en ti si quieres leerla. Relato parte de la antología "El amor en tiempos de fanfics" del perfil oficial de Fanfiction en español. Ganadora de los Yoonmin Awards 2019 en la categoría historia...